Seminario

Los sistemas de educación preescolar

100 años después de

su institucionalizado!! El debate y los

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dilemas actuales en

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Estados Unidos

Diversas perspectivas sobre contextos y prácticas en el jardín de niñ»s*

EHzabeth Grane

La transición al jardín de niños tiene importancia educativa. Es un paso de un ambiente controlado por la familia a un entorno diseñado específicamente para la educación de los niños. Pero esa transición tiene también una importancia simbólica porque repre-

senta ef ingreso a la comunidad. En este contexto, los niños tienen acceso a más recur¬sos y a más personas; pero también las demandas son más complejas. Para muchos niños esto constituye el comienzo de la verdadero escuela, donde se sientan las bases para el éxito ulterior. Que esta transición sea fácil depende de la conjunción entre las carac¬terísticas y experiencias de los niños y los recursos y expectativas del personal escolar responsable. Esta conjunción no sólo consiste en asegurar que los niños estén "capaci¬tados" para satisfacer las demandas de la escuela, sino en asegurar que las escuelas se adapten a las diversas y cambiantes necesidades de los niños, cuyas vidas dependen de

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nuestro apoyo hacia ellos.

El objeto de este libro es facilitar dicha transición: es decir, disminuir las dificultades en el encuentro entre el niño y el medio. Este capítulo se enfoca particularmente sobre la

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base del conocimiento relacionado con el contexto y las prácticas del jardín de niños. Se examina lo que se sabe acerca de esta etapa especial en la educación del niño: cómo nos organizamos para enseñar, cómo elegimos qué vamos a enseñar,y qué implicaciones tiene esta selección sobre el éxito de nuestros alumnos.

El análisis está organizado en torno de tres preguntas: la primera: ¿a quién podemos enseñar?, supone la idea de que los maestros no educan a estudiantes genéricos, sino que, al mismo tiempo que se cuestionan quiénes serán los beneficiarios de la educación, trabajan con los niños. La respuesta a esta pregunta determina las decisiones sobre cuáles niños ingresan al jardín de niños, cuándo empezarán y cómo serán agrupados.

La segunda pregunta, ¿cómo podemos enseñar?, se relaciona con las decisiones de cómo programar el día escolar y qué orientaciones filosóficas se emplean para llevar a cabo la enseñanza. Hace referencia a las prácticas apropiadas para el jardín de niños y a las técnicas y métodos que empleamos para la enseñanza.

La tercera pregunta, ¿qué podemos enseñar?, analiza los contenidos educativos en el

jardín de niños. Las respuestas a esta pregunta se relacionan con nuestros conceptos sobre la naturaleza intelectual de nuestro trabajo con los niños (es decir,qué es importan¬te que los niños de cinco años aprendan). Las tres preguntas están interrelacionadas pero se presentan de forma separada para organizar la compleja bibliografía sobre enseñanza y aprendizaje en el jard'.i de niños.

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?A quién podemos enseñar?

La primera pregunta que es necesario enfrentar al examinar las prácticas de la educación temprana es cómo se definen los parámetros de estas prácticas educativas. La pre¬gunta: ¿a quién podemos enseñar?, determina una transición exitosa que constituye el fundamento del curriculum y establece las normas para los niños, los maestros y los progra-

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mas. En un mundo ideal, los programas estarían abiertos a todos los niños y podrían satisfacer todas sus necesidades. Pero en el mundo real, existen parámetros de carácer histórico, ideológico, filosófico y pedagógica sobre las expectativas y las prácticas.

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La "madurez"

Aunque otros autores se concentran en el tema do la madurez,es ImpOflbk ¡inah/^r VA: prácticas en el aula durante los primeros años sin discutir sobre los concepteóla» prác¬ticas y las políticas relacionadas con este tema. Esta es la base fundamental d<; VA niñez temprana-en parte ciencia, teoría, mito, percepción y pasión- que prepara n\ ^'.'^nurio de las cuestiones específicas a considerar y de las tareas particulares para lo-, niño-, *\ ingresar en la escuela (Graue, I993b). Por su importancia en la toma rio d^MMoní:-. respecto a los niños pequeños, en este capítulo analizaré las políticas y prácticas que determinan la madurez del niño y que establecen los parámetros sobre a quién se enseña y, por tanto, qué y cómo se enseña.

Lo edad de ingreso. Al fijacomaJecha límite de ingreso se definen los mínimo-, do desarrollo requeridos para que los niños puedan incorporarse a las prácticas ríe ense¬ñanza. Al mismo tiempo, se establece la que muchos consideran como la puerta de acceso más equitativa: una fecha de ingreso concreta es una información accesible a casi todas las familias y requiere de mínimas decisiones. Sin embargo, fijar esa fecha no es un asuntc^£r¡vial/Desde finales de los 60, el periodo de ingreso al jardín de niños

cambió de septiembre a diciembre, movimiento

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