Tarjetas Departamentales
15 de Octubre de 2013
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Tarjetas departamentales.
Cada vez más tiendas departamentales ofrecen tarjetas de crédito con beneficios que van desde facilidades para pagar a meses sin intereses, hasta la posibilidad de acumular kilómetros en programas de viajero frecuente. Si estás pensando en contratar alguna, asegúrate de conocer las ventajas y desventajas de las opciones que hay en el mercado, así tendrás más elementos para tomar una decisión.
Aunque en apariencia son muy similares, estas tarjetas son distintas de acuerdo al uso que puedes darles. A grandes rasgos podemos decir que hay dos posibilidades:
1. Tu tarjeta sólo te permite hacer compras en las tiendas de la cadena que la ofrece.
2. Tu tarjeta te permite pagar en todos los establecimientos que acepten tarjetas de crédito.
En el primer caso, la tienda que emite la tarjeta es quien ofrece el financiamiento con recursos propios (coloquialmente, les llaman tarjetas “departamentales”). En el segundo caso, quien te otorga la línea de crédito es un banco que respalda al establecimiento que te ofreció el plástico. (A estas se les llama “de marca compartida”). En este artículo hablaremos sólo de la primera opción, es decir, de las tarjetas emitidas por tiendas departamentales sin respaldo de una institución financiera.
Las desventajas
Pueden ser más caras que las tarjetas bancarias: el Costo Anual Total (CAT) promedio de estos plásticos es de 116%, muy alto si lo comparamos con el CAT promedio de las tarjetas bancarias que es de 42%, según datos de la Asociación de Bancos de México. Antes de contratar una tarjeta de crédito, fíjate en el CAT, esto te dará una idea de cuánto pagarás por el uso del plástico, esta medida incluye todos los costos relacionados con el financiamiento: tasa de interés, comisiones, seguros y otros gastos.
Sólo son aceptadas por la tienda que la emitió o aquellos establecimientos que pertenecen al grupo comercial; por eso antes de decir sí a quien te ofrece este tipo de plásticos, debes preguntarte si eres cliente frecuente de la tienda, si no lo eres, no tendrá ningún caso contratarla. Toma en cuenta que hoy las tarjetas de crédito bancarias son aceptadas en diferentes establecimientos comerciales: un restaurante, el cine, las gasolineras y hasta las propias tiendas departamentales las reciben como forma de pago.
La mayoría no cuenta con un seguro por fallecimiento que cubra la deuda de la tarjeta en caso de que fallezca el titular. Si existe una tarjeta adicional, la persona a nombre de quien está el plástico, se convierte en obligado solidario del adeudo. Liverpool ofrece un programa de protección familiar que incluye este tipo de seguro, pero con un costo, la cobertura es de hasta $20,000 para cubrir el saldo de la tarjeta en caso de que el titular fallezca. Los dos primeros meses de contratada la tarjeta es gratis y a partir del tercer mes pagas por el servicio $34.90 que se carga en tu estado de cuenta.
Pocas te ofrecen la posibilidad de disponer efectivo. Aunque disponer dinero con una tarjeta de crédito es un financiamiento caro, sabemos que las emergencias ocurren. Algunas sí te permiten hacerlo, como las de Palacio de Hierro, C&A y Liverpool (esta última te pide como requisito un mínimo de seis meses con el plástico). Con algunas puedes disponer sólo en sus tiendas, con otras sólo en cajeros automáticos y otras te permiten hacerlo en ambas modalidades.
Las ventajas.
No cobran algunas comisiones: uno de los beneficios de las tarjetas departamentales es que en su mayoría no cobran comisiones por anualidad, apertura del crédito, reposición por robo o extravío y por tarjetas adicionales. Esto es un ventaja frente a las bancarias, sobre todo si eres totalero, es decir, si pagas el total de tus consumos más las parcialidades correspondientes a las promociones a meses sin intereses, no pagarás un solo peso por el plástico. Consulta con tu tienda departamental las comisiones vigentes.
Creas historial: para otorgarte este tipo de plástico la mayoría de los establecimientos no te pide que cuentes con un historial crediticio, sólo verifican que este último, en caso de que cuentes con él, no sea negativo. Esto es una ventaja, pues no es tan fácil que un banco te dé una tarjeta de crédito sin contar con antecedentes crediticios, por eso tramitar una tarjeta departamental puede ser una buena opción para comenzar a formar un historial - los establecimientos comerciales al igual que los bancos reportan tus conductas de pago a las Sociedades de Información Crediticia que a futuro, si demuestras ser buen pagador, te abra las puertas a otros créditos. Recuerda que el crédito, usándolo con planeación y responsabilidad, es una herramienta útil para acelerar la creación de patrimonio.
Ofrecen promociones especiales a meses sin intereses, descuentos y el reembolso de un porcentaje de tus compras en monedero electrónico o en puntos con los que pueden adquirir más mercancía de la tienda. Algunos de estos plásticos otorgan descuentos en tu primera compra.
Dan la posibilidad de adquirir mercancías a pagos fijos, aunque en este esquema sí debes pagar intereses. Una modalidad a pagos fijos que llegan a ofrecer es comprar hoy y comenzar a pagar después, por ejemplo, dentro de tres meses, si bien obtienes un plazo de financiamiento mayor, la pregunta obligada que tienes que hacerte es, si hoy no puedo pagarlo, ¿podré hacerlo mañana con intereses?
Más días de financiamiento, es una de las ventajas que en particular ofrecen las tarjetas Sears y Sanborns, pues dan 25 días para pagar después de la fecha de corte sin cargo por intereses, estamos hablando de cinco días en promedio adicionales a los que ofrecen las tarjetas de crédito bancarias.
Aunque el mayor atractivo para contratar estas tarjetas son los descuentos que ofrecen las tiendas, es importante que no te dejes guiar por el impulso, evalúa si necesitas el producto y qué tan significativo es el descuento y antes de aceptar alguna de estas promociones lee los folletos informativos o la publicidad, pues así sabrás cuales son los términos y condiciones.
Ahora que conoces las ventajas y las desventajas que ofrecen estos plásticos, la decisión de contratar uno, es tuya.
Es fácil contratar.
Para otorgarte la tarjeta, los establecimientos solicitan ciertos requisitos, que varían de tienda en tienda. Si ya cuentas con una tarjeta bancaria con antigüedad mínima de un año, el trámite es más fácil, pues no te piden comprobar ingresos. Consideran también la edad, la antigüedad laboral, referencias personales y crediticias.
Piden ingresos mínimos en promedio de $4,000, menores a los que solicitan las tarjetas bancarias. Incluso algunas tarjetas no te piden forzosamente comprobar ingresos, por ejemplo, la tarjeta C&A puedes tramitarla si eres estudiante o ama de casa sin ingresos comprobables.
En todos los casos deberás llenar una solicitud y presentar una identificación oficial (credencial de elector, pasaporte o cédula profesional).
Haz buen uso del crédito.
Como las tarjetas bancarias, las departamentales tienen una fecha límite de pago y un mínimo requerido, y si no cumples con ningún pago podrías hacerte acreedor a una comisión por pago tardío, gastos de cobranza o intereses moratorios, y a una mala nota en tu historial crediticio. Por eso, si ya cuentas con una, la recomendación es: paga a tiempo y procura realizar el pago para no generar intereses o por lo menos más del mínimo para que liquides tu deuda más rápido y pagues menos intereses.
Presupuesta tus compras y analiza si podrás hacer los pagos mensuales que el comercio te requerirá según la operación, pregúntate si está dentro de tu capacidad de pago, es decir, si puedes contraerla sin riesgo a atrasarte, no sólo en esa deuda sino en todos tus compromisos financieros (hipoteca, crédito personal, préstamos familiares).
UNA TARJETA DEPARTAMENTAL.
Expertos en finanzas personales coincidimos en una cosa: las tarjetas de crédito departamentales no son convenientes por muchas razones. Entre las más importantes se encuentra, sin duda alguna, la altísima tasa de interés que cobran.
Sin embargo, hace tiempo obtuve una por razones de conveniencia: iba a realizar una compra planeada, con un monto grande, en época de rebajas.
En un principio no pensé que me fueran a dar toda la línea de crédito solicitada, pero para mi sorpresa lo hicieron.
Entonces la utilicé, acepté el seguro de vida con un pequeño costo adicional (porque esta tarjeta no tiene un seguro gratuito de liberación de saldos por fallecimiento) y al cabo de 13 meses (sin intereses) terminé de pagar. Conservé mi tarjeta (no tiene ningún costo ni cuota anual) y ahí fue cuando los problemas comenzaron. Como ya no la usaba, salió de mi “radar” y una vez que mi estado de cuenta llegó tarde, tuve un retraso por no haber cubierto a tiempo el cargo del seguro que había aceptado.
Tomé mi responsabilidad (aunque no llegue el estado de cuenta uno es responsable) y pagué los cargos moratorios, que significaban 10 veces el importe del seguro que me cobraban. Y lo cancelé (ya no lo necesitaba).
Posteriormente tuve una boda y me llegó una invitación para “reactivar” mi tarjeta, con descuento de 10% aún sobre lo ya rebajado y aproveché la oferta; era época de rebajas y compré el regalo para la boda y un electrodoméstico para la casa. En ese momento la tienda tenía la promoción de “compre ahora y comience a pagar dentro de cinco meses”. Mi idea era pagar de contado en ese momento
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