Romanticismo en el siglo XIX

Romanticismo en el siglo XIX

      En el siglo XIX se produce una revolución industrial, la consolidación del capitalismo, el auge de la burguesía, etc. Surge el Romanticismo, un movimiento literario y filosófico, subjetivo e irracionalista, que da prioridad a la imaginación, al sentimiento y a la pasión. En España, aunque tardío y fugaz, recuperó el drama, la novela histórica y la leyenda, el romance, y acaba con el didactismo del siglo XVIII.

      Los autores se rebelaron contra las normas del teatro neoclásico (dividen la obra entre uno y siete jornadas divididas en cuadros, mezclan verso y prosa, rompen la regla de las tres unidades…) y sus tramas se componen de amores imposibles, venganzas, choques con la autoridad y destinos trágicos de unos personajes rebeldes y marginales. En el drama sobresale Don Álvaro o la fuerza del sino, del Duque de Rivas, que trata sobre la fatalidad, la venganza y el honor, y Don Juan Tenorio, de Zorrilla, que aborda el mito de don Juan, pero la conversión del protagonista antes de morir termina con la visión trágica de las principales obras románticas, siendo el ultimo gran drama romántico.

      En la prosa se desarrolló la novela histórica centrada en la época medieval, en la que mezclan lo histórico con lo legendario, como en El señor de Bembibre de Enrique Gil y Carrasco. Gracias al aumento de la edición se difundieron diversas manifestaciones de la prosa como: la novela de folletín, sobre las condiciones del proletariado, con una tendencia al maniqueísmo, la sentimentalidad y los elementos melodramáticos; y los cuadros de costumbres, breves textos descriptivos que reflejan aspectos de la sociedad de la época. En este costumbrismo destacan Mesonero Romanos (Escenas matritenses) y Estébanez Calderón (Escenas andaluzas).

      Por su labor ensayística, Larra es considerado el creador del artículo literario en España. Su obra se divide en tres bloques: los artículos de crítica literaria (centrados en obras teatrales), los políticos (reflejan su ideología liberal) y los de costumbres (suponen una crítica contra la ignorancia, el atraso y los valores de la época). Aunque ya en la segunda mitad del siglo, con el Realismo cerca, destaca Bécquer con sus leyendas con rasgos románticos, como el amor imposible (El rayo de luna), lo misterioso y sobrenatural  (Miserere) o lo exótico (El caudillo de las manos rojas). En Cartas literarias a una mujer y Cartas desde mi celda, reflexiona sobre la poesía, su definición, etc.

      En la poesía se mezclan géneros y estilos. Destaca la poesía narrativa e histórica que mezcla leyendas, tradiciones, cuentos populares y romances con elementos maravillosos o fantásticos. Otra tendencia es la poesía filosófica, que denuncia los defectos de la sociedad moderna y lucha contra la injusticia. Destaca Espronceda con El estudiante de Salamanca y El diablo mundo. También está la poesía lírica centrada en los conflictos entre el individuo y el mundo, con un marcado retoricismo y los protagonistas tipo marginales. Hacia mediados de siglo, se opta por la sencillez temática y expresiva, destacando Rosalía de Castro (con Cantares Galegos y Follas novas, mezclando la nostalgia con el dolor y el desengaño) y Bécquer (con Rimas) que influyeron en importantes poetas del siglo XX.

...