Teoria De Ericson
nigga.flores17 de Diciembre de 2013
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La teoría psicosocial de Erikson: el ciclo vital completado.
Para caracterizar estos años que van desde los 55 hasta la muerte, elegimos el punto de vista de Erikson, pues se ha ocupado del desarrollo normal, desde un punto de vista psicosocial. Su teoría se apoya en el psicoanálisis freudiano, pero la supera, según nuestro modo de ver, por considerar, desde el nacimiento hasta la muerte, el contexto social.
Sintéticamente diremos que este autor plantea el desarrollo humano, como una posibilidad de oposición o lucha entre dos fuerzas antagónicas: la adecuada superación de cada una prepara y facilita el logro de la siguiente. Sin embargo, a diferencia de Freud, considera que en la adolescencia existe la posibilidad de que se produzcan reestructuraciones importantes, debido a la búsqueda de identidad y a la existencia de modelos de identificación fuertes como pueden ser los educadores.
La vida, para Erikson, comprende ocho grandes períodos: en cada uno de ellos se presentan conflictos que pueden ser superados. De no lograrse esto, las etapas siguientes pueden verse perjudicadas, pero siempre existe una posibilidad de revisión y de reparación.
Según palabras de Erikson . "sobre la base de una experiencia apoyada en historias de casos y de vidas, sólo puedo comenzar con el supuesto de que la existencia de un ser humano depende en todo momento de tres procesos de organización que deben complementarse entre sí. Sígase el orden que se prefiera, existe el proceso biológico de organización jerárquica de los sistemas orgánicos que constituyen un cuerpo (soma); el proceso psíquico que organiza la experiencia individual mediante la síntesis del yo (psyqué); y el proceso comunal, consistente en la organización cultural de la interdependencia de las personas (ethos). (*)
Y más adelante agrega: "El principio organísmico que en nuestro trabajo resultó indispensable para la fundamentación somática del desarrollo psicosexual y psicosocial, es la epigénesis. Este término ha sido tomado de la embriología, y cualquiera sea hoy su status, en los tempranos días de nuestro trabajo hizo progresar nuestra comprensión de la relatividad que rige los fenómenos humanos vinculados con el desarrollo organísmico". (**)
El concepto al que Erikson se refiere, la epigénesis, nació en la biología, y designa, según el Gran Diccionario Salvat, el proceso por el cual aparecen nuevas estructuras en el curso del desarrollo embrionario.
Con el objeto de dar una visión del desarrollo humano desde el nacimiento hasta la muerte, hemos elegido la teoría de Erik Erikson sobre el desarrollo de la persona porque es un autor que muestra de una manera integrada y con gran claridad, el concepto de evolución humana; llama epigénesis a este proceso de crecimiento, y estadios psicosociales a cada una de las etapas o pasos.
Erikson habla de las ocho edades del hombre, desde la lactancia a la vejez, cada una formadora de una virtud particular. Cada paso o escalón de la vida humana se apoya sobre los escalones anteriormente conquistados. Y decimos "conquistados" porque estos escalones son virtudes, son productos de la lucha interna entre fuerzas sintónicas y distónicas, es decir, tendencias opuestas entre sí. Estas virtudes o "fortalezas esenciales" una vez conquistadas pasan a formar parte de nuestro patrimonio personal, de nuestro arsenal de recursos para afrontar las luchas siguientes. Por eso, cada etapa es también una crisis, una lucha, una oportunidad de crecer como persona.
Suele representarse con un diagrama una progresión a través del tiempo de una diferenciación de partes, donde cada parte existe, de alguna manera, antes de llegar a "su" momento decisivo y crítico, y se mantiene sistemáticamente vinculada con todas las otras, de modo que todo el conjunto depende del adecuado desarrollo y de la adecuada secuencia de cada una de las precedentes. A medida que cada parte llega a su culminación y encuentra alguna solución duradera durante su estadio, también se espera que se desarrolle aun más, bajo el predominio de las influencias de etapas posteriores. (***)
Los supuestos del diagrama son:
1. La personalidad humana se desarrolla de acuerdo con pasos predeterminados por la disposición de las personas en crecimiento a dejarse llevar a un radio social cada vez más amplio, a tomar conciencia de él y a interactuar con él.
2. La sociedad tiende a estar constituida de tal modo que satisface y provoca esta sucesión de potencialidades para la interacción y de intentos para salvaguardar y fomentar el ritmo adecuado y la secuencia adecuada de su desenvolvimiento.
Para Erikson la existencia de un ser humano depende de tres procesos de organización que deben complementarse entre sí:
1. el proceso biológico de una organización jerárquica de los sistemas orgánicos que constituyen un cuerpo;
2. el proceso psíquico que organiza la experiencia individual mediante la síntesis del yo;
3. y el proceso comunal consistente en la organización cultural de la interdependencia de las personas.
Ahora bien, podríamos analizar, desde ese triple punto de vista lo que pasa con los adultos mayores y los envejecientes, según la feliz expresión de la Dra. Viguera. Por ahora nos interesa más destacar las vinculaciones de las últimas etapas de la vida, con las que le anteceden, pues de lo contrario aparecen como separadas y desarticuladas del resto.
Por eso vamos a ver ahora, siempre siguiendo a Erikson, las ocho edades del hombre.
Las ocho edades del hombre.
Vamos a ver resumidamente las etapas, sus fuerzas en pugna y sus virtudes resultantes.
I En la lactancia surge como virtud la esperanza, que proviene de la lucha entre confianza básica versus desconfianza básica.
El signo de que el bebé confía es que come bien, duerme bien y evacua bien. Aprende a confiar desde el cuidado solícito de su madre que responde a sus necesidades vitales, y también desde su propia capacidad de recibir.
Aprende vitalmente que es querido, que sus padres velan por él. "Al obtener lo que se le da y al aprender a obtener que alguien le dé lo que desea, el niño desarrolla también el fundamento adaptativo necesario para que algún día logre ser un dador".(****)
II En la primera infancia (o niñez temprana) el combate es entre autonomía vs. Vergüenza y duda. Las virtudes resultantes son el autocontrol y la voluntad rudimentaria. La maduración muscular posibilita el manejo de dos modalidades sociales: aferrar o entregar; retener o soltar, que tiene incidencia sobre el ambiente y que puede conducir a actitudes hostiles o bondadosas. El control exterior en esta fase debe ser firmemente tranquilizador; la firmeza lo protegerá de su incapacidad para soltar y aferrar con discreción. La firmeza no debe manifestarse en forma de crianza ni en castigos que provocan vergüenza y duda, pues tales actitudes disminuyen la autoestima del niño o despiertan una conciencia precoz de sí mismo.
III La edad del juego o años preescolares: la antítesis entre la iniciativa y la culpa alcanza su mayor intensidad. Si se sale victorioso de esa etapa queda la virtud de la finalidad o pro-pósito. En esta etapa llama la atención el placer que le produce al niño participar en distintas actividades, inclusive tomar algunas iniciativas, sobre todo para la conquista de lo deseado. Está ávidamente dispuesto a aprender y a imitar todo lo que se le ofrece. Trabajar con una finalidad concreta le resulta interesante. En esta etapa encontramos el precursor de una cualidad importante en el mundo adulto, que es saber ponerse metas y utilizar todos los recursos para alcanzarlas. Pero es también una etapa dolorosa, ya que al incluirse un tercero en la relación (antes existía sólo la madre), surge un conflicto triangular, complejo nodular del psicoanálisis. Pero dice. Erikson que los deseos apasionados del niño, de posesión y exclusión hacia sus padres, el amor y el odio, no coinciden con las posibilidades somáticas para su consumación (que se van a dar en la adolescencia) y sí coinciden con el florecimiento de la imaginación lúdica. Entonces, estos deseos instintivos primarios y las culpas correspondientes ocurren en un período del desarrollo que combina el conflicto infantil más intenso con el máximo progreso del juego. Y es justamente el juego lo que libera al niño, permitiéndole una dramatización en la micro esfera (el mundo de los juguetes) de un gran número de identificaciones y actividades imaginadas.
IV En la edad escolar la lucha será entre industria vs. inferioridad.
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