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Todo lo que amas pude decirte


Enviado por   •  13 de Septiembre de 2015  •  Apuntes  •  3.522 Palabras (15 Páginas)  •  164 Visitas

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Yo siempre le admire, siempre admire la calidad de persona que la hacía ser muy especial. Su nombre era Ane. Ella era mi vecina y mi amiga de toda la vida, crecimos juntos. Nuestros padres sostenían fuertes lazos de amistad y siempre estaban en las buenas y en las malas.

   Mamá me contaba sobre cuando se reunían con los padres de Ane, cuando Ane y yo, apenas éramos unos pequeños, me contaba sobre lo bien que nos llevábamos con tan pocos años de nacidos.

   Las primeras imágenes que recuerdo de Ane, ella aparece como una niña muy bonita, tenía piel blanca, su rostro era afilado y muy fino, sus ojos asemejaban dos pequeñas esferas de cristal llenas de dulce miel que a la vez combinaban con sus delgados cabellos.

   Ane y yo fuimos a la misma escuela, mamá se hacía cargo de nosotros dos por las mañanas, ya que los papás de Ane y mi padre, trabajaban por la mañana. Mamá  nos llevaba a la escuela en su pequeño auto que era de color rojo, era un bonito auto, viejo pero funcionaba sin ningún problema.

   Recuerdo que Ane tenia problemas con las niñas de su grado, ellas, de alguna manera la veían superior a parte de bonita. Ane me buscaba a la hora del almuerzo, ella me contaba lo que las niñas de su salón le decían, pero al parecer no le importaba mucho, ella me decía que yo la comprendía muy bien, y que no importaba lo que dijeran mientras yo estuviera con ella.

   Al término de la escuela, Ane tenía que pasar la tarde en mi casa hasta que sus padres volvieran de trabajar. Mamá preparaba comida para los tres; para ella, para Ane y para mí. Después de que terminábamos de comer, Ane y yo veíamos un poco de televisión y también nos daba tiempo para jugar a “Princesas, Caballeros, Castillos y Dragones”, ese era nuestro juego favorito. Ella usaba una tiara que mamá le había regalado en su cumpleaños pasado. A mi, mi papá me había fabricado un pequeño caballo de madera. El juego no tenía mucha trama, yo rescataba a la princesa del malvado dragón, y terminaba en un final feliz. En ese entonces mi perro “Huesos”, jugaba el papel del malvado dragón. Nos divertíamos tanto que el tiempo corría tan rápido, que luego los papás de Ane pasaban a recogerla.

   Papá llegaba a las cinco de la tarde, en cuanto papá llegaba, mamá salía a trabajar, ella trabajaba en un restaurant muy bueno de la ciudad. Mamá se despedía de papá y de mí y se marchaba.

   Era el turno de estar con mi padre, el era un grandioso hombre, yo le llamaba “Mi héroe favorito”, papá me llevaba al parque a pasear a “Huesos”, compraba helado para ambos, luego regresábamos a casa, me ayudaba a hacer mi tarea, luego el preparaba la tina para la ducha, y exactamente a las ocho y media, era hora de dormir.

   Así fue la mayor parte de mi infancia, no hice mucho, pero en aquel entonces no me faltaba nada y era muy feliz.

       

   La segunda imagen de Ane que llevo en mi memoria, es cuando éramos adolecentes, una vez mas fuimos a la misma escuela (Secundaria), estábamos en la misma clase y mismo salón.

   Ane se hizo amiga de dos compañeras de clase, Samanta y Victoria. Compartían los mismo gustos de moda, música y esas cosas de chicas, y a pesar de eso, Ane nunca me hizo a un lado, aun me visitaba por las tardes en casa, hacíamos tarea juntos, ella escuchaba un grupo de Rock-Pop llamado “Pink Soul”, ella me contaba que algún día quería ser como “Emily”, la vocalista de la banda, que Ane quería tener su propia banda de Rock, y que deseaba aprender a tocar la guitarra. Yo no le decía mucho, solo que me parecía genial y que sabia que lo lograría, ya que era una chica muy inteligente, y sin más por decir, le sonreía.

   En mi cumpleaños numero trece, papá me regaló una guitarra, Ane y yo hacíamos tarea en mi habitación, papá llegó con un estuche rígido, a juzgar por la forma del estuche, sabia que era una guitarra, papá la puso sobre la cama, y dijo:

   _Hijo, me gustaría que aprendieras a tocar este bonito instrumento, aun que si no quieres no importa, consérvalo solamente.

   Y luego me dio un abrazo y me felicitó. Yo abrí el estuche, tome la guitarra entre mis manos, la mire, luego mire a Ane, y se la mostré. Ane solo la sostuvo, tocó algunas notas, era la primera vez que Ane veía una guitarra, yo jamás olvidare esa imagen, Ane parecía tan alegre observando y jugando con las cuerdas de la guitarra, ese día supe que Ane y la música se conocerían y serían muy buenos amigos. A mi sinceramente no me llamaba mucho la atención, así que solo conservé la guitarra como un obsequio más.

  Recuerdo el primer verano que Ane no estaba conmigo. Yo en aquel entonces me llevaba muy bien con Mike, un amigo de la escuela, nos conocimos en un centro de videojuegos, ya que éramos fanáticos de los videojuegos y pues nos entendíamos muy bien. Yo no tenía muchos amigos, aun que no me importaba mucho, tenía la compañía de Ane y de Mike, que más podría pedir, apreciaba tanto su compañía.

   Entonces se llegaron las vacaciones de verano, un día fui a casa de Ane, llame a la puerta, espere un poco, y salió la mamá de Ane a atender.

   _ ¡Buenos días!-Salude-.

   _Buenos días, -contestó la mamá de Ane- y luego ella pregunto:

   _ ¿Buscas a Ane cierto?-luego complementó-  disculpa hijo, pero Ane tuvo que salir con su padre, pasaremos las vacaciones fuera de la ciudad, yo me he retrasado un poco por cuestiones de trabajo, pero luego les alcanzaré. Yo me quedé sin mucho que decir, solo le agradecí la información y volví a casa, subí las escaleras, entre a mi cuarto y me recosté sobre la cama. Pensaba en la sensación tan extraña de no estar con Ane, con ella me divertía mucho en vacaciones; íbamos al parque, jugábamos videojuegos, íbamos al cine, y en fin, este verano sería algo aburrido sin ella.

   Pero había un sentimiento oculto entre pensamientos, que rebuscando, lo pude hacer notar. No dejaba de pensar en Ane, y comprendí que tal vez podría ser mas que simple amistad.

   Mamá subió a mi recámara, toco la puerta y me dijo:

   _Hijo, tienes una llamada de Ane.

Apresurado me puse de pie, y corrí al teléfono, esperando escuchar la voz de Ane, y… efectivamente era Ane, mi corazón se lleno de alegría y mí en mi rostro se dibujó una sonrisa:

   _Hola, discúlpame por el no haberme despedido de ti, solo que papá y yo salimos un poco de prisa y no me dio tiempo de despedirme de ti.-dijo Ane-.

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