Resena Museo de Arte de Puerto Rico.

Reseña: Museo de Arte de Puerto Rico

El Museo de Arte de Puerto Rico hoy hogar de numerosas obras de artes que no tan solo adornan las facilidades si no que detrás de cada una de estas se esconde una historia; firmes representaciones de la cultura puertorriqueña. Dicho museo, no siempre fue lo que hoy conocemos ya que el espacio antes era ocupado por el Hospital Municipal de San Juan antes de su restauración realizada para el 1996. Para el 1997, “La compañía F&R Construction se contrató para comenzar con la construcción general de la nueva ala del edificio. El edificio histórico, originalmente diseñado durante la década del 1920 por el arquitecto William H. Shimmelphening, es la única edificación existente de las 13 que comprendían el antiguo Hospital Municipal de San Juan. El edificio funcionó como el hospital de cirugía del complejo hasta 1966, año en que es inaugurado el Centro Médico de Río Piedras. Posteriormente albergó las facilidades del Departamento de Obras Públicas hasta el 1975, fecha a partir de la cual es clausurado.” (Accedido el 6 de marzo de 2016 de http://www.mapr.org/es/museo/sobre-el-museo/historia). Un año más tarde se comenzó la construcción de su patio; el “Jardín Escultórico Botánico” una de las muchas piezas de gran belleza dentro de los previos del museo. Su construcción final y más reciente fue la remodelación del frente del edificio, conocido como la “Plaza de Artes”, brindando una bienvenida más acogedora al museo. Hoy, el Museo de Arte de Puerto Rico toma el espacio de casi toda una calle; a su frente se encuentra el Centro Gubernamental Roberto Sánchez Vilella (Minillas), entre otros edificios cercanos como el complejo de apartamentos Ciudadela; Banco Popular, Centro de Bellas Artes de Puerto Rico, cafeterías, farmacias, entre otros. Localizado dentro de un espacio de mucho movimiento o gran actividad de personas a diario. Es un edificio que por su fachada, resalta entre los demás. En su interior esta está completamente modernizada, cuenta con un restaurante, tienda, teatro

El pasado miércoles 2 de marzo; visitamos las facilidades del museo como grupo donde se contó con una guía quien nos dirigió por las distintas salas que componen la estructura. La exposición a verse fue “Interconexiones”; la exposición permanente del museo. Se hizo un recorrido por el tercer y cuarto piso del museo donde pudieron ser apreciadas algunas salas como: “Entre dos distancias”, “Entre cielo y tierra”, “Plátano Pride”, “Intercambio de Miradas”, “La persistencia de lo visible”, “El lenguaje del cuerpo”, “De aquí y de allá” entre otros. El museo como tal, inducía una atmósfera de tranquilidad y sosiego pero a la misma vez captando la atención del espectador donde en cada sala, fácil era identificar la temática colectiva y al mismo modo cada obra poseía su peculiaridad. La primera sala visitad fue “Entre dos distancias”; sala que recoge obras en referencia a las grandes migraciones de puertorriqueños vistas en las décadas del 1940 y 1950. Representa esa distancia de un punto a otro; donde se desconoce el regreso. En el texto de la sala dice: “Las obras que conforman este eje temático se interrogan sobre la problemática de la distancia, ya no necesariamente entre el territorio estadounidense y la isla de Puerto Rico, ni tampoco en búsqueda de un lenguaje o forma de expresión característica. Más bien en general, se preguntan sobre los conceptos de distancia y recorrido como condiciones ineludibles en la sociedad globalizada de la información.” De esta sala se pudieron apreciar obras como: “Ahí vamos” de Quintín Rivera; una fotografía de unas 50x74 1/8 pulgadas donde se aprecia un hombre en una piscina que aparenta ser infinita. Por otro lado, la escultura de Jorge “Rito” Cordero la “Colecticleta La Habanera”; una escultura de ensamblaje de seis bicicletas y una silla de ruedas, una pieza un poco cómica y totalmente original que a su vez era acompañada de un video que muestra a unas personas haciendo uso de la obra en las calles.

En la sala “Plátano Pride” se le hace homenaje al plátano como figura cumbre de la puertorriqueñidad

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