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Todas las valoraciones van encaminadas a brindar una atención de calidad de acuerdo a cada necesidad del paciente.


Enviado por   •  17 de Mayo de 2017  •  Ensayos  •  2.815 Palabras (12 Páginas)  •  291 Visitas

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Comparación de las escalas usadas en la sala con el índice de barthel

En la sala de Neurocirugía del Complejo Hospitalario Dr. A. A. M.  se utilizan tres instrumentos de valoración de pacientes (Glasgow, Emina y Dawtown)que valoran el riesgo de caídas y de ulceras del paciente hospitalizado, que ayuda a el personal de enfermería a tener una oportuna atención integral a los pacientes. Haremos la comparación con el I. B.  

  • Los 3 instrumentos valoran de forma integral al paciente.
  • Todas las valoraciones van encaminadas a brindar una atención de calidad de acuerdo a cada necesidad del paciente.
  • En todas se valora la deambulación del paciente.
  • En el I.B. y Emina se valora la ingesta de comida y nutrición del paciente.
  • El estado mental del paciente se mide en Emina y Dawtown.
  • La Dawtown mide la ingesta de medicamentos
  • El I.B valora el aseo personal, el baño y vestimenta del paciente.
  • Entre más Alto es el puntaje en emina y Dawtown el paciente es más dependiente del personal, en cuanto al I. B. entre más Alto sea el puntaje el paciente es más Independiente del personal.

Debes meter las escalas de emina dawton y l escala de barthel aquí va después del índice de barthel

ACTITUD DE LA ENFERMERA DURANTE LA RELACION ENFERMERA PACIENTE.

La enfermera tiene que fundamentar, su actividad profesional en un conjunto de conocimientos científicos, tecnológicos, humanistas y conductuales favorecedores del cuidado a personas que requieren su ayuda profesional, ese cuidado es considerado como un acto de reciprocidad que tiende a darse a cualquier persona que temporal o definitivamente, requiere ayuda para satisfacer sus necesidades vitales.

En consecuencia, el cuidado ocurre en aquellas situaciones donde hay disminución y/o perdida de la autonomía de la persona para poder hacerlo por sí misma; esto exige a la enfermera asumir actitudes favorables que demuestren preocupación por el estado de salud de la persona enferma, en este caso hospitalizada. Tales actitudes favorables se traducen en reacciones afectivas de acercamiento y compromiso profesional hacia la persona enferma y familia.

 Las actitudes como tal, son predisposiciones para actuar con respecto a otras personas, cosas, actividades, ideas, conceptos, situaciones. Por lo tanto, la actitud es una predisposición aprendida para responder consistentemente de una manera favorable o desfavorable, respecto a un objeto o sus símbolos. También se define como un conjunto de sensaciones (afectos), Pensamientos (cogniciones) y acciones (conductas) estrechamente relacionados. Dependiendo entonces de su signo pueden ser favorables (positivas) o desfavorable (negativas).

Por lo tanto, las actitudes estarían estrechamente relacionadas con la ética, la teoría de los valores y la filosofía de la educación . Se puede inferir de los enfoques precedentemente, que las actitudes son estados de predisposición aprendidos, los cuales expresan, en forma favorable y/o desfavorable, creencias, pensamientos, emociones que estructuradas por la socialización y la experiencia, estimulan respuestas afectivas de aceptación y/o de rechazo de la persona hacia otra persona, cosa, situaciones, ideas, entre otros.

Las consideraciones anteriores sobre aspectos vinculantes al cuidado dado por la enfermera tales como: relaciones interpersonales, respeto, solidaridad, sensibilidad, empatía responsabilidad, acercamiento, afecto, enseñanza, entre otros son esenciales, para alcanzar resultados exitosos, por consiguiente la solidaridad y la enseñanza serán los factores para medir las actitudes de la Enfermera de Cuidado Directo. Que se define operacionalmente como la disposición favorable de la enfermera hacia actividades de cuidado de la persona hospitalizada en la que se evidencia solidaridad de la enfermera e interés por la enseñanza al paciente.

La persona es un ser humano sociable, capaz de mostrarse sensibles, receptivo, con sentimientos y con capacidad para relacionarse con otros seres humanos. Tales afirmaciones son válidas para considerar que tanto la enfermera y como el paciente, son personas sociables que, establecen relaciones interpersonales en la que el espíritu solidario ha de estar presente. La solidaridad es un proceso, un acontecimiento, una experiencia vivenciada simultáneamente por la enfermera y por la persona que recibe el cuidado… está conformada por un grupo de pensamiento y sentimientos interrelacionados, siendo estos pensamientos, sentimientos y actitudes que son trasmitidos o comunicados de un ser humano a otro.

Igualmente, la solidaridad implica sensibilizarse con los otros, preocuparse con ellos y ofrecerles ayuda. Tales conceptos denotan que el cuidado dado por la enfermera ha de ser solidario, comprometido, mediante una relación interpersonal en la que se intercambian experiencias, conocimientos y sentimientos entre ambos.

Las ideas mencionadas sobre la solidaridad, expresan su vinculación con la autenticidad y el compromiso profesional o responsabilidad profesional, conceptos que junto a otros, conforman una estructura que ha de reflejarse en las acciones de cuidado que cotidianamente realizan las enfermeras, durante su jornada laboral, en beneficio de la persona hospitalizada; la solidaridad de la enfermera se refiere a la actitud, autenticidad y compromiso profesional asumida por las enfermeras de cuidado directo, durante las actividades profesionales que realizan para el cuidado de la persona hospitalizada.

La persona hospitalizada la mayoría de las veces debe: aprender cosas relativas a su nueva condición de enferma, relacionarse con nuevas personas profesionales o no, adaptarse a un lugar diferente al que estaba acostumbrado, someterse a exámenes de laboratorio, pruebas especiales, y tratamientos dolorosos. Tales situaciones aumentan aun más el nivel de ansiedad presente en la persona, como consecuencia de su preocupación ante la enfermedad. Esto exige a la enfermera asumir su rol de orientadora, que le permita dar explicaciones sencillas y pertinentes, responder sus interrogantes a fin de minimizar los estresores y finalmente el proceso de adaptación; para una pronta recuperación.En consecuencia, la enseñanza del paciente ha de estar dirigida ayudar a satisfacer las necesidades de la persona y en su participación para mejorar  su estado de salud; así como la de su familia .

Sin embargo, la enseñanza a de fundamentarse en una buena relación entre la enfermera y la persona cuidada, pues esto facilita la identificación de necesidades interferidas del aprendiz; así como su comprensión y aprendizaje. En consideración a la importancia de la enseñanza de la persona enferma, hospitalizada.

La persona hospitalizada necesita aprender para su cuidado, requiere de adiestramiento que se le dé en un marco de respeto y confianza entre el facilitador (enfermera) y el aprendiz (persona enferma). Esto permite al aprendiz confiar en que la enfermera tenga los conocimientos y las aptitudes necesarias para enseñar y que esta respete la capacidad del aprendiz de alcanzar los objetivos fijados  por cuanto se considera que la enfermera es un recurso competente para las personas que intentan mejorar su bienestar físico y psicológico.

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