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Violencia en el noviazgo Escuelas Grafológicas


Enviado por   •  28 de Abril de 2018  •  Ensayos  •  2.643 Palabras (11 Páginas)  •  154 Visitas

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Escuelas Grafológicas

Escuela Mímica

Iniciada principalmente por Jean Hippolyte Micho, esta corriente se basa en la mímica de la escritura.[pic 1]

Se sabe que las personas tienden a gesticular cuando mantienen una conservación. Igualmente esta escuela explica que también se desarrollan gestos, aunque uno no sea consciente de ello, al plasmar una idea sobre papel. 

Claro que esta conclusión no se ha llegado por casualidad, sino todo lo contario. Se ha conseguido establecer los patrones y la clasificación de los gestos gracias a la valiosa herramienta que supone la hipnosis y el posterior análisis estadístico de los resultados.

Para ello se realizaron pruebas con individuos a los que se sugestiono a través de diferentes formas de trance hipnótico: tristeza, euforia, calma, angustia, miedo, cansancio.

Los grafólogos fueron clasificando todos los gestos, por ejemplo el Doctor Edmond Solange Pellat, que llego a realizar un estudio acerca de los movimientos cerebrales y las leyes que los rigen en la escritura.

Para Jules Crepieux-Jamin, considerado por los franceses el padre de la grafología científica ,estos grupos gráficos se denominan “especies”, de forma que la escritura se divide en siete especies, subdividida en 181 géneros gráficos o modos, entre otros destacan: forma, presión, tamaño, velocidad, dirección ,orden y continuidad. 

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Escuela Simbólica

El mayor exponente de esta escuela fue el Doctor Max Pulver, verdadero interprete de símbolos gráficos. [pic 3]

No puede obviarse el hecho de que este es un mundo simbólico y que se encuentra sedimentado en lo que se denomina “inconsciente colectivo”. 

Las personas, se deslizan entre el cielo y el abismo. Cada vez que uno piensa en la idea de un Creador, de Dios, automáticamente lo asociamos con las alturas, con la zona superior. Por lo contrario, el diablo, el adversario, se encuentra sumido en la más oscura de las profundidades, en la zona inferior. Las cosas malas siempre se encuentran abajo.

La zona izquierda viene a simbolizar el pasado, nuestros orígenes, mientras que en la zona de la derecha se asocia a lo desconocido, al futuro que está por venir. La zona central simboliza el “yo”, el presente y el autocontrol que se ejerce sobre uno mismo.

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Estas pautas pueden extenderse tanto a las diferentes áreas o zonas de un escrito, como líneas, párrafos, letras, palabras, garabatos, dibujos, etc.

La letra que recoge mejor el esquema anteriormente descrito es la f minúscula. La f minúscula es una letra que posee tanto cresta o hampa, como pie o jamba.  Las crestas o hampas son las partes superiores de algunas letras  (b, d, f, h, l y t), los pies o jambas son partes inferiores de otras letras (f, g, j, p, q, e, y).

Escuela Profunda

Esta escuela tiene sus bases en las diferencia que se observan entre los planos consientes e inconsciente en la escritura. Los grafólogos que primero se introdujeron en esta vía fueron E. Solange Pellat y Ludwig Klages, continuada por Mauricio Xandro.

Esta escuela promulga que la escritura está compuesta por elementos consientes formadores y elementos inconscientes deformadores.

Cuando iniciamos un escrito, carta o similar, siempre intenta causar la mejor impresión posible. Ponemos mayor atención en hacer buena letra y en que el escrito quede lo más agradable a la vista. Con este acto, se está mostrado el “yo” ideal. Sin embargo, de modo inconsciente, a lo largo del texto iremos cambiando de manera que quedara de manifiesto nuestro “yo” real.

De este modo se puede afirmar que los comienzos de los manuscritos, ya sea de trazado, letra, palabra, pagina, párrafo, etc., tiende a ser más conscientes y calculados que los finales.

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Escuela Emocional

El pionero de esta escuela fue Rafael Shermann y promueve la idea de que las emociones quedan reflejadas en el papel en forma de pequeños impactos o incluso deformaciones. No se escribe, por ejemplo, del mismo modo el nombre de alguien por quien se siente un profundo afecto que el de la otra persona a la que no se profesa ninguna simpatía.

Cuando alguien le cae mal a uno o le resulta indiferente, eso se percibe en la manera de escribir su nombre: el tamaño disminuye, existe algún temblor, tachadura o enmienda, o se pierde la legibilidad, se escribe con desagrado o desgano. En cambio, cuando alguien le resulta uno agradable o simpático, tiende a escribir su nombre en poco más grande y con esmero, facilitando su legibilidad.

Para Sigmund Freud existe el llamado lapsus linguae. Este se produce con frecuencia durante las conversaciones o durante los informativos radiofónicos o televisivos. Consiste en un pequeño desliz, generalmente una palabra, que no se ajusta a lo que en teoría se quería decir y que cambia el sentido de lo que se ha expresado.

Cuando se dice a veces ¿En que estaría pensando?; tiene mucho que ver con el lapsus linguae. Pues bien, en grafología existe el llamado lapsus calami, que se puede observar en los escritos. En este caso, no solo cambiando las palabras. También se advierte, como ya hemos expresado, en otros pequeños detalles en los que normalmente nadie se fija, pero a los grafólogos prestan mucha atención. Este sistema se convierte en una especie de “detector de mentiras”, útil y certero.

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Como escribimos

La escritura a pesar de ser un acto cotidiano no deja de convertirse en una acción que se desenvuelve a través de procesos complicados. Esta complejidad la encontramos más en la llamada escritura creativa, que es aquella que se utiliza cuando se debe redactar una noticia, expresar ciertos conocimientos o elaborar una serie de ideas, como al escribir un libro. [pic 14]

La escritura reproductiva, consiste en la copia de un texto ya elaborado o realizado al dictado, tal como se hace en la escuela, esta modalidad, aunque es menos compleja, también emplea varios procesos.  

El simple desarrollo de una carta implica una serie de actos: decidir que va a contarse, como hará y en qué orden se expresara la información que se suministrar en el escrito. Deben localizarse las frases y palabras precisas para ello y fijarse además en escribir con la ortografía correcta. Todo ello sin contar con los movimientos musculares necesarios para concluir satisfactoriamente esta tarea.

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