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“Aportes táctico-operativos a los Procesos de Intervención del Trabajo Social”


Enviado por   •  6 de Noviembre de 2022  •  Trabajos  •  1.573 Palabras (7 Páginas)  •  104 Visitas

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Trabajo practico corto N°1

Carrera: Lic. Trabajo Social.

Cátedra: Instrumentos de Intervención I

Profesora: Lipka Gina

Alumnas:

  • Anaquin, Daiana M.
  • Ferreyra, Jessica Gisel.
  • Dos santos, Brenda.
  • Quiroga, Cecilia Andrea

Fecha de entrega: 1 6 de septiembre de 2022.


Titulo

“Aportes táctico-operativos a los Procesos de Intervención del Trabajo Social”

Autor/es:

Andrea Oliva – Manuel Mallardi (Compiladores)

Referencia bibliográfica:

  • Oliva, A. y Mallardi, M. (s.f.). Capítulo Introductorio: Procesos de intervención y tácticas operativas en Trabajo Social. Aportes táctico-operativos a los Procesos de Intervención del Trabajo Social (pp. 4-32)
  • Lessa, S. (s.f.). El proceso de producción/reproducción social: trabajo y sociabilidad.
  • Mallardi, M. (s.f.) Capítulo II: Conocimiento situacional y práctica del Trabajo Social. Aportes desde la planificación situacional.

Grupo:

  • Anaquin, Daiana M.
  • Ferreyra, Jessica Gisel.
  • Dos santos, Brenda.
  • Quiroga, Cecilia Andrea

Análisis:

  Para iniciar el análisis, retomamos el siguiente fragmento: "Siguiendo los aportes de Montaño (2000) es necesario que el colectivo profesional fortalezca la superación del debate “a priori” sobre el “método de intervención profesional” para asumir el de las estrategias de intervención definidas a partir del objeto, de la realidad concreta. Se apunta a superar una visión de la intervención profesional como un conjunto de procedimientos y técnicas dentro una caja de herramientas que se encuentran aisladas del proceso social, a la espera de ser utilizadas por el trabajador social. Es necesario avanzar entonces, en la problematización de las estrategias de intervención, como concepto organizador central del proceso de intervención…” (Oliva y otros; p-7).

     El aporte de Montaño hace referencia a la importancia de la problematización  de las estrategias de intervención, menciona que se debe superar la idea de que el trabajo social posee un método de intervención profesional unidireccional, se deben encontrar elementos que aporten al debate teórico, mediante una reflexión y profundización histórico crítica, apuntando a una visión superadora de la intervención profesional que se sitúe en un momento histórico determinado, contemplando relaciones sociales y las diversas situaciones de la vida cotidiana.

     Se plantea que no existe una forma de entrevista, visita, observación o registro, ya que los modos de llevar a cabo las tareas de investigación son de carácter táctico dentro del proceso de intervención profesional. Son las múltiples determinaciones quienes darán el contenido a esas acciones; por ende, la pobreza, falta de viviendas, explotación infantil, etc se entienden como manifestaciones de la cuestión social que dan un significado social e histórico. Se debe repensar que para las estrategias de intervención es necesaria una problematización para lograr un concepto organizador de los procesos de intervención.

     El ejercicio profesional tiene que ir más allá de los procesos individuales del profesional, destacando dos elementos claves identificatorios de la práctica profesional.

Lo social: no se debe realizar un recorte interventivo independiente de cuestiones económicas, culturales, políticas, etc.

Lo Profesional: que no debe ser neutra y debe estar situado en un régimen y momento histórico determinado, siempre involucrando a otros autores.

     Deben resignificar las tácticas operativas, (entrevista, observación, etc.) como una visión superadora de las técnicas, al posicionar mediante la criticidad a la intervención social dentro de espacios sociales conflictivos, asumiendo la existencia de un componente político en las mismas.

     Volviendo al fragmento citado inicialmente consideramos que la postura de Montaño  acerca de la intervención profesional del Trabajador Social son aportes que nos permiten poder situarnos como profesionales y comprender que el Trabajo Social como profesión se encuentra históricamente situado en los procesos de relación capital-trabajo, donde participa como autor de su propia reproducción a partir de la venta de su fuerza de trabajo pero a su vez en la producción y reproducción de otros sujetos que se expresan y se vinculan con las instituciones donde se inserta. Por tanto el profesional del Trabajo Social se caracteriza como un sujeto contradictorio, pues es responsable de responder las exigencias que le demanda su fuerza de trabajo y a la vez un corresponsable de su accionar y de los procesos que se generan en esas fuerzas de trabajo. Montaño expresa la idea de superar el debate “a priori” de la intervención profesional para asumir el de estrategias de intervención ligadas al análisis de la realidad concreta, pues hay que tener en cuenta que el proceso de planificación previa de la profesión del Trabajo Social se encuentra atravesada por múltiples determinantes, fuerzas e intereses diversos, de cómo afrontar y abordar la realidad social. 

      Es por ello que la intervención del Trabajador Social no debe ser unidireccional, como lo mencionamos anteriormente, pues el profesional interviene en ámbitos y espacios contradictorios que determinan de alguna manera los procesos de organización y planificación de sus prácticas de intervención, y donde se hacen presentes los posicionamientos de los profesionales en relación con estas fuerzas de trabajo que se expresan en la producción y reproducción trabajo-capital. 

     Tal como lo menciona Montaño, hay que avanzar en la problematización de las estrategias de intervención, comprendiendo que, el accionar del profesional del Trabajo Social se encuentra determinado por posicionamientos éticos-políticos y metodológicos que buscan, de alguna manera, poder transformar o modificar la situación a la que está interviniendo, pero pensando y analizando a la realidad como totalidad, como compleja e histórica, es decir, como procesos de prácticas complejos y contradictorios en los que interviene con el fin de emprender diferentes funciones, construyendo su acción en términos de procesos situados e históricos, analizando asimismo los espacios en los que se inserta, así como los sujetos, y los recursos que utiliza para abordar su práctica, es decir, los instrumentos que utiliza como mediación para la transformación de la realidad social y su participación en la reproducción de las fuerzas sociales. Es así que, el profesional del Trabajo Social construye su práctica en términos de procesos complejos, e interviene de acuerdo a los procesos históricos y relaciones sociales que la determinan.

       Tomando como referencia la cita del texto de Oliva, el profesional dispone de una autonomía relativa, siendo responsable en parte, de evaluar entre las alternativas posibles que den una respuesta a las necesidades que surgen en determinadas situaciones dentro de la práctica profesional.

   El texto de Lessa inicia realizando un análisis desde la importancia de la relación hombre-naturaleza, donde el mismo interviene y transforma la naturaleza que lo rodea y lo hace para poder reproducirse; como ser social, la evolución es parte de la historia a través del surgimiento y desarrollo de las sociedades más simples a las más complejas. Es por ello que el hombre al transformar la naturaleza que lo rodea también se transforma adquiriendo nuevos conocimientos, habilidades, destrezas, experiencias.

     Para comprender la categoría trabajo y reproducción social es pertinente reconocer que el hombre tiene la capacidad de elegir objetivamente alternativas para cubrir las necesidades transformando la realidad que lo rodea, es decir, hay una previa ideación, construye en la conciencia un posible resultado de una acción, lo que Marx denomina Trabajo, y esta transformación se denomina Objetivación. Este acto de trabajo pasa a ser una relación de poder entre los hombres, surgen así las clases sociales y la tensión entre ellas con un componente político, ideológico y cultural. Este proceso de trabajo y lucha de clases da origen al trabajo alienado.

      Con la alienación del trabajo, el hombre pasa a la explotación de la reproducción social, a la deshumanización socialmente producida por el hombre. El trabajo es realizado NO por una necesidad sino por el gozo y desarrollo de la clase dominante. En este sentido, lo complejo se da en el tejido social de las relaciones sociales dando como origen a nuevos complejos sociales.

     El autor refiere a las condiciones objetivas y subjetivas del profesional y los sujetos que median la intervención, es decir el proceso de praxis, menciona a la instrumentalidad como categoría reflexiva capaz de apuntar las diversas formas de inserción de la profesión en los espacios socio-ocupacionales y las competencias y requisitos profesionales en contextos y espacios socio-históricos determinados.

  Entendemos luego de la lectura y análisis que el Trabajo Social posee una instrumentalidad y es por medio de ella que la profesión consolida su naturaleza y realiza su funcionalidad, de esta manera la intervención se convierte en un lugar de construcción de nuevos discursos, interpretaciones, nuevas formas de pensar y hacer. De manera que se puede apreciar que para Montaño es un compromiso para el trabajador social superar y encontrar componentes que sean eficaces para el debate teórico, teniendo en cuenta que las estrategias de intervención, se elaboran a partir de nuestras orientaciones método-política, teniendo en cuenta que las relaciones sociales son emplazamientos de la vida cotidiana.

     Lessa por su parte plantea la comprensión de la relación entre la sociedad y la naturaleza ,es decir que por más cambiada sea la sociedad, esta siempre será natural, de manera que la realidad se irá transformando, por ende podemos relacionar aquí el planteo de Montaño, quien por su parte plantea que la estrategia debe ser analizada a partir de  la reconstrucción analítica de cada proceso social, tanto en su dimensión objetiva como en la subjetiva, determinando los límites de los procesos sociales. Entendemos que ambos autores hablan sobre la interrelación de lo objetivo con lo subjetivo de acuerdo a su contexto histórico y social de los sujetos, a la hora de llevar a cabo los procesos de intervención.

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