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SISTEMA PENITENCIARIO EN EL MUNDO


Enviado por   •  27 de Abril de 2014  •  4.523 Palabras (19 Páginas)  •  952 Visitas

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EL SISTEMA PENITENCIARIO EN EL MUNDO.

En la mayor parte del mundo los sistemas penitenciarios, tienen como finalidad la readaptación o reinserción del individuo a la sociedad, pero este tema representa algo más complejos para cada país. Los sistemas penitenciarios del mundo no son perfectos. Pero han intentado evolucionar de acuerdo a las necesidades y conocimiento de cada país.

En todos los países del mundo, los sistemas judiciales se encuentren contaminados de corrupción, discriminación y todos aquellos vicios que desemboquen en una deficiente aplicación de la ley o de la impunidad.

En los últimos años se evidencia en América Latina un crecimiento inmanejable de la población carcelaria, debido a la tendencia de resolver los delitos por medio de la prisión preventiva, pero el lento procedimiento penal y la resistencia a la aplicación de sanciones alternativas.

En este sentido, los procedimientos anacrónicos (equivocados), la corrupción y la ineficiencia juegan un papel alarmante en sistema carcelario del mundo.

Desde la perspectiva de la nueva política criminal postmoderna y capitalista, lo que interesa es utilizar la cárcel como depósito para excluir e incapacitar poblaciones consideradas "peligrosas", "de riesgo", pero sobre todo "desechables". En otras palabras, la detención preventiva se convierte en una forma de castigo y lo que la ley establece como sanción penal para diferentes tipos de delito no es relevante.

Las cárceles de América Latina enfrentan un grave problema en relación con la selección y formación del personal carcelario. Con frecuencia éstas están en manos de militares retirados y de funcionarios policiales, nombrados por razones políticas, lo cual es un obstáculo crucial para profesionalizar este sector. En algunos países se observan intentos de crear escuelas de formación para el personal encargado de las actividades cotidianas de la cárcel, pero no es la norma. También es frecuente que los propios guardianes deleguen en determinados reclusos sus obligaciones. Dentro de la cárcel se observan la negligencia, la corrupción y el tráfico de influencias del personal. Mientras tanto, hay una carencia de servicios técnicos para la asistencia judicial, la educación, el trabajo, la salud, las actividades culturales y el deporte, no sólo por falta de personal calificado, sino también debido a las condiciones deterioradas y viejas de los establecimientos.

En América Latina tres modelos patológicos de institución carcelaria que pueden sintetizarse de la manera siguiente:

La cárcel-ghetto: se parece a vecindarios muy pobres, donde los reclusos viven o están en constante contacto con parientes y personas del exterior, estableciendo un sistema de autogestión, con una mínima seguridad y violencia. Ejemplos de este tipo pueden encontrarse en Bolivia y México.

La cárcel-campo: de concentración, donde predominan los castigos arbitrarios y la incapacitación, con graves problemas de salud y de seguridad personal y con altos índices de violencia y muertos. Frecuentemente los propios reclusos controlan el establecimiento y los guardianes se mantienen en el exterior, pero son responsables de introducir armas y drogas dentro de la cárcel. Varios ejemplos pueden encontrarse en Venezuela y Brasil.

La cárcel-hotel: generalmente no hacinada, apoyada fundamentalmente por reclusos acusados de delitos no convencionales y con la aceptación del personal administrativo, que les permite privilegios especiales, ya que no pertenecen a los sectores más pobres. Recientemente se observa el desarrollo de un nuevo modelo bifurcado (dividido), con la construcción en algunos países de la cárcel de máxima seguridad para grandes traficantes de drogas y lo que tradicionalmente se calificaba como "delincuentes políticos" pero que hoy en día se llaman genéricamente "terroristas", por razones que escapan a los límites de esta presentación. Es cierto que en los dos casos reciben sentencias muy duras y son objeto de medidas extremas de seguridad, pero el tratamiento no es similar. Por ejemplo, en el caso de aquellos acusados de terrorismo, se llega al caso extremo, como el de Perú, donde los establecimientos son subterráneos o en las grandes alturas de la Sierra, alejados de cualquier contacto externo, y viviendo en condiciones que violan los mínimos principios de la doctrina internacional sobre derechos humanos de los reclusos antes señalada. En contraste, los grandes traficantes de drogas generalmente tienen todo tipo de privilegios, incluyendo visitas permanentes y comidas especiales. El ejemplo más notorio fue la famosa prisión de La Catedral en Medellín, Colombia. Pero en la actualidad persiste esta práctica en varios países, como el caso de México.

Una prisión para mujeres en Texas, las condiciones de vida en las cárceles están muy lejos de ser ideales. La privación de libertad afecta, de manera indiscutible, a los prisioneros y, en algunos casos, la cárcel puede resultar incluso perniciosa para el deseo de reinserción de un prisionero. Debido a ello, la mayoría de las democracias contemplan la posibilidad de cambiar las penas de cárcel por penas sustitutivas como, por ejemplo:

• trabajos de interés general (llamados trabajos comunitarios)

• un brazalete electrónico de vigilancia, fijo o móvil

• una multa (que puede añadirse al encarcelamiento)

• permisos condicionales (trabajo, formación, con obligación de ir a dormir a la cárcel). El incumplimiento de alguna de ellas conlleva una revocación de estos permisos y una revisión de la condena.

• aplazamiento de la condena

• confiscación de los bienes que permitan el pago de la infracción cometida.

Mencionar los Programas destinados a la “Evaluación del clima social en las cárceles de todo el mundo”; de “Animación Socio-cultural”; “Educativos”; de “Prevención y Atención a Toxicómanos”; de “Cultura y Deporte” y los específicos de “Tratamiento”.

En este punto, la investigación llama la atención en torno a que las llamadas “macrocárceles” han incrementado los obstáculos para la reinserción de los privados de libertad, tanto por su configuración arquitectónica como por su ubicación, así como por los mecanismos de control y seguridad que incorporan. Todo ello las convierte en macanismos necesariamente violentos, tendentes a incrementar el grado de aislamiento y separación de la sociedad.

Es importante

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