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SISTEMA PENITENCIARIO EN EL MUNDO

MISARI27 de Abril de 2014

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EL SISTEMA PENITENCIARIO EN EL MUNDO.

En la mayor parte del mundo los sistemas penitenciarios, tienen como finalidad la readaptación o reinserción del individuo a la sociedad, pero este tema representa algo más complejos para cada país. Los sistemas penitenciarios del mundo no son perfectos. Pero han intentado evolucionar de acuerdo a las necesidades y conocimiento de cada país.

En todos los países del mundo, los sistemas judiciales se encuentren contaminados de corrupción, discriminación y todos aquellos vicios que desemboquen en una deficiente aplicación de la ley o de la impunidad.

En los últimos años se evidencia en América Latina un crecimiento inmanejable de la población carcelaria, debido a la tendencia de resolver los delitos por medio de la prisión preventiva, pero el lento procedimiento penal y la resistencia a la aplicación de sanciones alternativas.

En este sentido, los procedimientos anacrónicos (equivocados), la corrupción y la ineficiencia juegan un papel alarmante en sistema carcelario del mundo.

Desde la perspectiva de la nueva política criminal postmoderna y capitalista, lo que interesa es utilizar la cárcel como depósito para excluir e incapacitar poblaciones consideradas "peligrosas", "de riesgo", pero sobre todo "desechables". En otras palabras, la detención preventiva se convierte en una forma de castigo y lo que la ley establece como sanción penal para diferentes tipos de delito no es relevante.

Las cárceles de América Latina enfrentan un grave problema en relación con la selección y formación del personal carcelario. Con frecuencia éstas están en manos de militares retirados y de funcionarios policiales, nombrados por razones políticas, lo cual es un obstáculo crucial para profesionalizar este sector. En algunos países se observan intentos de crear escuelas de formación para el personal encargado de las actividades cotidianas de la cárcel, pero no es la norma. También es frecuente que los propios guardianes deleguen en determinados reclusos sus obligaciones. Dentro de la cárcel se observan la negligencia, la corrupción y el tráfico de influencias del personal. Mientras tanto, hay una carencia de servicios técnicos para la asistencia judicial, la educación, el trabajo, la salud, las actividades culturales y el deporte, no sólo por falta de personal calificado, sino también debido a las condiciones deterioradas y viejas de los establecimientos.

En América Latina tres modelos patológicos de institución carcelaria que pueden sintetizarse de la manera siguiente:

La cárcel-ghetto: se parece a vecindarios muy pobres, donde los reclusos viven o están en constante contacto con parientes y personas del exterior, estableciendo un sistema de autogestión, con una mínima seguridad y violencia. Ejemplos de este tipo pueden encontrarse en Bolivia y México.

La cárcel-campo: de concentración, donde predominan los castigos arbitrarios y la incapacitación, con graves problemas de salud y de seguridad personal y con altos índices de violencia y muertos. Frecuentemente los propios reclusos controlan el establecimiento y los guardianes se mantienen en el exterior, pero son responsables de introducir armas y drogas dentro de la cárcel. Varios ejemplos pueden encontrarse en Venezuela y Brasil.

La cárcel-hotel: generalmente no hacinada, apoyada fundamentalmente por reclusos acusados de delitos no convencionales y con la aceptación del personal administrativo, que les permite privilegios especiales, ya que no pertenecen a los sectores más pobres. Recientemente se observa el desarrollo de un nuevo modelo bifurcado (dividido), con la construcción en algunos países de la cárcel de máxima seguridad para grandes traficantes de drogas y lo que tradicionalmente se calificaba como "delincuentes políticos" pero que hoy en día se llaman genéricamente "terroristas", por razones que escapan a los límites de esta presentación. Es cierto que en los dos casos reciben sentencias muy duras y son objeto de medidas extremas de seguridad, pero el tratamiento no es similar. Por ejemplo, en el caso de aquellos acusados de terrorismo, se llega al caso extremo, como el de Perú, donde los establecimientos son subterráneos o en las grandes alturas de la Sierra, alejados de cualquier contacto externo, y viviendo en condiciones que violan los mínimos principios de la doctrina internacional sobre derechos humanos de los reclusos antes señalada. En contraste, los grandes traficantes de drogas generalmente tienen todo tipo de privilegios, incluyendo visitas permanentes y comidas especiales. El ejemplo más notorio fue la famosa prisión de La Catedral en Medellín, Colombia. Pero en la actualidad persiste esta práctica en varios países, como el caso de México.

Una prisión para mujeres en Texas, las condiciones de vida en las cárceles están muy lejos de ser ideales. La privación de libertad afecta, de manera indiscutible, a los prisioneros y, en algunos casos, la cárcel puede resultar incluso perniciosa para el deseo de reinserción de un prisionero. Debido a ello, la mayoría de las democracias contemplan la posibilidad de cambiar las penas de cárcel por penas sustitutivas como, por ejemplo:

• trabajos de interés general (llamados trabajos comunitarios)

• un brazalete electrónico de vigilancia, fijo o móvil

• una multa (que puede añadirse al encarcelamiento)

• permisos condicionales (trabajo, formación, con obligación de ir a dormir a la cárcel). El incumplimiento de alguna de ellas conlleva una revocación de estos permisos y una revisión de la condena.

• aplazamiento de la condena

• confiscación de los bienes que permitan el pago de la infracción cometida.

Mencionar los Programas destinados a la “Evaluación del clima social en las cárceles de todo el mundo”; de “Animación Socio-cultural”; “Educativos”; de “Prevención y Atención a Toxicómanos”; de “Cultura y Deporte” y los específicos de “Tratamiento”.

En este punto, la investigación llama la atención en torno a que las llamadas “macrocárceles” han incrementado los obstáculos para la reinserción de los privados de libertad, tanto por su configuración arquitectónica como por su ubicación, así como por los mecanismos de control y seguridad que incorporan. Todo ello las convierte en macanismos necesariamente violentos, tendentes a incrementar el grado de aislamiento y separación de la sociedad.

Es importante destacar que este estudio revela que estas macrocárceles constituyen espacios absolutamente cerrados, donde surge un nivel de conflictividad que genera violencia en una doble dirección: “por un lado entre los mismos privados de libertad y los funcionarios que forzosamente ven su relación marcada por la desconfianza y el recelo, cuando no por el desprecio mutuo, este tipo centro penitenciario se da en Europa.

En los Estados Unidos, están privatizados los centros de reclusión o prisiones dirigidas por personal con formación militar no de carrera. Existe una prisión muy particular como es la de Guantánamo que está dirigida y custodiada por militares de carrera. En ese sentido, es la violencia fría y sin estridencias que se ejerce desde los mecanismos institucionalizados de control y supervisión la que más se rechaza por parte de las personas privadas de libertad.

El régimen de vida del primer grado o del aislamiento es un instrumento reglamentariamente establecido que genera la soledad extrema, el aislamiento casi absoluto, la total ausencia de intimidad; en definitiva, una situación de dominio y sometimiento radical”.

LA ARQUITECTURA PENITENCIARIA, es la aplicación de nociones arquitectónicas de forma, espacio y función a la construcción de prisiones, surge de manera definitiva durante la segunda mitad del siglo XVIII como coadyuvante de la reforma penal que se lleva a cabo en ese momento en el mundo. Dicha disciplina aparece también unida a la naciente concepción de penitenciaría: un nuevo paradigma de reclusión en el que se busca el arrepentimiento del ofensor a través del silencio, el aislamiento y la penitencia.

Del movimiento de reforma carcelaria en Europa, que lleva al surgimiento de Las primeras concepciones de cárceles tenían como único fin el encierro y el castigo, por lo que su utilizaron pozos, cuevas, viejas naves, etc. sin importar el lugar. Luego comenzaron a construirse edificios, pero la ideología base seguía siendo la misma.

Las cárceles y presidios del periodo no cuentan con un modelo arquitectónico determinado, sino que más bien se utilizan otros edificios que cumplan esta función: antiguos cuarteles, calabozos, posadas y monasterios, que en su mayoría poseen un diseño de planta rectangular. De esta manera, y ocultos de la sociedad, los establecimientos de reclusión se prestan para todo tipo de irregularidades.

En el campo de la filantropía y el humanismo destaca el trabajo del inglés John Howard, quien a partir de 1773, realiza una serie de visitas a cárceles de Europa para conocer las condiciones en las que se encuentran los prisioneros. En Inglaterra y Gales, en la que realiza una serie de denuncias sobre la situación de las cárceles abarcando e inhumanidad desde las consideraciones administrativas y arquitectónicas, hasta aquellas relacionadas con la higiene, la seguridad y la distribución de los internos en los establecimientos; no había clasificación por delito e incluso por edades ya que el patio era común para jóvenes y adultos eso serbia de escuela para esos niños que se sentaban a escuchar

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