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Quirofano


Enviado por   •  11 de Mayo de 2013  •  3.275 Palabras (14 Páginas)  •  216 Visitas

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ANATOMIA Y FISIOLOGIA DEL SISTEMA LINFATICO

Es un sistema circulatorio que está formado por las siguientes estructuras: capilares y vasos linfáticos, ganglios linfáticos, bazo, timo y amígdalas.

El sistema linfático realiza las siguientes funciones:

-Mantiene un estado de equilibrio osmótico en el espacio existente entre las células y los capilares sanguíneos (espacio intersticial), es decir, recoge el agua y las proteínas que se acumulan en los distintos tejidos corporales evitando los fenómenos de congestión tisular.

-Recolecta las grasas absorbidas en el intestino delgado (quilo) para luego volcarlas en sangre.

-Maduración de dos tipos de glóbulos blancos (linfocitos B en los ganglios linfáticos, y linfocitos T en el timo). Los linfocitos B producen anticuerpos toda vez que contactan con un antígeno (inmunidad humoral), mientras que los linfocitos T son los responsables de la inmunidad celular, forma de defensa que consiste en atacar virus y ciertas bacterias intracelulares, incapaces de ser neutralizados por los anticuerpos circulantes.

-Filtra los cuerpos extraños y los microorganismos que ingresan al organismo y afectan la salud.

En todas estas funciones interviene la linfa, fluido líquido de consistencia acuosa que circula por los vasos linfáticos proveniente de la sangre y regresando a ella, como se estudiará más adelante.

Teniendo en cuenta esta particularidad, el sistema linfático bien puede considerarse como colateral al sistema cardiovascular, dispuesto en forma paralela y que también transporta líquidos a través de una red vascular.

Como sucede con la sangre, la gran mayoría de los tejidos están en contacto con la linfa, a excepción del cerebro, que carece de vasos linfáticos.

CAPILARES LINFÁTICOS

Son vasos microscópicos, formados por una capa simple de células endoteliales que se superponen unas con otras. Si bien son similares a los capilares sanguíneos, se diferencian porque comienzan en los tejidos, tienen un extremo ciego y sus paredes son mucho más permeables.

Esto último posibilita el pasaje de moléculas de un tamaño mayor, como las proteínas y restos de células, que no podrían hacerlo a través de los capilares sanguíneos. Los capilares linfáticos que están en estrecho contacto con las vellosidades intestinales se denominan quilíferos, y son los que recogen las sustancias grasas digeridas. Se calcula que un 10% del líquido intersticial se reabsorbe hacia los capilares linfáticos, y el resto a los capilares venosos.

VASOS LINFÁTICOS

La unión de múltiples capilares linfáticos da origen a estructuras de mayor diámetro, los vasos linfáticos. Su estructura es muy similar a las venas, a excepción que poseen paredes más delgadas y numerosas válvulas que evitan el retroceso de la linfa, dándole un aspecto abultado. Los vasos linfáticos son los encargados de transportar la linfa desde el intersticio hacia la vena cava superior.

Los vasos linfáticos terminan en dos grandes conductos: el conducto torácico y el conducto linfático derecho.

El conducto torácico es el principal tronco colector del sistema linfático. Se inicia en la cisterna de Pecket (cisterna del quilo), que es una dilatación alargada que se sitúa entre la arteria aorta y la columna vertebral, a la altura de la 12º vértebra torácica y la 1º vértebra lumbar.

Se dirige hacia arriba, atraviesa el tórax y termina su recorrido en la vena subclavia izquierda, cerca de la unión de dicho vaso con la vena yugular interna.

El otro tubo importante es el conducto linfático derecho, de menor tamaño que el conducto torácico, que desemboca en la vena subclavia derecha. La linfa de todo el organismo toma contacto con la circulación sanguínea en la vena cava superior para dirigirse al corazón.

GANGLIOS LINFÁTICOS

Son estructuras de forma ovalada, aplanada o irregular, con un tamaño que puede alcanzar un centímetro de diámetro. Los ganglios o nódulos linfáticos se intercalan en el recorrido de los vasos linfáticos.

La linfa llega a los ganglios por los vasos aferentes, y sale del mismo por vasos eferentes. Estos últimos se ubican en el hilio, depresión cóncava por donde, además, ingresan los nervios y las arterias y salen las venas del ganglio.

Los ganglios linfáticos pueden tener una ubicación superficial como en la cara, cuello, axilas o ingle o en áreas más profundas donde son más numerosos. Se disponen en la cabeza, cuello, extremidades, en el tórax, el abdomen y la pelvis.

Están rodeados por una cápsula externa de tejido conectivo. En su interior presenta una corteza con folículos linfoides primarios que se transforman en secundarios ante la presencia de cualquier agente invasor. Poseen una formación clara denominada “centro germinal” que contiene abundantes linfocitos B. No obstante, puede haber folículos primarios que no posean esos centros germinales, ya que aparecen ante la presencia de antígenos donde se transforman en folículos secundarios para iniciar una respuesta inmunitaria.

En dirección hacia el centro del ganglio aparece la “paracorteza”, rica en linfocitos T. A partir de la corteza se forman trabéculas que dividen al ganglio en la parte interna. En la zona central se ubica la médula, donde llega la linfa previo paso por las trabéculas del ganglio. La médula contiene macrófagos y linfocitos B y T.

La principal función de los ganglios linfáticos es la producción y maduración de linfocitos para la formación de anticuerpos.

Esos linfocitos son incorporados a la linfa cuando esta llega al ganglio vía aferente. Otra función importante de los nódulos linfáticos es la de filtrar y destruir elementos extraños que arriban vía aferente, como partículas, células tumorales, restos de tejidos y microorganismos. Esa destrucción se realiza mediante los macrófagos, estructuras celulares con capacidad para englobar y digerir las sustancias mencionadas.

La aumentada actividad de un ganglio debido a la gran producción de linfocitos ante la presencia de microorganismos patógenos hace que el órgano se agrande, su palpación se vuelva dolorosa y con aumento de temperatura producto de la inflamación. Este proceso, llamado “adenitis”, también sucede ante la presencia de células cancerígenas en el organismo.

Cuando los linfocitos toman contacto con los componentes activos inmunitarios (proteínas bacterianas y virales que forman parte de las vacunas)

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