ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

REBELION EN LA GRANJA


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2012  •  2.864 Palabras (12 Páginas)  •  490 Visitas

Página 1 de 12

REBELIÓN EN LA GRANJA.

George Orwell.

En la novela Rebelión en la granja George Orwell presenta una crítica a la sociedad totalitaria, es una fábula de carácter alegórico donde se trata de “dar forma al desorden de la experiencia”, la trama se refiere en realidad a Stalin y a la instauración del comunismo en la Unión Soviética; de esta manera, la narrativa de Orwell cumple la función terapéutica de que habla Eco: “Leer relatos significa hacer un juego a través del cual se aprende a dar sentido a la inmensidad de las cosas que han sucedido y suceden y sucederán en el mundo real” . Incluso una lectura reciente, una interpretación actual del texto podría aplicarse exitosamente como el símbolo de todas las dictaduras como son la de Manuel Arturo Odriá o la de Alberto Fujimori en Perú, los setenta y un años del PRI en México, la de Fulgencio Batista en Cuba, la de Jorge Rafael Videla en Argentina, la de Augusto Pinochet en Chile, la de Anastasio Somoza en Nicaragua, hasta la de los mismísimos Adolfo Hitler y por supuesto, a Stalin.

La novela consiste, básicamente, en una gran metáfora de la Revolución Rusa y su evolución hacia el estalinismo. Comienza con una reunión de todos los animales en torno al más venerable de todos los cerdos, Mayor, quien les anuncia el advenimiento de una Revolución que acabará con la tiranía del granjero (Mr. Jones), que hasta ese momento dominaba el entorno natural (la granja) con mano de hierro. Al día siguiente muere el Gran Cerdo Venerable, y poco después los animales, acaudillados por los cerdos, los más inteligentes de entre él mismo, expulsan en una Revolución al granjero Jones y a su esposa. El cuervo Moses, totalmente sumiso al poder fáctico del granjero, huye con él. Al principio, las decisiones en la granja se toman de forma mancomunada, pero bien pronto dos cerdos, Napoleón y Snowball, comienzan a crear partidos enfrentados. Napoleón no es un cerdo brillante, pero su voluntad es más fuerte que la de Snowball, de mente lúcida y grandes ideas, pero inseguro. Las disputas internas se inclinan a favor de Napoleón, quien se hace del poder y Snowball tiene que huir ignominiosamente de la granja. A partir de ese momento, los cerdos van imponiendo una dictadura cada vez más autoritaria. Los llamados heterodoxos van siendo silenciados o directamente eliminados, los cerdos van adoptando los modos de vida de los humanos y, en suma, el dicho “Todo el poder para los cerdos” acaba convirtiendo a los cerdos en hombres.

Es curiosa la claridad con que nos muestra el autor en esta metáfora la degeneración de los procesos revolucionarios en dictaduras; resulta sugestiva la manera en que Orwell exhibe el proceso de cómo salvadores y héroes se convierten al poco tiempo en dictadores, en tiranos. Rebelión en la granja ilustra en Napoleón la personalidad de los tiranos de la historia, su megalomanía, sus perversiones (Napoleón reafirma su virilidad fornicando con cerdas), sus delicadezas (Napoleón adorna su cola con moños de colores), sus villanías genocidas (las ejecuciones ocurridas en la granja por órdenes de Napoleón, por ejemplo la de las gallinas), sus instrumentos de dominación (Napoleón utilizaba de manera eficaz los discursos y la propaganda), y hasta qué punto pueden generar dolor, humillación y vejación (los animales de la granja recibían escasas raciones de comida por largas horas de trabajo).

George Orwell en su fábula plantea que al acumular un poder vertiginoso, el dictador llega los extremos de una crueldad vertiginosa. Lo que le ocurrió al cerdo Napoleón ocurrió a todos los que han sido grandes dictadores; llegan a acumular tal poder que se convierten en monstruos (aunque en la novela irónicamente Napoleón se convierte en humano); este poder crece aún más porque hay una abdicación de los gobernados a la resistencia, a frenar los excesos del dictador.

El presente ensayo tiene como objetivo demostrar que la lectura de Rebelión en la granja es ilustrativa en la cuestión política, pues analiza una multitud de fenómenos de esta especie y de ella pareciera desprenderse una cierta tendencia común en los personajes que poseen el poder en las sociedades. Con este propósito me centraré en el fenómeno del poder.

El autor de Rebelión en la granja analiza la naturaleza del poder de manera sencilla, así por ejemplo indaga los hechos - fenómenos políticos cercanos al concepto de poder, como son fuerza, violencia, coerción, influencia, autoridad, manipulación, dominio, dominación, y consenso. Teoría General de Sistemas, enfoques behavioristas, análisis de fines y medios, estudios de los centros de decisión, teoría de los grupos, enfoques teleológicos, enfoques psicológicos y psicoanalíticos, están reflejados en múltiples pasajes de la obra. Es una fabulosa radiografía política de la corrupción y el horror que rodean al poder sin límites.

Platón definió al poder como “el ejercicio del mando”. Desde entonces la idea que se tuvo del término fue muy cercana al concepto de mandar. Tenía poder el que podía mandar. Poder fue entonces capacidad de ordenar. Fue hasta el siglo XIX, con el positivismo, que se prestó atención a la relación política fundamental entre el mando y la obediencia; nociones correlativas que constituyen la esencia del poder. Cualesquiera que sean los problemas sociales, las técnicas políticas, las tendencias de las revoluciones, el ejercicio del poder – mando-obediencia – no variará ni en su esencia ni en sus presupuestos.

Rebelión en la granja nos enseña que el poder no sólo es la capacidad de dar órdenes, sino que exige, mediante muchos instrumentos, que esas órdenes sean obedecidas. No importa que se hable de un régimen autocrático o democrático, no importa que en nombre de la soberanía del pueblo o de la voluntad general se diga que cada uno y todos obedecen a todos, pero fundamentalmente a sí mismos: la relación mando-obediencia permanece.

El poder, como nos los muestra el autor en su fábula, es una capacidad real –que puede ser legítima (Mr. Jones), autoritaria (la figura del cerdo Napoleón), legal (las asambleas y reuniones que se hacían en la granja los domingos por la mañana), violenta (los perros al servicio del tirano), manipuladora (Squealer)– de mandar de manera definitiva y eficaz de imponer obediencia. En términos más cortos, se puede comprender con la lectura que el poder es la capacidad de hacerse obedecer; Napoleón fue capaz por todos los medios, por todos los matices, de hacerse obedecer. El politólogo H. Lasswell admite que si una decisión no es obedecida no se ha ejercido el poder, no obstante, afirma, la relación mando-obediencia se produce en muchos matices, matices que son abordados por George Orwell de manera espectacular. Así,

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (17.6 Kb)  
Leer 11 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com