¿Qué Aprender De Steve Jobs?
Gaby_Mare3 de Agosto de 2013
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Pocos dudan que Steve Jobs sea un magnífico ejemplo de empresario innovador, que supo inculcar esa cualidad a las empresas que fundó. Analizar desde ese enfoque su estilo de dirigir, resulta una inmejorable plataforma de la que parte el autor para resaltar el significativo alcance de la innovación en la empresa actual.
Todos queremos ser más sanos, más eficaces, más estudiosos, queremos gastar menos (o mejor), aprovechar bien el tiempo; en resumen queremos ser mejores. Para ello tendríamos que hacer cosas diferentes a las que habitualmente hacemos, es decir, tendríamos que innovar (practicar la innovación) y aunque dicho de una forma tan sencilla se ve con claridad, a veces todavía nos preguntamos: ¿por qué es importante la innovación? Podemos aventurar de inicio algunas respuestas:
–Porque nos permite generar valor. Sabemos que, gracias a la globalización, ayudada por la desregulación (un mundo de libre comercio) y al internet, se ha desatado una enorme competencia para tener costos bajos, y si antes podíamos elegir entre dos o tres proveedores, ahora entre cientos gracias a los tres factores mencionados. Pero lo mismo que un industrial o prestador de servicios puede optar entre 200 proveedores o más, nuestros clientes también; por lo tanto la única manera de generar valor será siendo creativo e innovador en productos, procesos, propuestas de valor y modelos de mercado. No hay otra forma de generar valor.
–Porque nos permite encontrar nuevas maneras de hacer las cosas. Al cuestionarnos aprendemos, desarrollamos habilidades, adquirimos conocimientos, pero no nos quedamos ahí, no nos interesa sólo ser más instruidos, sino más capaces, por lo tanto ponemos en juego esos conocimientos y modificamos nuestra conducta tratando de mejorar para obtener resultados más satisfactorios. Al ayudarnos la innovación a encontrar mejores maneras de hacer las cosas no sólo nos hace más exitosos, sino mejores, nos ayuda a formalizar el aprendizaje, entendiéndolo no como «chispazos de genio» sino como un proceso constante de mejora.
Afirma mi colega Jesús M. Sotomayor que hoy nos encontramos ante el tema de innovación como estábamos hace 30 años con el de calidad, no sabíamos cómo resolverlo, cómo lograrla, creíamos que era cuestión de suerte. Pero el problema, se estudió se analizó y se resolvió y ahora la calidad no es un plus sino condición indispensable en los productos, desde la fruta hasta los servicios. Algo similar pasará con la innovación, dentro de poco tiempo será un proceso definido y manejable y, como en el caso de Apple, algo permanente.
–Porque nos obliga a mejorar nuestras habilidades, a adquirir competencias, a mejorar capacidades. «Hacer te hace», afirmaba el doctor Carlos Llano; en efecto, el trabajo realizado con cuidado, con calidad, nos va volviendo cuidadosos, laboriosos, pendientes de los detalles. Nos hace aprender, desarrollar habilidades y, al hacerlo bien, hasta nos vuelve virtuosos. Trabajar bien nos hace mejores, innovar además provoca en nosotros la capacidad de ser creativos.
–Porque sabemos que cometeremos errores, pero aprenderemos de ellos. Al ser constantes, sin perder de vista el objetivo, y dado que hacemos cosas distintas o diferentes, cometeremos algunos errores, pero persistiremos, por lo tanto habremos aprendido de ellos. No todos aprenden de sus errores, a veces se vuelven obstáculos infranqueables pero si estamos innovando constantemente los errores son «peldaños» que nos llevan a lograr lo anhelado.
A muchos éxitos resonantes los antecedieron errores. Es muy conocida la anécdota del gran innovador Tomás Alva Edison: un día le preguntaron qué sentía por haber fracasado 300 veces buscando el material para el filamento adecuado para un foco incandescente, replicó: «no he fracasado, ahora conozco 300 maneras en que no funciona». Finalmente lo logró y en el camino fundó la General Electric que sigue siendo una compañía grande y exitosa, innovadora y ha sabido conservar el espíritu de su fundador.
–Porque innovar con tiempo límite exige lo mejor de nosotros. Siempre al innovar, habremos de tener presente tiempos límite, fechas en que hay que entregar, hayamos acabado o no, y si no acabamos sabremos aprovechar lo aprendido.
Innovar nos hace cuestionarnos cosas, dialogar, escuchar, aprender, nos permite ponernos retos y salir, a pesar de las limitaciones, de los recursos escasos, de la falta de habilidades que, innovando, sabremos conseguir. Innovar es importante porque es un camino de perfeccionamiento personal que nos ayuda a alcanzar el éxito.
INNOVACIÓN SINÓNIMO DE APPLE
Un paradigma de la innovación es Steve Jobs, el mítico y recientemente fallecido CEO (director general) de Apple; apenas hace un año la prestigiosa Harvard Business Review lo eligió como el CEO más influyente de la década 2000-2010. Jobs no era sólo la fuerza innovadora de Apple; al decir de los expertos fue Mr. Innovation, quizá por ello el aspecto más destacado en sus obituarios fue su enorme capacidad de innovación. El presidente Obama afirmó que uno de los mejores homenajes que recibió Jobs fue que la mayoría de las personas se enteraron de su muerte por medio de alguno de los innovadores productos de Apple, su empresa (iPhone, iPad, Macintosh…).
Podemos por lo tanto tomar como ejemplo a Apple, una compañía que ha logrado ser tremendamente competente en innovación, empresa donde innovar no es un «golpe de genio» que se da cada equis años, sino un proceso continuo, perfectamente orquestado. ¿Un ejemplo? La capacidad del primer iPod era de 5 gigas y costaba 400 dólares, el último (8ª generación) tiene 160 gigas (32 veces más que el original) y cuesta 249 dólares, es decir, en nueve años el precio del giga bajó de 80 a 1.50 dólares, y eso sin contar las notables mejoras en los modelos actuales, sin duda un muy buen ejemplo de innovación constante.
CLAVES DE INNOVACIÓN EN APPLE
En una conferencia reciente Stefan Thomke, profesor de Harvard Business School, destacó algunas ideas relacionadas con las claves de la innovación en Apple; menciono varias, con algunas adiciones producto de la discusión del caso de Apple con muchas personas y las agrupo en cuatro categorías: estrategia, creatividad en productos, liderazgo y ejecución.
1. Estrategia
Los productos se caracterizaron por su enorme facilidad de uso, fueron muy amigables en términos técnicos, además de que involucraron a los «interesados»; es decir, a la red de personas alrededor del producto, por ejemplo consumidores y, en el caso del iPod, a las compañías disqueras, fabricantes de accesorios, desarrolladores de aplicaciones, más tarde, a los estudios cinematográficos y de televisión y, por supuesto, a los fabricantes de elementos clave, como discos duros.
Apple es un buen ejemplo que nos permite entender la famosa teoría del equilibrio, que posibilitó que a John Nash le otorgaran el premio Nobel de Economía: el equilibrio, esa «situación en donde cada participante en el mercado cree que está tomando las mejores decisiones y que el otro está haciendo lo mismo». Esto estabiliza las expectativas, valida las decisiones y refuerza las conductas de los involucrados.
La apertura «limitada» de tiendas invitaba a los consumidores a que encontraran allí no sólo un iPod, sino que curiosearan y encontraran otros productos, como una Mac, con lo que se abrían posibilidades de compra e, incluso, de observar y escuchar a los clientes.
La empresa de Jobs se distinguió por considerar más al consumidor que a otras empresas involucradas en el sector, al momento de diseñar sus productos, ése fue su sello particular y le permitió alcanzar amplia aceptación por parte del usuario.
2. Creatividad en productos
Desarrolló productos innovadores con algunas características comunes: diseño estético muy logrado, es decir, productos fáciles de usar y muy atractivos desde el punto de vista del diseño que, sin ser minimalista, era simple, nada complicado. La inspiración para ello fueron los clientes, pero no preguntándoles su opinión, sino más bien observándolos, viendo qué cosas hacían, cómo resolvían sus necesidades y una vez detectados intereses, necesidades y hasta anhelos, dedicarse a crear, orquestando con tecnologías propias y ajenas, nuevos productos y servicios llegando, a veces, hasta innovar en el modelo de negocio, de manera audaz. Un ejemplo es el mencionado caso de las tiendas (Apple Stores).
3. Liderazgo
Jobs fue un especialista en motivar a sus empleados a producir productos extraordinarios, les exigía mucho, hacía que ellos mismos se exigieran y él hacía lo propio. Otro aspecto es que esta pretensión era audaz, iba en contra de lo convencional, de la manera en que «tradicionalmente» se habían hecho siempre las cosas.
4. Ejecución
Un aspecto poco tratado era lo impecable, lo pulcro de su logística. El lanzamiento de sus productos se llevaba a cabo sin fallas. Los nuevos modelos llegaban en el plazo prometido a las tiendas; Apple tiene enorme habilidad para manejar complicadas cadenas de suministro, manteniendo el secreto, sin filtraciones a la prensa y logrando así un efecto de anticipación que pocas empresas logran.
QUÉ CARACTERIZABA A STEVE JOBS
He aquí algunas características distintivas de Jobs, ideas «sueltas» o, como diría el mismo creador de Apple, «puntos que esperan ser conectados», extraídos de la biografía que salió a la venta recientemente (por supuesto también como e-book), escrita por Walter Isaacson,1 exjefe de redacción de la revista Time y de CNN, y de los innumerables artículos y remembranzas publicadas.
1. Saber decir «no». Jobs
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