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Velasquez Fotografia Hecha A Mano


Enviado por   •  27 de Noviembre de 2013  •  1.743 Palabras (7 Páginas)  •  257 Visitas

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Existen maneras múltiples de perpetuar la presencia humana y su estadía en el mundo.

La inmortalidad es la gracia que se alcanza con el efecto de la permanencia en la conciencia colectiva, adueñarse de un momento específico, dar ese efecto casi visionario es tarea de unos pocos que a través de la expresiones o genialidades se convierten en historia, en libertad soñada por la masa conformista a ser parte de la semilla de cambio.

“No tengo como agradecer a la oscuridad la posibilidad de la apreciación de la luz, soy material de un vívido estupor malintencionado de las circunstancias, de un perenne ocaso que me da colores fríos como las verdades de quienes pinto. Incluyendo la mía”. Así me imagino su primera respuesta a la entrevista que le haría a don Diego Velázquez. La verdad mas allá de la pretensión de una exploración conceptual era la búsqueda permanente de sus composiciones ágiles, no había un después, no existía una pretenciosa búsqueda de hurgar en las imaginaciones, era el ahí, el ahora, era un pintor silencioso, algo como una cabeza cercenada por una espada samurái, inmediata y no por un escarpelo que prolonga el tiempo de la amputación.

En este recorrido me tomaré el atrevimiento de formularle ciertas preguntas al maestro de facultades proféticas que perpetuaba momentos de manera instantánea, sondeaba características humanas y las convertía en el bitumen de la imaginación inmediata, esa imaginación que no trascendía a los límites de lo infinito de la interpretación de un concepto, esa imaginación que es rota por la imagen, delimitada por el “ipso Facto”.

Componen la obra pictórica elementos diversos; dibujo, composición, color, ejecución, tan ligados entre sí, que no hay medio de considerarlos aisladamente, pero que es preciso diferenciar para entenderse. Pues bien; esta, a modo de separación, es dificilísima de establecer tratándose de Velázquez, porque en su trabajo, como en la realidad, se funden y compenetran. Dibuja con sencillez asombrosa, crea la forma, da vida al tipo, le imprime carácter; pero busca la mirada los trazos engendradores de cada cosa, y no los halla, porque su dibujo no esta hecho sólo con líneas, sino también con el color, con la distancia, con el aire. No alcanza por completo este resultado en sus comienzos, mas la pureza de su dibujo es tal que precisamente es lo que más ayuda para distinguir sus originales de las copias o imitaciones que se le atribuyen.

Los Componentes:

La disposición y gusto para agrupar figuras:

Puede decirse que la pintura italiana debió de parecerle concebida para seducción y deleite de la vista, mientras lo que él se proponía era persuadir, llegando al límite de lo posible en la imitación de lo real.

Su indiscutible superioridad sobre todos los pintores:

No se sabe cómo limita los planos, cómo espacia las distancias, cómo calcula la gradación y desvanecimiento de sombras, en una palabra, de qué modo consigue rodear a personas y cosas del ambiente que les circunda. Cerca del lienzo nada parece que está hecho; desde el conveniente punto de vista, la ilusión es completa.

Aquello mismo que distingue y caracteriza a Velázquez, es lo que ahora se ansía con mayor empeño: la sinceridad en la expresión del sentimiento, la sencillez en la ejecución, la exactitud en la relación de valores por el estudio de la luz y el aire.

El uso de la iluminación:

En la obra pictórica del Maestro Velazques se suma quizá la mas imperante de sus características, ausencia de luz, exactamente de eso se trata, no de una iluminación si no de “ausencia de luz, si quizá le preguntara: Maestro: ¿que logra con la obscuridad?

El diría: Si quizá pudiésemos comprender la fortuna que nos brinda la atenuación de la realidad a través de la ausencia de luz, tendríamos mas tiempo para apreciar la expresión mas que su significado, yo no pinto significado, yo pinto expresiones, verdades que irónicamente “salen a la luz” en medio de un ambiente a media asta de incertidumbre, porque la obscuridad es la madre que pare incertidumbres, y la incertidumbre se disipa con creatividad e interpretación.

Un pintor de Atmósfera:

Por múltiples razones no podríamos insertar al maestro Velázquez en su época, labraba por un camino casi profético en el futuro de la pintura, no merecía ser de los reconocidos pintores para la época, así le tildaban entre especulaciones.

Podría decirse que Don Diego participaba no solo como ilustrador si no como personaje de sus obras, inmortalizar el momento que se pinta desde la pureza de estar presente convertía el desempeño en una responsabilidad, todo cuanto se atreviera a pintar era su asunto porque directamente le afectaba la atmósfera que creaba.

No existía la intensión de causar estragos en turbaciones individuales, afásicas mujeres y estoicos caballeros en un lienzo, enanos, bufones. La vida en general que tienen sus obras está relacionada con la compañía inmortal de los entornos, muy probablemente su inconsciencia le haya llevado a plasmar estas composiciones de múltiples elementos, porque lo que se perpetúa en la historia es el ambiente, haciéndolo, inmutable, pintando una realidad de claroscuros y dejando morir a los personajes “vivos” de su composición; Su estética, puramente instintiva, consistió en no enmendar la plana a la Naturaleza con pretexto de buscar

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