Valores En El Prescolar
ericarojas25 de Noviembre de 2012
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Valores y Preescolar
Actualmente no es un secreto para nadie que vivimos una sociedad en que la violencia, corrupción, drogadicción y delincuencia crece a pasos agigantados. Aterrados nos preguntamos donde esta el origen de toda esta ausencia de valores. Pues esta en el Preescolar, si, en el Preescolar .En la Educación del Hombre en su mas tierna infancia se siembra la semilla del progreso o de la mas cruel amenaza.
Pero a todo esto ¿Para que los valores? ¿Por qué es importante en la educación preescolar?
Un medio que podemos utilizar para revertir la desigualdad, la violencia o la injusticia, es dándoles un significado moral o humano a las pequeñas acciones de cada día.
Es aquí donde los valores en el Preescolar cobran gran importancia en las aulas y ojala en los hogares donde los padres actúan como facilitadores, por que orientan el comportamiento del niño preescolar.
Se debe educar en valores empezando desde la educación preescolar ya que es aquí donde el adulto está empezando a formarse asimilándolo y aprendiéndolo todo y ¿Cómo lo aprende?
Padres de familias y educadores tenemos una grande responsabilidad en la educación preescolar de nuestros niños ya que ellos cual esponjas
SOMOS EL EJEMPLO PARA ELLOS.
La educación Preescolar en valores dirigida a los niños busca hacer que ellos sean más personas.
Se trata de brindarles una educación crítica para que puedan enfrentar los problemas desde una perspectiva ética.
No es imponer limitaciones ni convertirnos en policías morales sino incentivar lo humano: en la imaginación, en los sentimientos, en la cultura y en la libertad.
La educación en valores debe brindarles a los niños y niñas herramientas para que puedan desarrollar su propio criterio buscando la verdad y no ser manipulados por otros, para querer el bien por voluntad propia y no por obligación, para que puedan afrontar así las dificultades con confianza y optimismo, para que crezcan con buena autoestima, y con deseos de superarse y mejorar la sociedad en que viven.
Para comunicar la importancia de cada valor debe ser ubicado en distintos niveles que resulten familiares para los niños: partiendo desde ellos individualmente pasándose a la esfera familiar, luego social, nacional y global.
De esta manera el valor cobra realidad y su importancia resulta más evidente para el niño.
¿Cómo se adquieren los valores?
El niño escogerá entre los valores que usted quiera inculcarle, pero solo aquellos en los que el ve que hay congruencia.
Esto quiere decir que si usted le habla a su hijo de los buenos valores que debe tener una persona y sin embargo usted no los pone en práctica es muy difícil que el niño pueda aceptarlos.
Su usted le dice por ejemplo: Es bueno ayudar a los desvalidos y al pasar por el lado de alguno de ellos que le pide ayuda, usted se muestra indiferente, no avanza nada con su niño; o si le dice que a la gente hay que tratarla bien, y sin embargo usted la trata mal a sus semejantes, para el niño será difícil interiorizar estos valores o hacerlos parte de él.
Es importante también aprobar los valores que el escoja y que son buenos por que el niño se sentirá bien por lo que hizo y por ver como la otra persona a quien respondió con ese valor lo acepto agradablemente haciéndolo sentir bien; para reforzar ese valor que está interiorizando el niño y hacerle saber que hizo bien .
Así el aprende a seleccionar las acciones que hace diferenciando así un valor o un antivalor o lo que es bueno o malo.
Recuerde su comportamiento debe estar de acuerdo con los valores que le quiera trasmitir a su hijo debe haber una coherencia entre lo que dice y hace.
COMO TRABAJAR LOS VALORES EN EDUCACIÓN INICIAL.
Sabemos que los valores son implícitos en la persona y nos condicionan durante toda la vida; no solo marcan
nuestras inquietudes y conductas, sino también la interacción con nuestros semejantes y el entorno.
Las docentes nos vemos en la obligación de trabajar valores con los niños y niñas partiendo de las variadas
experiencias que se presentan y que demandan una respuesta de intervención de la docente, ya sea
a través de la creación de situaciones específicas, las circunstancias o rutinas cotidianas.
El motivo fundamental de esto, es la necesidad que tiene todo ser humano de vivir experiencias de interacción
que favorezcan su desarrollo como persona: el darse cuenta, el reconocer el ser libre, expresarse libremente,
participar y comunicarse, la responsabilidad y el compromiso.
En el aula se presentan muchas oportunidades para que las docentes podamos suscitar en nuestros niños
vivencias que los ayuden a lograr la valoración positiva de sí mismo y los sentimientos de aceptación y aprecio
por los otros que son las principales metas de la socialización, en la que aprenden a respetar a los demás para
ser respetados.
La práctica de la vida cotidiana será el eje que les permitirá al niño y niña ir aprendiendo a vivir, a relacionarse
y conocerse. Las distintas actividades del día a día permitirán a la docente estrategias y formas de organización
en nuestra labor.
Los valores y el ejemplo
Nadie ama a los demás, ni los valora, ni los respeta sino se ama, se valora y se respeta primero a sí mismo. Los valores se aprenden con el ejemplo.
El área de personal social debe trabajarse conjuntamente con los padres de familia, de lo contrario nuestra labor se irá al vacío.
Sólo si logramos un cambio sustancial en la conducta de la familia, con respecto al niño, estaremos realmente logrando un desarrollo significativo.
Los temas que sugiero a tratar con ellos son:
- Disciplina Positiva, desacostumbrarnos a ver siempre lo negativo dejando de lado lo mejor que cada uno de nosotros posee.
- Tiempo de calidad, importante sobre todo para los padres que laboran fuera del hogar y por tiempos prolongados
- Escucha activa, dejar TODO de lado para escuchar realmente a nuestro niño cuando nos solicita
- Disciplina, basada en el respeto mutuo, con límites claros y anticipados.
- Espiritualidad, involucrarlos en la práctica espiritual: rezando antes de comer, agradeciendo a Dios antes de acostarse por todo lo bueno y malo del día, pedir perdón a los hijos, esposo (a), padres, etc.
- Responsabilidades: los niños son capaces de hacer todo, siempre y cuando nos demos tiempo de enseñarles primero y confiemos en ellos, en que lo lograrán.
La dinámica social actual surge y cambia con mucha rapidez, generando desajustes tanto en los sistemas de valores como en los comportamientos y formas de pensar de las personas. Los aportes del contexto, de los adultos y de la diversidad inciden en el crecimiento de los niños y niñas perfilando las manifestaciones personales y grupales, que, a la larga, se convierten en el sedimento para el desarrollo de los valores. De allí que es vital una educación que forme, y no sólo informe; que asuma tanto al niño como a la niña en su plenitud de persona, capaz de vivir en sociedad “defensores de sus derechos y cumplidores de sus deberes y obligaciones, muy conscientes de que sus derechos terminan donde comienzan los derechos de los demás" (Fe y Alegría, 1995: 1).
LA ESCUELA COMO ESPACIO PROMOTOR DE VALORES.
La educación en valores, no es alcanzable sólo desde la institución escolar, ya que ésta requiere de la totalidad experiencial del alumnado y de su realidad socio-cultural, pues el niño y la niña cuando ingresan a la escuela traen consigo una serie de valores incorporados desde su contexto familiar y social. Por ello aunque el sistema escolar constituye un espacio indispensable para su desarrollo no lo es suficientemente. Ello implica la conjugación de esfuerzos que conlleven a la adquisición de valores que consolide el proceso de socialización, que desde el momento del nacimiento inician los seres humanos en una determinada sociedad.
Si desde el ámbito escolar y familiar desarrollamos el aprendizaje de valores, ya que éstos “en cuanto a creencias básicas que orientan la propia vida, no se heredan, se aprenden" (Ortega y otros, 1999: 57), es probable que se coadyuve al fortalecimiento de la socialización y a la formación de un ser más humano, más consciente de su realidad y de su relación con los demás.
Pero para ello es necesario, como lo acotan Garza y Patiño (2004: 42) Hacer esfuerzos más sistemáticos para lograr efectivamente los objetivos de la educación en valores desarrollando en nosotros mismos la disposición para ser educadores y educandos al mismo tiempo, a través del cultivo de la autocrítica y procurando estar abiertos al cambio y la rectificación, puesto que una verdadera educación en valores sólo será posible en la medida en que tratemos de enmendar no sólo la actuación de los demás sino también la propia.
Puntualizar cuáles valores deben desarrollarse, principalmente en la educación inicial, hace necesario detenerse en el tiempo y el espacio actual, pues los valores obedecen a contextos dinámicos, productos de la cultura a la cual pertenecemos, hecho que le confiere un carácter histórico y por lo tanto su materialización a través de diversas manifestaciones. Ellos marcan y delinean las actitudes y conductas que influyen directamente en el comportamiento,
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