Reporte práctica de observación

A raíz de explicitar contenidos involucrados en la práctica, el capítulo 3 a

buscado enunciar los contenidos implicados, haciendo posible disminuir la

incertidumbre que presentan los maestros en presencia de la perspectiva de

ocupar demasiado tiempo escolar al momento de ejercer esas prácticas.

El explicitar contenidos involucrados en la práctica, es de suma importancia,

ya que otorgan la oportunidad de conocer más a fondo las prácticas de lectura

y escritura, debido a que estas son una responsabilidad ineludible de quienes

elaboran documentos curriculares. Es un gran reto el escolarizar prácticas

sociales, ya que en su totalidad son indisociables y por consiguiente

difícilmente consecutivos.

Durante el paso de los años se han instalado lemas educativos que han

indicado el propósito de instalar las prácticas de lectura y escritura como un

objeto de enseñanza, los cuales son; “Se aprende a leer, leyendo” y “se

aprende a escribir, escribiendo”, sin embargo, aunque su popularidad sea

alta, poco frecuente se llevan a cabo en el aula, ya que no es suficiente y es

imprescindible esclarecer que es lo que en realidad se aprende o adquiere

cuando los alumnos leen o escriben diferentes tipos de textos.

Todos los puntos antes mencionados dan paso a crear la incertidumbre de

como desplegar los contenidos, tomando en cuenta que el objeto de

enseñanza se forma tomando como referencia las prácticas de lectura y

escritura, en donde se establece un lugar de suma importancia a lo que hacen

los escritores y los lectores, considerando como contenidos esenciales de la

enseñanza los quehaceres del lector y los quehaceres del escritor, teniendo

en cuenta dos dimensiones; la dimensión social y la dimensión psicológica.

Los quehaceres del lector conllevan interacciones con diferentes personas en

relación con textos, por ejemplo; clubs de lectura, en donde los miembros

pueden compartir lecturas, confrontar con otros lectores las interpretaciones

obtenidas por un libro y dialogar sobre intenciones implícitas. De igual manera

podemos encontrar quehaceres desde los más íntimos o privados con los

cuales podemos predecir lo que continua en un texto perteneciente a

cualquier género, comprender un fragmente anterior para verificar lo que se

a leído cuando notamos incongruencia en el texto, suprimir lo que no se

entiende o no llama la atención para avanzar en la comprensión, relacionarse

e identificarse con el autor y adecuar modalidades de lectura a los propósitos

que se siguen en el texto que se está leyendo.

Ahora bien, en cuanto a los quehaceres del escritor, la selección entre lo

privado y lo compartido es más claro, tal vez esto se deba a que la escritura

es más solitaria a comparación con la lectura, pero impone a quien la pone

en práctica, a tener frecuentemente presente el punto de vista de otros

escritores y lectores. Los grandes quehaceres del escritor, comprenden

desde planificar, textualizar y revisar varias veces sus textos, todas estas

acciones se llevan a cabo desde el exterior, habitualmente en privado. No

obstante deliberar los puntos importantes de un tema que se aborda en un

texto, deduce delimitar cual es la información que es indispensable ofrecer a

los lectores y cual se puede pasar por alto, suponiendo los probables

conocimientos previos de los destinatarios.

Los requerimientos de esta división, introducen al escritor a ejercer más

quehaceres, en los que se establece más claramente la dimensión

interpersonal, por otra parte, escribir con otros impone altercar para

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