Ser maestro es...

Ser maestro es…

La labor del docente implica, ante todas las cosas, una gran responsabilidad y entrega a su trabajo, una de las cosas más importantes para dedicarse a esta carrera de vida es principalmente, no verlo como una carrera o trabajo, es saber la importancia y la relevancia social que tiene el docente y el impacto, pudiendo ser este positivo o negativo, que llega a tener en los alumnos y en los padres de estos.

Es saber que la mayor satisfacción que puedes llegar a tener es ver reflejado ese avance que, en conjunto con tus alumnos, van teniendo durante la duración de un ciclo escolar, es generar un control grupal que sea generado de manera grupal, propuesto por los alumnos y el maestro en conjunto, lograr tener un trabajo guiado por la convivencia, una convivencia que tome en cuenta las preferencias de todos los individuos que integran la comunidad escolar que se crea en un aula.

Es ser lo suficientemente capaz de reconocer las características de todos los alumnos y tomarlas en cuenta durante el desarrollo de una sesión, es emplear esa creatividad, que debe ser la mano derecha del docente, para fomentar una motivación hacía el aprendizaje, es amar lo que haces y conseguir que los niños lo noten, es muy probable que cuando ellos sepan que el maestro, su maestro, ama ser maestro, toma en cuenta sus inquietudes y preferencias pero sobretodo los toma en cuenta como individuos, ellos consigan amar el aprendizaje e incrementar sus procesos para aprender y la seguridad que tienen al llevar a cabo todas las tareas, dentro y fuera de la escuela.

Hay momentos en los que puedes llegar a sentirte frustrado, solo, un tanto desconcertado y creer que no tiene sentido todo el trabajo que se realiza en el aula, es normal, es necesario tomar en cuenta que para construir y mejorar es necesaria la presencia de cosas negativas, cosas de las cuales aprender, cuan aburrida sería la vida del docente si no hubiera retos, y la vida del docente nunca debe siquiera acercarse a esa idea.

Es sentirse orgulloso de su labor, es buscar el mejoramiento de cada una de las áreas de oportunidad, y como tal nunca dejar de detectarlas, es detectar estrategias que ayuden a tus alumnos a construir su aprendizaje, pero sobre todo es tomar en cuenta que la mejor estrategia que puedes tener en el aula es la comunicación, una de esas que da seguridad, una de esas en las que no tienes miedo a expresar tus ideas y saber que nadie va a juzgar lo que sabes, es generar una confianza en la que todos puedan expresar sus dudas y aprender de ellas.

Me gustaría concluir diciendo que ser docente, pero sobre todo, querer ser docente te da la mayor de las felicidades que cualquier otra profesión te puede dar. Ser en realidad un profesional de la docencia es saber amar lo que se hace, más allá de todos los retos que puedan existir. Es sentir esa libertad en clase y hacer que tus alumnos también se sientan libres al aprender, sin cadenas, sin ataduras, sin sillas y pupitres que te aten a aula en la que no quieres estar, es buscar la excelencia profesional y humana, pero sobre todo no olvidar que ser docente va más allá de las 5 horas, va más allá de 30 años de servicio, es un estilo de vida, y es la mejor que alguien pudiera elegir.

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