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Taller De Educacion Fisica


Enviado por   •  16 de Marzo de 2014  •  2.863 Palabras (12 Páginas)  •  269 Visitas

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PROYECTO EDUCATIVO |

“LOS RECREOS: UN MOMENTO Y LUGAR PARA DISFRUTAR” |

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ESCUELA Nº 1-032 “MARIANO MORENO” |

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DOCENTES DE PRIMER CICLO |

01/01/2012 |

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ESCUELA 1-032 “MARIANO MORENO”

PROYECTO EDUCATIVO

“LOS RECREOS, UN MOMENTO Y LUGAR PARA DISFRUTAR”

El recreo: un lugar significativo

En la escuela no solo existe el espacio del aula, en donde se imparten normalmente clases y en el cual la relación pedagógica está claramente definida y es objeto de múltiples análisis. Hay otro lugar, es un lugar fuera del aula, aunque dentro de la escuela, es el patio del recreo.

En este lugar aparecen distintas representaciones corporales que merecen nuestra atención. Aquí los niños y niñas tienen otras maneras de desenvolverse y de relacionarse entre ellos/as y con el resto de las personas que allí se encuentran (maestras, profesores, etc.), son otros los códigos que manejan y otras las posiciones que ocupan, no tienen la contención del aula ni la obligación de permanecer sentados y callados.

Este particular lugar, existe dentro de la escuela, y por ello dentro de una tradición educativa que tanto de forma explícita, como a manera de currículo oculto marca el qué hacer cotidiano; lo que allí sucede no son hechos aislados, son, de alguna forma, hechos educativos.

Disciplinas y resistencias corporales en la escuela

Vamos a referirnos a la forma en que el cuerpo y con él, las prácticas corporales, es encauzado en distintos esquemas, gracias a estrategias decontrol disciplinario que rigen en la escuela, principalmente en el aula, y que a la hora del recreo, parecen desaparecer o por lo menos resquebrajarse.

Es la disciplina o las técnicas y tácticas disciplinarias que se producen y que instauran en el cuerpo un mecanismo de control, tan efectivo, que nadie en la escuela escapa a su vigilancia jerárquica, teniendo como norma principal dominar y controlar a los alumnos haciéndolos dóciles. (Foucault, 2000, p.139 – 199)

La escuela es un espacio de producción y reproducción de esas prácticas, muchas de carácter disciplinario, que involucran al cuerpo en su totalidad, aunque desde una concepción biológica-tecnológica (Le Bretón, 2002a); y al juego en un lugar restringido, y muchas veces reprimido. Juego, que más contenido en el aula, pasa a una liberación tal en el recreo, que da pie a distintas manifestaciones corporales que hablan por sí mismas de ese cambio radical y de esa ruptura del aula al recreo.

Por un lado en el aula se aplica la moral del no tocar, no molestar, no hablar, es decir el tipo de prohibiciones que interfieren con el “normal” desarrollo de una clase; pero por otro lado se permitió hacer mucha cosa en el recreo que antes no se dejaba, es decir, también se controló el espacio del recreo, pero de otra forma, con muchas menos prohibiciones, se dejó hacer.

Parecerían existir dos lugares bien diferenciados, en donde los códigos morales que rigen, tanto para los alumnos como para los docentes, son distintos y opuestos: el del interior del aula, en donde el mensaje hacia el cuerpo es no hacer, y el del exterior del aula o recreo, en donde el mensaje hacia el cuerpo es dejar hacer.

Esa división o separación de contenidos morales, o lugares cargados de significado y de producción de sensibilidades, genera una contradicción tal en la propia escuela que es vivida día a día, como una ruptura, como un quiebre.

En la escuela, según Mclaren(1995), hay un mecanismo o una forma ritualizada de instrucción que el maestro lleva adelante a través de técnicas institucionalizadas de enseñar, creando un marco ritual en donde las actitudes, los gestos y las conductas de los alumnos están medidas, debiendo ser correctas y en cualquier caso transgredirlas implica la sanción. Transgredir implica una resistencia a la “normalización” y es allí cuando el alumno se enfrenta al sistema ritual, desestructurando el orden imperante.

Este mecanismo disciplinario, regido por la norma y la sanción, junto con ese marco ritualizado de actitudes correctas, se ve más potenciado dentro del aula que fuera de ella, por las propias características del encerramiento entre cuatro paredes, y la estructura de la ubicación espacial, de los niños-cuerpos, o mejor dicho, niños-mente, ubicados en columnas y filas, y por el control próximo, celular, gobernado por ese clima o marco ritual.

Aunque puedan parecer prácticas pedagógicas antiguas, el excesivo disciplinamiento en el aula, es una práctica que hoy se realiza en la escuela. Quizás como una última

estrategia desesperada, por dominar a niños y niñas muchas veces “bien difíciles”, y con logros inmediatos que de alguna forma son efectivos, pero con rápidas consecuencias a la salida del recreo: corridas desesperadas, caídas, golpes, atropellos, etc.

La salida de esa “prisión”, es una descarga de energías, de prohibiciones corporales que fuera, en el patio, tienen más lugar para expresarse. Los niños se confunden con los otros y se pierde el individualismo, por lo tanto se pierde control celular. Es más fácil confundirse entre sus pares y hacer cosas que antes eran reprimidas, tienen más libertades, o por lo menos, controles más flojos.

En el recreo se expresan distintas prácticas corporales que dejan ver con más facilidad esas conductas, quizás de resistencia; a las que prestaremos especial atención como representaciones que a pesar de estar presentes en un espacio y tiempo difuso, como lo es el recreo, contienen una serie de ingredientes sociales y culturales que lo hacen particularmente rico.

Así el juego es normalizado y se le quita su origen creativo: “Al querer normalizar el juego de los niños, se corre el riesgo de traicionar el potencial de creatividad que supone y que desarrolla... Los adultos están siempre tentados a aprovechar ciertas disposiciones de la infancia para motivar artificialmente acciones conforme a los fines que se han fijado” (Schmitt, en Barreau – Morne, 1991:367)

La institución escolar acompaña muy lentamente a los cambios sociales (en sus saberes, en su

currículo), pero en el recreo, los tiempos y los ritmos parecerían correr distinto, permitiendo cierta permeabilidad con el exterior, vinculándose quizás más

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