Yo... Lápiz Leonard Read (1898 - 1983)

Yo… Lápiz

Leonard Read (1898 - 1983)

Mi árbol familiar como fue contado

Soy un lápiz portaminas, el lápiz común de madera conocido por todos los chicos y chicas, y adultos que pueden leer y escribir. Escribir es tanto mi vocación como mi distracción, eso es todo lo que hago.

Usted se preguntará porque yo debería escribir una genealogía

Bien, para empezar mi historia es interesante, y a continuación le diré que soy un misterio mayor aún que un árbol o un atardecer o aún mayor que un rayo de luz. Pero lamentablemente soy presupuesto por aquellos que me usan como un mero incidente sin antecedentes. Esta actitud arrogante me relega a un nivel de vulgaridad y constituye una especie de doloroso error en el que la mente del hombre no puede continuar sin ponerse en peligro. Porque como observa un hombre prudente: “Estamos pereciendo por falta de capacidad para maravillarnos, no por falta de maravillas”. (…)

Tómeme y obsérveme. ¿Qué es lo que usted ve? No es mucho lo que los ojos encuentran –hay madera, barniz, la marca impresa, mina de grafito, un poco de metal y una goma.

Así como usted no puede trazar su árbol familiar retrocediendo mucho en el tiempo así también es para mí imposible nombrar y explicar todos mis antecedentes. Pero me gustaría sugerirle lo suficiente de ellos para dejar grabado en usted la riqueza y complejidad de mis antecedentes.

Mi árbol familiar comienza con lo que en efecto es un árbol, un cedro con vetas derechas que crece en el norte de California y en Oregon. Ahora contemple todas las sierras, los camiones y las sogas y los demás equipos innumerables usados para talar y transportar los cedros hasta el asentamiento del ferrocarril. Piense en todas las personas y en el incontable número de habilidades que convergen en la fabricación de estos equipos, la explotación de minas, la fabricación del acero y sus diferentes usos: sierras, hachas, motores; el crecimiento del cáñamo y su paso a través de todos los estados para transformarlo en una pesada y resistente soga; los campamentos de los leñadores con sus camas y sus desordenados corredores; la cocina y el cultivo de los alimentos. ¡Pero, si miles de personas desconocidas tuvieron intervención en cada taza de café que el leñador bebe!

Los troncos son embarcados hacia un aserradero en San Leandro, California. ¿Pueden imaginarse a los individuos que fabrican casas rodantes, trenes, motores para esos trenes y a quienes construyen e instalan sistemas de comunicaciones? Estas legiones están en medio de mis antecedentes.

Considere al obrero del aserradero de San Leandro. Los troncos de cedro son cortados en pequeñas tablillas del tamaño del lápiz, más chicas que un cuarto de pulgada de grosor. Estas tablillas son secadas en un horno y luego teñidas por la misma razón que las mujeres ponen color en sus mejillas. La gente prefiere que luzca bonito no de un blanco pálido. Estas tablillas son enceradas y secadas al horno nuevamente. ¿Cuántas habilidades convergen en la fabricación de las tinturas y de los hornos, en la provisión del calor, luz y energía, en la producción de los cinturones, motores y todas las otras cosas que un aserradero requiere? ¿Y qué tal los barrenderos del aserradero que figuran entre mis ancestros? Sí, incluidos en ellos hay hombres que vierten el hormigón para construir el embalse de la hidroplanta de la compañía eléctrica y de gas del Pacífico que provee la energía del aserradero.

¡Ni siquiera mire a los ancestros presentes y distantes que intervienen en el transporte de sesenta vagones de tablillas a través de la nación desde California hasta Wilkes Barre!

Una maquinaria complicada

Una vez en la fábrica de lápices –US$ 4.000.000 invertidos en maquinarias y edificios, capital este que ha sido acumulado a través del ahorro de parientes míos- a cada tronco se le hace ocho acanaladuras usando una compleja máquina, después de lo cual otra máquina coloca las minas en cada tablilla, aplica el pegamento, y se ubica otra tablilla –un sándwich de mina, por así decirlo. Siete hermanos y yo somos cortados de esta madera remachada con un sándwich.

Mi “mina” en sí misma –no contiene nada de mina- es compleja. El grafito es extraído de la mina en Ceilán. Considere ahora esos mineros y a aquellos que fabrican sus muchas herramientas y a los fabricantes de costales de papel en los que el grafito es embarcado y a aquellos que hacen las cuerdas que atan a los costales. No se olvide de quienes suben esos costales a los barcos y finalmente de quienes hacen los barcos. Hasta los cuidadores de los faros a lo largo del trayecto marítimo asisten a mi nacimiento.

El grafito es mezclado con arcilla del Mississipi en la que el hidróxido de amonio es usado para el proceso de refinamiento. Luego se agregan agentes húmedos tales como sulfonato de sebo, grasas animales reaccionadas químicamente con ácido sulfúrico. Después de pasar a través de numerosas máquinas de mezcla aparece finalmente como una molienda y es cortada al tamaño necesario, secada y horneada por varias horas a 850 grados Fahrenheit. Para aumentar tanto su resistencia

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