Seguridad Publica
Carolatrejo8 de Junio de 2014
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La seguridad como necesidad del hombre
La seguridad se convierte en el principal objetivo de principal prioridad sobre otros. Una sociedad tiende a proporcionar esta seguridad a sus miembros.
A veces, la necesidad de seguridad sobrepasa a la necesidad de satisfacción fácil de las necesidades fisiológicas, como paso por ejemplo en los residentes de Kosovo, que eligieron dejar un área insegura para buscar un área segura, contando con el riesgo de tener mayores dificultades para obtener comida. En caso de peligro agudo la seguridad pasa delante de las necesidades fisiológicas.
La seguridad Publica
La seguridad pública implica que los ciudadanos de una misma región puedan convivir en armonía, cada uno respetando los derechos individuales del otro. El Estado es el garante de la seguridad pública y el máximo responsable a la hora de evitar las alteraciones del orden social.
En este sentido, la seguridad pública es un servicio que debe ser universal (tiene que alcanzar a todas las personas) para proteger la integridad física de los ciudadanos y sus bienes. Para esto, existen las fuerzas de seguridad (como la policía), que trabajan en conjunto con el Poder Judicial.
Las fuerzas de la seguridad pública deben prevenir la comisión de delitos y reprimir éstos una vez que están curso. También es función de las fuerzas de seguridad perseguir a los delincuentes y entregarlos a la Justicia, que será la encargada de establecer los castigos correspondientes de acuerdo a la ley.
Orden público
Abarca diversos principios jurídicos, como la Constitución de cada Estado y otras normativas. A nivel general, puede decirse que el orden jurídico es aquel que surge como imposición de las autoridades y que, por sus características, actúa como límite a la libertad de los seres humanos.
Esto supone que se considere que entre las acciones que van en contra del mantenimiento de ese orden público, en beneficio de todos y cada uno de los ciudadanos, está el llevar a cabo alteraciones de diversa tipología, acciones violentas o realizar ruidos nocturnos que alteren el descanso y la tranquilidad de las personas.
De ahí que se establezca que son infracciones y delitos contra el orden público aquellos que interrumpan la paz de la ciudadanía. Entre los mismos se pueden citar desde atentados contra la autoridad pertinente, la desobediencia, delitos de terrorismo, tenencia o tráfico de armas y posesión de explosivos o municiones de diversa tipología.
Sanciones económicas e incluso penas de cárcel son algunas de las consecuencias más frecuentes que tiene para una persona el haber llevado a cabo una acción que se tipifique como alteración del orden público. Así, por ejemplo, es frecuente que las autoridades pertinentes lleven a cabo multas monetarias a ciudadanos que en estado de embriaguez han realizado escándalos, ruido y trifulcas violentas en la calle en perjuicio de los vecinos de la misma.
No obstante, también hay que subrayar que se considera que además forman parte del ámbito del orden público el cuidar el estado de salud de la ciudadanía. En este caso, concreto lo que se hace es velar por la protección de los habitantes de un lugar evitando en todo momento que se produzcan intoxicaciones o epidemias, que también están tipificadas como un delito contra el citado orden.
El orden público, en la esfera del derecho privado, es una limitación a la autonomía que pretende eliminar aquellas conductas que son opuestas al interés común.
El derecho público, por su parte, entiende al orden público como aquel que surge del respeto por ordenamiento jurídico y que representa la paz social. Si los ciudadanos respetan las leyes, la convivencia social se desarrolla en paz y armonía.
Paz Social
La paz social es el Bienestar de la Sociedad por medio de Estados organizados, desarrollando avances, objetivos y metas para la prosperidad de sus Estados. En esta oportunidad el Jurista Hans Kelsen nos dice que "La Paz es una situación que se caracteriza por la ausencia de la Fuerza. Dentro de una Sociedad organizada, sin embargo, la ausencia absoluta de Fuerza la idea del anarquismo no es posible. El empleo de la Fuerza en las relaciones entre los individuos se evita reservándolo para la Comunidad". La Sociedad en Paz estimula la confianza y Desarrollo en una Nación, promoviendo el desarrollo progresivo que persigue todo pueblo respetando sus deberes y Derechos para llegar hacer un estado sostenible que se supero sus adversidades por medio de la Paz y no de la Fuerza.
Fundamentos de la paz social
La Paz Social se da en el Bienestar de toda la sociedad fundamentado por la forma de gobierno de cada estado, tomando como primordial fin el Respeto y la Integridad de la Persona Humana. Según Hans Kelsen nos dice "La Paz Social está dada en la sociedad de diferente manera se establece en todo los medios de desarrollo Social, por ejemplo en la Economía si se alcanza los acuerdos en beneficio mutuo sin contradicciones y faltas se llegara a la productividad alcanzada, es por eso que las formas de la Paz Social es fundamental en una sociedad por que establece los acuerdos en pos de beneficios comunes sin estar al tanto de las faltas de cada una de sus partes".
Entonces se podría señalar que el Hombre desde sus inicios comenzó a desarrollarse en peleas y luchas, buscando el desarrollo por medio de la fuerza, el tiempo y la experiencia en el camino de su vida cambio su manera de pensar, es así que consigue aprovechar mejor lo que tiene por medio de la paz y no por medio de la fuerza, que causa un terrible mal a su propia nación y desarrollo como Estado.
Orígenes de la Seguridad Pública
En los años en los cuales se consolida el Estado Nacional argentino, la seguridad pública está estrechamente relacionada con el concepto del orden y éste, a su vez, con el ideal del progreso. Tal como lo dice Oszlak, el Estado nacional debía afrontar –y derrotar: “[…] las múltiples instancias de enfrentamiento armado, que en las distintas experiencias nacionales se expresaron en levantamientos de caudillos locales, rebeliones campesinas, incursiones indígenas, intentos secesionistas y otras formas de contestación a la pretensión de concentrar y centralizar el poder de acuerdo con un determinado esquema de dominación”. Siendo estas las preocupaciones principales del Estado en cuanto a la seguridad interna, es lógico que sean divisiones del Ejército las que se encarguen de ello, más teniendo en cuenta que no había una autoridad policial con jurisdicción en todo el territorio y varias de las fuerzas de seguridad provinciales todavía debían ser sometidas a la voluntad del gobierno nacional. La autoridad civil correspondiente era, en este entonces, el Ministerio de Guerra y Marina. Recién a partir de 1882, dos años después de la federalización de Buenos Aires, el Ministerio del Interior pasa a tener fondos destinados a la Policía de la Capital.
Seguridad Pública durante los 90s
El tema de la seguridad pública comenzó a tener un peso relevante en la agenda política a nivel nacional recién durante la segunda mitad de los años noventa. En parte esto se debe a que las prioridades hasta aquel entonces pasaban, por un lado, por la consolidación del orden democrático institucional y, por otra parte, por lograr cierta estabilidad económica y financiera, sobre todo luego de la crisis de hiperinflación vivida a principios de 1989. Como veremos, la escalada de la situación de inseguridad está sin duda ligada a los efectos más perniciosos del modelo económico implementado durante los noventa, que empezaron a sentirse fuertemente en 1997 cuando el país entró en recesión; la principal consecuencia fue el notable incremento de la desigualdad en la distribución de la riqueza. Es importante destacar esto pues no es lo mismo que afirmar que existe una relación positiva entre pobreza y delincuencia ya que varias de las provincias con peor índice de desarrollo y más personas con necesidades básicas insatisfechas no son necesariamente aquellas con mayores índices de criminalidad. Este incremento de la inseguridad fue particularmente visible en los grandes centros urbanos del país: la Ciudad de Buenos Aires, el Gran Buenos Aires, Rosario y Mendoza. Durante los noventa comenzaron a proliferar las organizaciones de crimen organizado. Entre sus principales operaciones se destacan el tráfico de drogas y armas, el robo y desarme de automóviles, el tráfico de personas, y para el caso particular de la provincia de Buenos Aires, la denominada “piratería del asfalto”: el asalto a camiones de mercadería de empresas privadas. En cuanto al negocio de las drogas, durante la última década y media se ha tornado innegable la transición de la Argentina desde un típico país de tránsito, donde llegan por contrabando cargamento de sustancias ilegales provenientes de los países productores de la región (Bolivia, Colombia y Perú) y de ahí son exportadas a los mercados de consumidores con mayor poder adquisitivo, sobre todo hacia Europa, a un país de consumo, particularmente de cocaína y marihuana en los sectores más pudientes4 y pasta base o “Paco” en la gente de menores recursos. Asimismo, este fenómeno se tornó mucho más tangible para la sociedad a partir de algunos episodios criminales de alta circulación en los medios que desnudaron la peor cara de sus fuerzas policiales, sobre todo en el caso de la policía bonaerense. Entre ellos se incluyen los atentados contra la Asociación Mutual Israelita Argentina o la muerte de Walter Bulacio en una comisaría de Capital Federal durante su detención luego de un
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