Si Puedes Respirar, Puedes Liderar

En nuestra sociedad existe una creencia arraigada de que solo los directivos de una organización necesitan ser verdaderos líderes para poder encaminar sus esfuerzos y los de sus subordinados hacia la consecución del objetivo de dicha organización, lo cual es totalmente falso, porque aunque los directivos suelen perseguir este fin, cosa que está muy bien, lo cierto es que cualquiera puede ser un líder. De hecho Robin Sharma, en su obra “El líder sin cargo”, defiende la postura de que cualquier persona independientemente del lugar que ocupe en la jerarquía de la organización, puede desarrollar su capacidad para ello, y a través de una maravillosa fábula nos proporciona herramientas y técnicas para hacer de esto una realidad. Entonces, ya no es posible que nos refugiemos tras la excusa de que porque no poseemos un cargo elevado, no tenemos el deber de considerarnos responsables de los resultados de la organización, pues conocemos de antemano que para liderar no hace falta poseer una autoridad oficial, sólo es necesario el deseo de involucrarse y asumir el compromiso de dejar atrás las excusas y sentar un precedente.

En este sentido, partamos de la premisa de que para alcanzar el éxito es necesario empezar a ejercer el liderazgo en cada momento de nuestras vidas, y para ello es fundamental disponer de los tres aspectos que integran la siguiente ecuación:

ÉXITO = EMOCIÓN + ENERGÍA + PASIÓN

Emoción, en el sentido que un líder exitoso es capaz de basar sus habilidades en el conocimiento y manejo de sus emociones, posee capacidad de automotivarse y de entender y manejar las emociones de los demás. Energía y vitalidad para ser altamente productivos y no desfallecer a medio caminar. Y pasión, porque esta es la fuerza que le da energía a nuestros talentos para alcanzar la excelencia.

Ahora bien, a nivel organizacional, el liderazgo representa una ventaja competitiva en la medida en que desarrollar el talento para ser líder en cada individuo de la organización más rápido que la competencia, se vuelve una tarea persistente, puesto que la única manera de que cualquier organización progrese en esta época de contingencias es comenzar a implementar un modelo revolucionario de liderazgo, en donde el mismo entorno cree una cultura en la cual cada uno NECESITE ejercer el liderazgo, apuntando a la innovación, estando preparados y abiertos para asumir el cambio, una cultura organizacional que sirva de marco para que cada quien asuma responsabilidades por los resultados obtenidos, siendo positivos y estando dispuestos a entregarse sin reservas a dar lo mejor de sí mismo. Estoy hablando de cada integrante de la organización, desde la persona de servicios varios hasta el gerente, porque en el modelo propuesto de liderazgo, los títulos y cargos, que otorgan poder, sencillamente no importan, ya que dicho

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