Violencia Patrimonial
GabrielaCabello18 de Enero de 2013
10.978 Palabras (44 Páginas)651 Visitas
Titulo: EL MALTRATO A LA MUJER Y LA VIOLENCIA DOMESTICA, CONSECUENCIAS PSICOLOGICAS EN LA BAJA AUTOESTIMA DE LA MUJER TRUJILLANA.
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
A lo largo de la Historia se visualiza con gran preocupación que la violencia familiar suele estar escondida celosamente de la luz pública, en gran parte amparada por costumbres sociales y por normas religiosas que tradicionalmente han promulgado la subyugación de la mujer al hombre. El deterioro de las relaciones y en conjunción con lo que establece la OMS (Organización Mundial de la Salud) como concepto de salud: La salud es "el perfecto estado de bienestar físico, mental y social, y la posibilidad para cualquier persona de aprovechar y desarrollar todas sus capacidades en el orden intelectual, cultural y espiritual". Es preciso decir entonces que una mujer que padece cualquier tipo de violencia en el hogar no posee entonces una salud completa, por el contrario, ha adquirido en vez de una familia, una enfermedad, producto del trastorno psicológico sufrido por un personaje que lejos de brindarle protección, solo le incurre malestar y deterioro de su salud emocional.
Es decir, que la sociedad si pretende proteger los derechos humanos y trabajar en favor de la igualdad debe por tanto, enfrentarse a la violencia generalizada que directa o indirectamente afecta a una mayoría de la población: Las Mujeres. Cabe destacar que la violencia no afecta sólo a las clases económicas y culturalmente débiles, sino a todos los grupos, las actuaciones promovidas desde diferentes corrientes han generado la necesidad de cambios en dicha situación. Aunado al rol protagónico que la mujer ha venido sobrellevando en estas últimas décadas, es preciso concurrir en este tópico que envuelve a la sociedad, partiendo de la premisa que la familia es la base de la sociedad, se podrá decir entonces que esta base social no puede estar firme si una de las partes enfrenta series amenazas de deterioro y hostigamiento.
No obstante, la violencia es un fenómeno globalizado caracterizado por una situación que rompe los límites de la persona y que se puede manifestar en el plano psicológico, físico, económico y político entre otros. La naturaleza de la violencia que padecen las mujeres comprende 4 modalidades: física, sexual, psicológica y económica. La violencia de género tiene lugar en casi todas las culturas y en todas las escalas sociales y la mayoría de las veces ocurre en el hogar. Se trata de un problema social y de salud pública debido al impacto negativo que ejerce sobre la salud, la morbilidad y la mortalidad de las mujeres.
Por lo cual, es un problema que afecta a los derechos humanos, que constituye una manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre el hombre y la mujer, que han conducido a la dominación de la mujer y a la discriminación en su contra por parte del hombre e impedido el adelanto pleno de la mujer, y que la violencia contra la mujer es uno de los mecanismos sociales fundamentales por los que se fuerza a la mujer a una situación de subordinación respecto del hombre, ve la necesidad de definirla con claridad como primer paso para que, principalmente los Estados, asuman sus responsabilidades y exista un compromiso de la comunidad internacional para eliminar la violencia contra la mujer.
La violencia intrafamiliar constituye sin duda alguna uno de los problemas sociales más graves por los que está pasando hoy día la sociedad. Muchos no se escapan de esta terrible realidad. Aproximadamente el 90% de las demandas recibidas son de mujeres; la mitad presenta denuncia contra el cónyuge (91% mujeres); otra cuarta parte la presentan personas que cohabitan, pero sin estar casadas, en este caso la proporción de mujeres es de un 93%. El 85% del total de denuncias se da entre personas que están casadas o viven en unión de hecho o, bien, con ex cónyuges y ex concubinos. El 15% es de padres contra hijos y las de hijos o hijastros contra sus padres o padrastros. Entre hermanos es menor la cifra. (Ducca, A. 2007)
Es preciso decir entonces que la violencia contra la mujer está presente en la mayoría de las sociedades, pero con frecuencia es reconocida y aceptada como parte del orden establecido; de esa forma, la mujer se encuentra en una situación de indefensión encubierta por la intimidad y privacidad de la vida familiar. En Venezuela la violencia contra la mujer está tipificada como delito pero no por eso deja de practicarse y muchos casos no son denunciados por miedo o vergüenza. Es decir, que desarrollan un miedo al agresor, impidiéndoles así la oportunidad de poder ejercer su derecho a la protección ciudadana por parte de los entes gubernamentales.
Por otro lado, la violencia domestica se puede decir que no ha perdido vigencia, debido a que en nuestros días ha recobrado mayor trascendencia, convirtiéndose en una de las principales causas de muerte a nivel mundial, sobrepasando los limites de racionalidad del ser humano, pasando a ser visto como un elemento cotidiano, acentuándose en la escuela, la calle, la televisión y en las familias puertas adentro donde la amenaza y la violación de los derechos humanos, los robos y las muertes sin sentido se han apoderado de dichos espacios donde reinaba la paz y la tranquilidad, colocándose como un problema de salud pública y de gobernabilidad de magnitudes mayores, “cuya presencia impacta de forma negativa todas las dimensiones de la vida social lo que cada vez lo hace más complejo” (Orellana Inocencia:1995;17).
Cabe destacar que Según Jorge Castello Blasco (Psicólogo- Psicoterapeuta) 2007, cada año fallecen más de 100.000 personas por causa de violencia en América Latina, siendo más vulnerable la población con edades comprendidas entre 15 y 44 años. En países como Colombia, El Salvador, Argentina y Costa Rica se incrementaron los asesinatos, y en países donde no se daba la existencia de conflictos bélicos como: Venezuela, Brasil y México se duplicaron o triplicaron las tasas de homicidios en el siglo XXI afirmándose la proyección de algunos estudiosos en la materia quienes lo titularon “el siglo de la violencia” (Msc Ileana Artiles de León especialista del Centro Nacional de Educación Sexual, master en sexualidad –Cuba, 2007).
De la misma manera, en el año 2007, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) denunció el ascenso de la violencia de género en América Latina y en conjunto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), decidió presentar un informe regional que tiene por nombre “ni una más” en el que se defiende el derecho a vivir una vida libre de violencia, todo esto motivado a la preocupación latente luego de revisar los resultados de un estudio elaborado por ambas organizaciones, el cual arrojó que entre el año 1999 y el 2007 más de 900 mujeres chilenas fallecieron por causa de homicidio en manos de sus parejas o ex parejas, en el caso de las Bahamas el femicidio representó el 53% del total de los asesinatos en el 2002, en Costa Rica el 61% de los homicidios tuvo a mujeres como víctimas.
Así mismo, las cifras en El Salvador son igual de preocupantes ya que; la mitad de los casos de violencia reportados por la prensa en el 2005 acabaron en muertes, en Puerto Rico 31 mujeres perecieron como resultado de la violencia doméstica en el 2004 y en otros países como Uruguay una mujer muere cada nueve (9) días a causa de este tipo de abuso y/o “violación sistemática de los derechos humanos, que a su vez obstaculiza el desarrollo económico, social y democrático de todos los países que lo sufren” (2007:4).
En el caso venezolano, donde las parejas en los últimos años se han caracterizado por ser cada vez más disfuncionales, donde episodios de esta índole se dan con más frecuencia de lo que se cree pasando a ser vistos como un fenómeno normal, natural, algo habitual dentro del hogar, por lo que la violencia doméstica, es considerada un problema de gran relevancia en nuestra sociedad y el índice de mujeres maltratadas se ha incrementado ineludiblemente, pues a pesar de no disponerse de indicadores nacionales y estudios que cuantifiquen en toda su amplitud éste conflicto, los reportes de los cuerpos policiales revelan cifras muy altas en la incidencia de la violencia intrafamiliar. De acuerdo con estas autoridades aproximadamente el 90% de homicidios a mujeres se producen en el seno de una relación de pareja, mientras que el 95% de los casos atendidos por las prefecturas son hechos de ésta naturaleza. (2007).
No obstante, el Estado Trujillo no escapa a este flagelo, en un reporte de prensa que data del 2008 escrito por José Cheo Rojas/Diario Los Andes (viernes, 17 de octubre de 2008) se dice que: Más de la mitad de la población venezolana son mujeres, de cada tres una ha sido víctima de la violencia de género. La mujer tiene derecho a que se le respete la vida, su integridad física, psíquica y moral. Entre líneas se pudo leer sobre de la opinión de la docente e investigadora del Nurr, Teresa Sosa, acotó "Trujillo es pionero en la instalación de los Tribunales Jurídicos para la Defensa de la Mujer, pero también es uno de los estados con mayor incidencia de violencia, esto es un problema social, de salud pública, es una constante violación a los derechos humanos donde se juega la vida de la mujer".
Formulación del Problema
En la actualidad se hace alusión a la extensa tipificación de la violencia doméstica para de alguna manera plasmar su amplitud, en tal caso se cita al Doctor Rubén Hernández Serrano (2007), quien la expone de la siguiente manera: Violencia física, violencia psicológica, violencia sociocultural,
...