ÉTICA DEL ABOGADO
geovanni7torres19 de Octubre de 2014
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Ensayo: ETICA PROFESIONAL (ABOGACÍA).
La palabra ética proviene del griego ethikos (“carácter”). Se trata del estudio de la moral y del accionar humano para promover los comportamientos deseables. Una sentencia ética supone la elaboración de un juicio moral y una norma que señala cómo deberían actuar los integrantes de una sociedad.
La ética profesional pretende regular las actividades que se realizan en el marco de una profesión. En este sentido, se trata de una disciplina que está incluida dentro de la ética aplicada ya que hace referencia a una parte específica de la realidad.
La actividad profesional en los tiempos modernos ocupa un lugar privilegiado en la vida cotidiana del ser humano, no sólo en el punto de vista económico sino también de horas absorbidas por esta actividad, todo esto constituye un elemento a la formación de la ética ya que la forma de vivir implica un orden moral que a su vez son peculiaridades de la persona. Unido todo esto se llega a la conclusión de que se tiene la posibilidad de adquirir dos éticas; la primera es ética moral y la segunda: ética profesional. En ambas se busca la perfección humana y el éxito profesional.
La vida que uno como persona lleva siempre debe de ir en busca de la justicia y del bien común, cuando se encuentra esto se puede hablar de que es posible alcanzar la felicidad, vivir bien es sólo vivir como lo reclama la probidad y la justicia.
Cuando un abogado obra de manera ilícita sin antes interponer la justicia lo único que busca es el enriquecimiento material y no espiritual, recordemos que el dinero no te da la tranquilidad, ni te da salud y mucho menos vida, es por eso que un abogado ante todo y todos debe de tener bien cimentado su moral, dignidad y su honradez.
A lo largo de la vida hemos visto que el hombre ha quebrantado su moral por tratar de conseguir poder a costa de la vida de los demás sin importar el daño que pueda ocasionar, a esto el abogado debe actuar conforme a la ley sin violarla cumpliendo lo debido.
Además el abogado al que se le ha confiado la defensa o ejercicio de su derecho judicial o extra judicial debe cumplir con lealtad su mandato esforzándose para siempre encontrar la verdad y que el interés jurídico protegido sea satisfecho, escogiendo, los medios éticos tolerados y posibles y los mas idóneos para lograr el objetivo.
Para encontrar este fin el abogado debe de tener una habilidad nata como es la agilidad mental y la honestidad. Un problema fundamental en el que incurren los abogados es que a veces reúsan a defender a las personas que ellos creen que merecen o no una sanción, cuando todos tenemos derecho a una legítima defensa, si la ley lo permite, ¿Por qué la moral no?
Pero el problema no queda resuelto con haber concluido la procedencia ética de la defensa profesional del infractor del derecho, pues para mi falta lo más importante y lo más difícil de asumir; me refiero a la actitud que debe tomar el abogado respecto a los asuntos que él defiende y la responsabilidad moral que debe acompañar al abogado en esas actuaciones profesionales.
Debe haber consciencia con uso de razón cuando se defiende a una persona de la cual está en duda su culpabilidad. Debe asumir estos asuntos en convivencia con el error y al efecto de sólo obtener la verdad, nunca al efecto de obtener honorarios o ganar el juicio para prestigio personal o ventaja circunstancial de ofendido.
En definitiva no puede haber una sola relación humana indiferente a valoraciones morales, pues al convivir somos permanentemente educados y educamos para bien o para mal de manera que en las situaciones se exigen del profesional un mayor grado de compromiso ético con el cliente, en relación directa a la gravedad de la falta.
En conclusión para mí la relación que existe entre el derecho y la justicia es esencial y teológica, ya que se basa
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