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Reforma Energetica


Enviado por   •  9 de Abril de 2014  •  2.123 Palabras (9 Páginas)  •  170 Visitas

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Preocupante lo que sucede en nuestro país. Sin lugar a dudas hay una gran confusión y, por ende, un avance muy limitado hacía la toma de decisiones de crucial importancia para la vida futura de todos los ciudadanos Mexicanos. Vivimos la polarización social en base a una importante propuesta, pero que no es una "Reforma Energética". Los partidos y el poder legislativo, el Presidente de México y la Secretaría de Energía, como parte del ejecutivo, debaten sobre lo que debe llamarse propiamente la "Reforma de Pemex", lo cual obviamente no es lo mismo que una "Reforma Energética".

Y ambas Reformas son muy importantes para nuestro país. La Reforma de Pemex lo es a muy corto plazo, pero la Reforma Energética debiese serlo en el corto, mediano y largo plazo. Tendrían que estar interconectadas, y no ir una antes que la otra, sino una como elemento importante para la otra. Ambas son, desde hace mucho tiempo, parte fundamental y necesaria de una estrategia integral para el desarrollo de México. Desafortunadamente, lo que se tiene ahora es una confusión entre la una y la otra, causando que la mayoría hable de la reforma de Pemex, llamándola Reforma Energética, y que otros pocos hablen de la Reforma Energética, sin percibir que no es lo que esta en discusión, por ahora.

Pemex, genera recursos financieros que constituyen una buena parte del producto interno bruto, por lo que es actualmente la empresa paraestatal más importante de nuestro país. Se dedica a extraer del subsuelo costero uno de los recursos energéticos que tenemos disponibles en abundancia (aunque no el único). Sin embargo, como empresa, hace muy poco para explorar y explotar nuevos pozos, y gran parte de este recurso, no-renovable, lo exporta sin darle ningún valor agregado. A cambio de ser la "caja grande" del gobierno federal, a través de la SHCP, se le permite ser una empresa ineficiente, al estar controlada por uno de los sindicatos mas poderosos y mas corruptos en Latinoamérica. Y por lo tanto, las perspectivas de su permanencia, como empresa productiva, son cada vez menores.

No es necesario ser un experto para intuir -como real- un diagnóstico como el anterior, el cual seguramente coincide con lo que la misma Secretaría de Energía ha presentado recientemente, de manera mucho más extensa. También es obvio que la solución propuesta por el mismo gobierno federal no resuelve los grandes problemas de esta empresa. Poco se dice acerca de la estructura organizativa, ya que prácticamente continuará siendo la misma, excepto por el cambio en el consejo de administración. Por lo tanto, la corrupción continuará afectando la eficiencia y productividad de la misma. Aparentemente se desea que siga siendo la "caja grande" del mismo gobierno, y hasta de los gobiernos estatales, quienes también quieren una parte del pastel. El cambio propuesto mas importante es la participación de las personas físicas -que sean ciudadanos Mexicanos- en la empresa, a través de bonos que ayudarían a su financiamiento. Las demás modificaciones, dejan a Pemex con su estructura sin gran cambio, pero abren la posibilidad para la participación de empresas extranjeras y nacionales, en la exploración y producción de petróleo. Igualmente se propone que haya inversión privada en la producción de algunos derivados del petróleo. Se habla, por ejemplo de la participación de empresas en la operación de nuevas plantas de refinación requeridas para producir la gasolina que cada vez importamos en mayor proporción. Sea porque no conocemos la tecnología, sea porque nos costaría muy cara o sea porque habrá que atender a los intereses de las empresas nacionales y extrajeras que desean participar en este lucrativo negocio.

En otras palabras, poco se hace por resolver el problema mas grave que es la cada vez menor productividad de Pemex, dejando a la empresa prácticamente como ha operado hasta hoy, con todas las deficiencias antes mencionadas, pero permitiendo que el capital privado participe abiertamente, particularmente en la explotación de los productos derivados del petróleo. Por lo tanto, las críticas a la propuesta del gobierno federal se justifican y habrá mucho qué hacer para encontrar una solución óptima a la grave situación de Pemex, y para ello nada mejor que una discusión amplia, con gente bien informada técnicamente, y con espíritu abierto para encontrar soluciones, y para impulsar los cambios estructurales que se requieran, para hacer de Pemex una empresa de clase mundial, y mucho mas productiva para todos los Mexicanos.

Hacer nada tampoco es la solución, dejando todo como está; y en este sentido tiene que haber propuestas alternativas, las cuales aún no son claras por parte de los demás interlocutores activos en este debate.

En espera de esa discusión amplia, volvamos ahora a la necesidad, también urgente, de una verdadera Reforma Energética que -como ya se aclaró- no es lo mismo que la Reforma de Pemex y de la explotación del petróleo. Hablar de Reforma Energética implica establecer los cambios que sean necesarios, para depender cada vez menos del petróleo, como fuente primordial de energía. Es decir, nuestro país tiene que diversificar sus fuentes de energía. Y México cuenta con algunas alternativas, que incluso ya están siendo utilizadas, aunque en muy pequeña escala, como la energía eólica, la energía geotérmica y hasta una planta de energía nuclear.

El diagnóstico en este aspecto es tan desalentador como lo es la situación de Pemex. Para iniciar, no contamos con un plan energético a largo plazo, y en la mayoría de los casos actuamos de manera coyuntural, dependiendo del gobierno en turno. Ha sido así que -en cierto momento- se pensó en la energía nuclear para producir energía eléctrica. De la misma forma, en años recientes se ha invertido en plantas de energía eólica en el Istmo de Tehuantepec, pero seguramente esto ha sido “motivado” por las empresas que han querido vender su tecnología, más que por una política energética nacional. Estas mismas empresas aún encuentran dificultades en nuestras leyes y regulaciones para que haya un crecimiento importante de instalaciones de plantas eólicas para la producción de energía eléctrica. Por eso, han apoyado una nueva ley denominada Ley para el Fomento de Energías Renovables, propuesta por el PVEM, la cual no ha sido suficientemente analizada, y es muy limitada en cuanto a su posible impacto para romper la ineficiencia energética a que nos induce el ser un país petrolero.

La diversificación energética es necesaria para México, al igual que lo es para muchos países donde hay un gran desarrollo en este sentido,

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