Sueño De Azucena

Sueños de Azucena

Erase una vez, una historia que está en la espalda del tiempo, nació una hermosa niña en un pueblito llamado Quilitapia, por nombre le pusieron su madre y sus padrinos Azucena. Ella era la hija menor de cuatro hermanos, muy laboriosa, bondadosa e inteligente. Su madre era la lavandera del pueblo, era madre soltera, que vivía en una casa arrendada, se esforzaba por sus hijos cada día, salía muy temprano de su casa y llegaba muy tarde por la noche; con harina, leche condensada y azúcar. Mientras la hija mayor Nelly estaba encargada de sus tres hermanos cuando la madre no estaba en casa; al regresar sus hijos, la esperaban con fuego y el tacho hirviendo, cansada su madre empezaba hacer las churrascas, para darles alimentos a sus hijos, que consistía en una churrasca y una taza de leche condensada, la taza era de otro tarro de leche condensada. La madre empezaba a darles según se asada la churrasca, a los dos niños en primer lugar, luego a las dos niñas y por ultimo ella ( La madre), eran felices se conversaban mucho las anécdotas del día y se reían mucho; ya era de noche todos se iban a la pieza, la luz que alumbraba era una lámpara de parafina ( chonchona ),en esta pieza cada uno hacia las tareas, dibujos o estudiaban sobre el baúl, al rato después la madre los llamaba para decir las oraciones de la noche junto al altar donde estaba Jesús de Pragita, la estampita, el rosario y escapulario. Terminadas las oraciones, todos se iban a la cama, ahí acostados Azucena que era la más pequeña leía los cuentos que cada hermano le pedía, el hermano llamado Jaime le gustaba el cuento "Danauta", el hermano Jorge le gustaba "La mujer y sus siete hijos hambrientos", además de los "geniecillos laboriosos" y a la hermana Nelly, los "músicos viajeros" y "el hombrecillo de un metro" y a la madre le gustaba "Caperucita Roja" y "Las tres cabritas y el lobo" y a Azucena le gustaba la "Cenicienta" y "Rapuncel" además de poemas, refranes y canciones. Cada noche era la misma rutina y así fue creciendo Azucena, no faltaba jamás a la escuela a pesar de ser muy pobre era muy feliz, su mochila era una bolsa de fideos caracolitos donde cabían dos cuadernos de cuarenta hojas. Azucena era una niña muy soñadora e imaginativa, ella se la arreglaba para saber la hora sin tener reloj mirando el sol y marcando la sombra en la casa, siempre se imaginaba que vivía en una hermosa casa con lindas muñecas a pesar de que tenia puras muñecas de trapo pero con ellas jugaba haciéndole ropitas y maletas con cajas de Rinso.

Todas las mañanas su madre se levantaba muy temprano para mandar sus hijos a la escuela, a Azucena la peinaba haciéndole un tomate bien apretado que le quedaba tirante los ojos..., destacándose en la escuela por sus trabajos y participaciones en todas las actividades de la escuela, Azucena recitaba, bailaba, cantaba, participaba en los concursos de deportes era una niña muy competitiva y ganadora, al igual que sus hermanos, que completaron la enseñanza básica, la hermana Nelly fue dueña de casa, Jaime fue chofer de camiones y Jorge fue maestro albañil, todos ellos en su pueblo, pero Azucena quería seguir estudiando, su madre le decía !Pero hija, si yo no tengo para darte estudio¡¿De dónde quieres que te saque?, Azucena, respondía, !yo voy a estudiar igual no mas, como sea, yo quiero estudiar¡.

Mientras tanto en la escuela básica del pueblo la pequeña Azucena había logrado beca de la Junta nacional de auxilio escolar y beca, por su buen rendimiento escolar y por su situación económica.

Los profesores de su escuela le decían, chiquita pero cumplidora por su espíritu de superación por esa energía emprendedora todos los profesores de la escuela la estimulaban y la motivaban para que siguiera estudiando, le decían !Eres muy habilosa, no puedes perderte en este pueblo¡.

Azucena no tenía nada ni nadie que pudiera ayudarla, solo las ganas de seguir estudiando y ser una profesional, para poder trabajar y ayudar

...