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TEMA: MI SILENTE AMIGO


Enviado por   •  22 de Abril de 2016  •  Apuntes  •  1.781 Palabras (8 Páginas)  •  145 Visitas

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MI SILENTE AMIGO

¿ Cómo amaneció, hoy, mi querido amigo?. Le correré un poco las cortinas de la pieza para que ingrese el sol y el suave viento de la costa. Le contaré que el día está precioso, hay un sol radiante y está abrigando, así no le van a doler sus amohosadas articulaciones y ya comienzan a llegar los turistas a la playa. Sí,,, supongo que vendrá nuevamente aquella morena de cuerpo bronceado a tomar sol y que lo hace sólo con la parte inferior del bikini.

¡ Cómo se reía usted de entusiasmo cuando la vio !, mientras se escandalizaba nuestra vecina y hacia mirar a sus nietecitos a una gaviotas que corrían por la playa.. Es tan prejuiciosa la gente, ¿no lo cree usted?. ¡ Claro como se lo pasa callado o durmiendo, no me responde nada ¡

De repente, siento que estamos perdiendo la comunicación, aunque mayormente no me preocupa, si pensamos que hay cosas que se pierden para siempre y aunque estén a nuestro lado, se les encuentra lejos., como sucede con la belleza, la cual mucha veces es de un instante y sólo dura algunos minutos , como lo fue el ocaso que observamos ayer desde la terraza del hotel. Es tan rápida la vida, se pasa de un extremo a otro en un cerrar de ojos. Somos seres imperfectos y vamos como la efímera, viviendo todo en un día

Yo amanecí un poco cansado, quizás por los tragos de más que bebí anoche….No…---No. me vuelva a insinuar eso, yo no soy un bebedor… de vez en cuando una cerveza, cuando aparece algún amigo y es todo , sucede que estoy vivo y como tal, siento, gozo y sufro. Muchas veces mi alma está en otra parte y sólo mi cuerpo es lo visible.

Ayer una chica se sentó sobre un roquerió, allá abajo en la playa y perdió su vista en el océano. Comenzó a subir la marea y las salinas aguas lamían sus pies y ella los sacaba y metía al agua, jugando en el mar,. Yo, de lejos la observaba, mientras usted tomaba los últimos rayos de sol. Ella permanecía inmóvil, al igual que usted, y yo trataba de escudriñar dentro de su mente. Me preguntaba que estaría pensando o a quien esperaba. Quizás se hacía algunas preguntas íntimas frente a algún fracaso de amor, que suelen suceder a menudo, o bien, se preguntaba por su existencia, la pregunta que muchos nos hacemos: ¿qué quiere el mundo o los demás de nosotros?

En silencio la observaba y pensaba también en mí, en las reacciones equivocadas que solemos tener frente a algunas posibilidades que nos da la vida y que como son oportunidades, no suelen darse a menudo y hay que aprovecharlas cuando aparecen ¿ y los riesgo ?. Bueno, eso es lo que hace que algunas oportunidades se dejen pasar. No existen las segundas oportunidades y muchas veces es mejor aceptar lo que el mundo nos ofrece. Lo digo por los años que llevamos juntos.¡ No lo vayan a molestar mis palabras!

Al igual que usted, a mí me sucede la sensación que en primer lugar uno debe ser fiel a sí mismo, al igual que en la amistad, si se busca la amistad verdadera, antes debo conocer y dejar las amistades mediocres. Es lo que me ha sucedido con usted, razón por la cual tenemos tanto tiempo esta amistad, aunque callada, es amistad. Muchas veces más vale callar que hablar demasiado. El silenció también es escuchar cómo hablar, y algunas veces las palabras sólo provocan malos entendidos.

Veo que está despertando, aún no me ha dicho, mi señor, ¿qué vestuario se pondrá hoy ?. Lo dejaremos para más tarde, mientras se despierta, le sigo contando de la chica de los roqueríos. Su mente estaba lejana. De ser romántico se pensaría que estaba esperando a un marinero, mientras, seguramente pensaba que en este mundo nada pertenece a cada uno y que perdía el tiempo cuidando lo que había adquirido a través de los años . Mejor debía vivir la vida como si hoy fuese su primer o último día de vida, en forma intensa, amando, siendo amada, o bien, intentándolo.

De repente tomó sus chalas, encendió un cigarrillo y tomó rumbo desconocido, seguramente hacia la disco. Al pasar frente a nosotros saludó y usted, coquetamente le cerró un ojo y ella rio de buenas ganas. Al parecer iba decidida entre ser una víctima de sus temores internos o bien, ir en busca de un tesoro y, poco a poco, fue apresurando el paso. ¿qué pretendería hacer, por qué reía sola?, ¡nunca lo sabremos!

Usted sólo me escucha y ni siquiera sé si me presta atención, creo que mejor será que salga al balcón y me ponga a conversar con las plantas, las que de seguro, me prestarán mayor atención, sin importar las estupideces que pueda hablar.

A ver, ustedes, amigas plantas, pongan atención, quiero contarles de lo que he vivido con este señor que está en la cama, sin decir nada. Lo escogí a él, porque pensé que sería un buen amigo ( y lo ha sido, claro si, a su manera). Con él he tenido grandes experiencias, las que me han llevado al límite de mis esfuerzos y en ese punto es cuando realmente me he logrado conocer. Eso

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