Tv En Los Jovenes

4.1 Uso de la televisión en los niños (La religiosidad popular y la fiesta religiosa)

La llegada de la televisión trajo consigo un cambio rotundo en la vida familiar, con ella se abrió una ventana al mundo exterior y se convirtió en el punto de encuentro familiar en determinados momentos del día. La información no llegaba sólo de la mano de las palabras sino también de la imagen, incluso superando ésta en importancia. Como ocurre muchas veces, el efecto que puede tener este aparato sobre los niños o adolescentes depende del uso correcto que se haga de él, principalmente del contenido de los programas y del tiempo dedicado a ver la televisión.

Claramente existe una preocupación justificada por los efectos nocivos que tienen algunos programas sobre los niños. Se explota de forma indiscriminada la violencia, el materialismo y el sexo para promover el interés del público hacia un determinado programa.

Estos contenidos han ganado presencia en la programación incluso en franjas de horario destinadas al público infantil o adolescente. Ahora bien, el contenido de un programa también es nocivo en cuanto a la escala imaginación o esfuerzo que se pone para desarrollar una buena trama argumental.

Muchas veces se crean imágenes estereotipadas que pueden calar hondo entre el público infantil y adolescente. Así pueden crearse prejuicios frente a determinados grupos étnicos, religiosos, etc, se fomenta el rechazo o la adhesión a determinados comportamientos o se penaliza a la persona poco agraciada con un carácter tímido e introvertido.

Ahora bien una de las grandes interrogantes acerca de la televisión es como afecta la televisión a los niños, uno de los puntos fundamentales es que los contenidos que algunos programas entregan pueden provocar efector de influencia y persuasión a corto plazo, mientras que a largo plazo los efectos se dirigen al área cognitiva. El niño aprende en gran parte a través de la imitación de las personas que para él son más interesantes o atractivas. Estas modelos pueden tener consecuencias importantes ante las conductas diarias o futura de los niños.

Por otro lado los niños están expuestos a programas destinados a adultos, lo cual entran en contacto con realidades para las que no están preparados, que muchas veces no son capaces de distinguir si son realidad o ficción. La exposición a este tipo de programas puede transmitirles una visión especialmente pesimista del mundo que les rodea o crearles cierta inseguridad.

Si bien es cierto, durante la época de la adolescencia se desarrolla la capacidad reflexiva de la persona, y la televisión no es el medio más adecuado para ello. La transmisión de mensajes o informaciones sucede con tal rapidez que resulta imposible poderlas asimilar de una forma correcta.

Existe una faceta social que puede ayudar a generar algún tipo de adicción a un determinado programa ya que se relaciona con la pertenencia o no al grupo. Esto puede ocurrir sobre todo en los programas que van dirigidos al público infantil o adolescente. Debido a esto se genera la tentación de seguir algunas modas o consumir ciertos productos.

El uso abusivo de la televisión no fomenta la capacidad de pensar en los niños y adolescentes, al contrario aumenta el riesgo de que vean programas de televisión en una franja horaria propia de los adultos. En este sentido, habría que determinar en qué medida se respeta esta franja destinada al público infantil, no sólo en el tipo de programas emitidos sino también en los anuncios.

Por otra parte el exceso de televisión puede ser un factor importante en el desarrollo del sedentarismo. Algunos estudios relacionan el tiempo que los niños están delante del televisor como índice de masa corporal. Evidentemente, además de la ausencia de ejercicio físico también influye en el consumo de alimentos nocivos.

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