Reforma Laboral Y Crisis: Efectos Sobre La Economía Española
srtacristina9313 de Octubre de 2013
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Resumen ejecutivo
En este documento se analizan las consecuencias económicas que la aplicación de
la reforma laboral recientemente aprobada por el Gobierno va a acarrear para España
a corto y medio plazo. Se trata de una reforma que altera profundamente las
reglas con las que se ha organizado el mercado de trabajo en nuestro país durante
las tres últimas décadas, una transformación que se pone en marcha de forma
acelerada y sin ningún consenso con los agentes sociales, que son clave para el
funcionamiento de este mercado.
Las principales justificaciones que plantea el Gobierno para llevar a cabo esta reforma
son dos:
• La necesidad de flexibilizar y abaratar el despido para incentivar la creación
de empleo, argumentando que facilitando el despido se incentivará a las
empresas a contratar más.
• La conveniencia de ajustar a la baja los salarios del conjunto de los trabajadores,
para mejorar así la competitividad de la economía española y promover
el crecimiento.
Estas dos razones son fruto de un diagnóstico inadecuado de la situación actual,
caracterizada por una recaída en el ritmo de recuperación económica en toda la
Unión Europea, y en el momento del ciclo económico en España, que ya desde
finales de 2011 empieza a mostrar los signos de una nueva recesión.
Según las estimaciones de la Fundación IDEAS, en el momento económico actual
de recaída de la actividad y del empleo, la reforma laboral del PP puede destruir
entre 740.000 y 800.000 puestos de trabajo en 2012, lo que implica una pérdida
de entre 103.000 y 172.000 empleos adicionales sobre la previsión oficial.
Como demostramos en este documento, esta reforma laboral no va a ayudar a
crear nuevos puestos de trabajo a corto plazo, porque facilitar el despido en este
momento del ciclo va a acelerar la senda actual de recaída económica y de destruc6
DAP Documento de Análisis Político 01/2012
ción de empleo. Además, una transformación radical de las reglas del mercado de
trabajo frenará aún más la actividad económica en nuestro país y agravará la crisis.
Ajustar a la baja los salarios puede contribuir a mejorar la competitividad de las
empresas, y esto quizá puede ayudar a aquellos sectores productivos con mayor
capacidad exportadora. Pero ante un panorama de escaso crecimiento en
los principales países receptores de esas exportaciones (fundamentalmente la
Unión Europea), las perspectivas de que esta ganancia de competitividad impulse
el PIB en España son escasas. A medio y largo plazo, la mejora de competitividad
de la economía española no debe basarse en ajustes salariales, sino en
un aumento significativo de la productividad, algo a lo que esta reforma laboral
tampoco ayuda.
Por otro lado –y en esto se centra principalmente el análisis de este documento–
los impactos macroeconómicos de la reforma laboral pueden ser dramáticos para
España en la coyuntura actual. La reducción de salarios y el previsible aumento
del desempleo van a deprimir el consumo privado aún más, y van a deteriorar las
expectativas de empresas y familias, lo cual tendrá un impacto inmediato sobre el
PIB y sobre las cuentas públicas al producirse una caída de ingresos en las principales
figuras tributarias. Esto dificultará aún más el proceso de consolidación fiscal
en el que está embarcada la economía española, y obligará a un mayor ajuste del
gasto público para lograr el cumplimiento de los objetivos marcados.
Por tanto, estamos ante una reforma laboral: (1) inadecuada en sus planteamientos,
ya que no aporta medidas bien orientadas a lograr los objetivos que el Gobierno
plantea; y (2) inoportuna en el momento de su aplicación. Es inadecuada
porque no mejora en absoluto la eficiencia económica en el mercado de trabajo,
y porque previsiblemente va a deteriorar el cuadro macroeconómico ya pesimista
planteado por el Gobierno. Es inoportuna en la coyuntura actual, porque no ayudará
a salir de la crisis, sino que agravará la crisis en 2012 y 2013.
Desde un punto de vista microeconómico, la reforma laboral del PP producirá cambios
en los incentivos de los agentes que participan en el mercado de trabajo, generando
importantes debilidades entre las que pueden destacarse las siguientes:
• No es una reforma para crear empleo, sino para facilitar el despido. Para
ayudar a la creación de nuevos puestos de trabajo, harían falta medidas
efectivas para impulsar la creación de empleos de calidad, a los que debería
aspirar la economía española si queremos que la productividad sea uno
de los motores del crecimiento y un factor de mejora efectiva de nuestra
competitividad.
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Reforma laboral y crisis: efectos sobre la economía española
• No ayuda a crear empleo en sectores clave para transformar nuestro modelo
productivo y apostar por la innovación y el conocimiento. Hay sectores
que incluso en el contexto de recesión actual están generando empleo (TIC,
actividades científicas y técnicas, ecoindustrias, etc.). Los recortes que el Gobierno
pretende hacer en las inversiones de I+D+i y en las ayudas dirigidas a
estos sectores clave, unidos a un escenario de flexibilización de los despidos,
provocarán una pérdida de impulso al cambio de modelo productivo y, además,
se está perdiendo una oportunidad para el reciclaje de trabajadores
que pierden su empleo en otros sectores.
• No contribuye a mejorar la productividad de la economía española, sino
que, al contrario, introduce incentivos negativos sobre empresas y trabajadores
para invertir en las relaciones laborales. El aumento de flexibilidad en
el mercado de trabajo genera incertidumbre, y esta afecta a los incentivos
de los trabajadores a dedicar tiempo y esfuerzo en adquirir capacitación específica
para la empresa y el puesto de trabajo que ocupan. Igualmente, por
el lado de las empresas, la menor estabilidad laboral reduce sus incentivos
para invertir en formación de sus trabajadores.
• Se pierde una oportunidad para introducir nuevas mejoras en las políticas
activas de empleo, que permitan reducir el desequilibrio estructural que
muestra España entre estas y las políticas pasivas.
• No va a ayudar a la creación de empleo para los jóvenes, que constituye
uno de los colectivos que demanda soluciones más urgentes antes los niveles
de paro. La reforma carece de un diagnóstico adecuado para evaluar los
problemas reales que presenta el mercado laboral y, en particular, los que
afectan a los trabajadores más jóvenes.
• Supone un retroceso en los avances alcanzados en términos de conciliación
de la vida laboral y familiar, lo cual puede tener repercusiones importantes
en la tasa de actividad femenina, que fue uno de los factores que contribuyó
positivamente en la economía española durante la etapa de crecimiento.
• Se introduce un claro desequilibrio en las relaciones laborales a favor de
las empresas.
• Va a tener consecuencias inmediatas en las relaciones laborales dentro del
sector público, pudiendo comprometer con ello el mantenimiento de la calidad
de servicios esenciales, como la sanidad o la educación.
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DAP Documento de Análisis Político 01/2012
Respecto a los impactos macroeconómicos, la reforma laboral es un detonante que
puede agravar la situación de la economía española, ya de por sí delicada, y llevarla
hacia una espiral de menos crecimiento, más desempleo y más déficit debido a:
• En primer lugar, los cambios normativos facilitan la reducción de salarios, con
lo que cabe esperar que se produzcan dos efectos: (a) en el corto plazo, la
caída de salarios provocará una caída de la renta disponible de las familias,
lo que se traducirá en una contracción del consumo y consecuentemente en
una caída del PIB; (b) a medio y largo plazo, esta reducción de salarios puede
mejorar la competitividad, siempre y cuando esa caída no se compense con un
aumento de márgenes empresariales y se traslade a un descenso de precios.
En todo caso, para que tuviera un efecto decisivo sobre el crecimiento debería
acompañarse de otras políticas para aumentar la productividad, verdadera
clave de la competitividad (por ejemplo, apostando firmemente por la innovación
y por sectores estratégicos con fuerte vocación exportadora).
• En segundo lugar, esta reforma facilita la extinción de la relación laboral por
causas económicas y abarata el despido. En una coyuntura como la actual,
en la que ya se está produciendo una nueva contracción de la economía, esta
flexibilización interna podría ser utilizada por las empresas para aumentar el
número de despidos y con ello agravar el deterioro del mercado laboral.
• En tercer lugar, las previsiones de déficit público del Gobierno adolecen de
una carencia evidente, ya que no contemplan los efectos negativos derivados
de la reforma laboral y que se manifestarán, por un lado, en la caída
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