Que Es Servicio De Administracion Tributaria
vikara31 de Agosto de 2014
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¿Qué es el SAT?
A partir del primero de julio de 1997 surge el Servicio de Administración Tributaria (SAT) como un órgano desconcentrado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que tendrá por objeto recaudar los impuestos federales y otros conceptos destinados a cubrir los gastos previstos en el presupuesto de egresos de la Federación, gozando de autonomía técnica para dictar sus resoluciones.
En concreto, el SAT es el órgano específicamente encargado de la Administración Tributaria en México y por tanto realiza las funciones sustantivas que conlleva esta misión, con las competencias y facultades ejecutivas que están señaladas en la Ley del Servicio de Administración Tributaria, la cual en su Artículo 2º señala el objetivo de este organismo en los siguientes términos:
El SAT tiene la responsabilidad de aplicar la legislación fiscal y aduanera con el fin de que las personas físicas y morales contribuyan proporcional y equitativamente al gasto público, de fiscalizar a los contribuyentes para que cumplan con las disposiciones tributarias y aduaneras, de facilitar e incentivar el cumplimiento voluntario de dichas disposiciones, y de generar y proporcionar la información necesaria para el diseño y la evaluación de la política tributaria.
Lo anterior se traduce en brindar todas las facilidades al contribuyente para que cumpla responsablemente y con oportunidad sus obligaciones fiscales y aduaneras, ejerciendo las medidas de control y sanción, en estricto apego a la Ley.
Para el SAT, es sumamente valiosa la Planeación Estratégica que le permita definir acciones concretas y efectivas para lograr el cumplimiento de sus objetivos. como parte de dicha planeación estratégica, ha definido su Misión, Visión, Valores y Objetivos Estratégicos.
La Misión del SAT es:
Recaudar los recursos tributarios y aduaneros que la Ley prevé, dotando al contribuyente de las herramientas necesarias que faciliten el cumplimiento voluntario.
En ella encontramos establecidos claramente los siguientes conceptos:
• La razón de ser de la organización: Recaudar los recursos tributarios y aduaneros que la Ley prevé.
• El cliente: Al enunciar la recaudación y el cumplimiento de las obligaciones, implícitamente se señala al contribuyente como cliente.
• Un cambio cultural: Que se declara como facilitar el cumplimiento voluntario.
De esta manera, el hecho de definir y declarar una razón de ser, una justificación de nuestra existencia, nos permite proyectar esta existencia y razón hacia el futuro, estableciendo una meta a alcanzar. Esto es lo que conocemos como Visión del SAT:
Ser una institución moderna que promueva el cumplimiento voluntario de los contribuyentes a través de procesos simples.
• Una institución moderna, porque haciendo uso de la tecnología a nuestro alcance, lograremos mejores resultados con menos recursos.
• A través de procesos simples, porque es nuestra responsabilidad cumplir con lo que el País espera de nosotros, ofreciendo a la sociedad servicios tributarios y de comercio exterior de manera sencilla, amigable, eficiente y oportuna.
Cumplir con nuestra Misión y alcanzar nuestra Visión nos exige ser un equipo, profesional y comprometido, porque la médula espinal del SAT cambio somos nosotros: las personas. Nuestras acciones deben estar orientadas por un alto sentido de ética profesional, de espíritu de equipo y con un estrecho apego a nuestros valores.
Y hablando de ética, los cuatro valores fundamentales que rigen nuestro hacer cotidiano en el SAT son:
Honestidad
La actuación del personal del SAT está orientada a la atención y vigilancia permanente de la aplicación de la legislación fiscal y aduanera; a denunciar los actos ilícitos que identifique, de tal forma que su signo distintivo será la integridad, honradez y congruencia entre lo que dice y hace.
Respeto
La actitud de servicio y consideración hacia compañeros, contribuyentes y proveedores, así como el reconocimiento de los derechos, libertades y cualidades inherentes a la condición humana, será la mística del personal del SAT.
Compromiso
El personal del SAT utilizará en forma responsable los recursos públicos que se le asignen para su operación, promoverá el trabajo en equipo, y buscará siempre el desarrollo profesional de colaboradores y/o compañeros, asegurando así el cumplimiento de los objetivos institucionales.
Responsabilidad
El personal deberá realizar las funciones encomendadas, cumpliendo con las metas y objetivos del SAT, a fin de alcanzar con eficiencia y eficacia los resultados esperados, mejorando su desempeño y la atención al cliente, asumiendo las consecuencias de sus actos y decisiones.
En este sentido, el SAT considera como el Capital más importante a su personal, un equipo respetuoso, honesto y comprometido con los principios de actuación de la institución: transparencia, humildad, profesionalismo, trabajo en equipo actuación firme contra el defraudador y la corrupción, cuya finalidad última es: “Servir mejor a nuestro país, contribuyendo en la construcción de finanzas públicas sanas y robustas, que permitan que cada persona perciba seguridad y esperanza en el presente y en el futuro”.
Resumiendo: Institución, procesos y personas integran una sola entidad, orientada al cliente y a los resultados, con un enfoque de procesos. Misión y visión cimientan nuestro quehacer, definiendo las líneas estratégicas para la actuación del SAT, lo cual se representa en el Mapa Estratégico Instituciona
Antecedentes y Naturaleza de la Administración Tributaria
La imposición de tributos con el objeto de obtener recursos para solventar gastos públicos ha afligido a la humanidad desde los tiempos más remotos. El origen de los impuestos se pierde de vista para el investigador moderno, confundiéndose con el origen de las sociedades políticas mismas. Por un período prolongado, los impuestos han incidido en el desarrollo de la civilización: el impacto de la tributación, tanto en los acontecimientos políticos como en la modificación de la estructura económica es evidente.
Durante el curso de la historia, la imposición ha experimentado una profunda transformación en su esencia, objeto, técnica de recaudación y finalidad, al compás de correlativos cambios en la organización social, política y económica.
Podemos afirmar que históricamente los impuestos han evolucionado, reconociendo o tipificando dos sistemas tributarios básicos:
1. El Sistema de los Impuestos Objetivos como existía en el siglo XIX en Francia y, en forma menos perfecta, hasta el impuesto a la renta tipo prusiano. La recaudación francesa provenía en su mayor parte de los impuestos inmobiliarios, de patentes, sobre puertas y ventanas y el impuesto a la renta del capital introducido en 1871 como precursor de un impuesto personal a la renta. Este sistema de impuestos objetivos, completado por gran número de gravámenes sobre circulación y consumo, por ejemplo sobre el vino, aguardiente, cerveza, tabaco y azúcar, se mantuvo casi durante todo el siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial, sin mayores modificaciones fundamentales.
2. En el siglo XX se impuso a nivel mundial el Sistema del Impuesto Personal, basando la imposición en la persona como centro de relaciones jurídicas y no en conjunto de cosas. Su espina dorsal está formada por el progresivo impuesto a la renta de las personas físicas a las que pueden asociarse gravámenes al patrimonio y a la herencia. De la distribución de la carga tributaria entre las clases inferiores, menos gravadas por el impuesto a la renta, se encarga el sistema complementario de los impuestos al consumo y de los aranceles aduaneros.
Y es en la implantación de los sistemas tributarios en los diversos países, donde surge la figura de la Administración Tributaria.
Las Administraciones Tributarias son organizaciones de naturaleza pública, pertenecientes a la rama ejecutiva del Estado y dentro de la misma, a los Ministerios o Secretarías de Hacienda, Economía o Finanzas Públicas, presentándose en ciertos casos como entidades autónomas vinculadas a esos departamentos.
Varios países del CIAT (Centro Interamericano de Administradores Tributarios o Administraciones Tributarias), cuentan con una legislación específicamente dirigida a otorgar mayor autonomía administrativa y financiera a las Administraciones Tributarias. Con el otorgamiento de esa autonomía -que se juzga recomendable- se pretende dotar a la Administración Tributaria de herramientas, mecanismos y medios que agilicen sus procedimientos y le permitan desarrollar sus funciones con mayor eficiencia y eficacia, pero siempre dentro del marco legal establecido y sometida a los mecanismos de control externo que son imprescindibles en todo Estado de Derecho.
El objeto de estas organizaciones es aplicar el sistema tributario para recaudar los ingresos que la Ley ha dispuesto otorgar al Estado para solventar el gasto público y promover determinados efectos extra-fiscales.
Como Organismos encargados por mandato legal de la efectiva recaudación y gestión de los impuestos que conforman el sistema tributario, las Administraciones Tributarias deben servir objetivamente a los intereses generales, atendiendo a los principios y normas que conforman el orden jurídico en el que se encuadran.
En los últimos años, se observa una tendencia creciente a integrar la administración de tributos internos y aduaneros, buscando una mejor y más amplia estructuración de la información y una mayor economía
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