Articulacion de espacios publico

Articulación y conexión del espacio público

En todas las ciudades, pueblos  o conjuntos de edificaciones que hay y han existido a lo largo de la historia, el espacio público es el que da identidad y permite reconocer diferentes  áreas urbanas.

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Desde el principio de la ciudad, el espacio público surgió como un espacio de expresión, ya se veía en la antigua Grecia como se concebía el ‘’Agora’’ como centro de cultura y política de la vida social de los griegos. Con esto se le da un carácter a la ciudad permitiendo así, conocerla y vivirla. Actualmente estos espacios se reconocen como legados, conservando la memoria de su sociedad ya que se ha generado una apropiación social del espacio.

Es un hecho que independientemente del aspecto socio-cultural, también tiene relevancia en el rol de la salud; mejorando la calidad de vida urbana y ambiental, beneficiando a los habitantes tanto colectiva, como individualmente.

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Parque Ciudad de los Ángeles, Madrid.

Estos espacios se presentan en diferentes formas, superficies, funciones y particularidades ambientales y geográficas, siempre tejiendo, uniendo con vacíos los llenos de la ciudad. Con esto, esos espacios intermedios que quedan entre el lleno y el vacío, esta piel que ayuda a fusionar las dos partes, este borde, siempre se ve involucrado en espacios de circulación, interacción social, contemplación, comercio…

En los últimos tiempos, dada la creciente demanda inmobiliaria junto con el acelerado crecimiento de las periferias urbanas, vemos como van surgiendo espacios residuales o intersticios sin conexión con las tramas ya existentes quedándose ajenos a la ciudad, dada la marcada dispersión y un escaso trabajo por entender al usuario, edificando programas espaciales públicos que no brindan un encuentro casual ni una forma de relación orgánica entre los habitantes.

De esta forma se pierde la identidad de los espacios, ya que a nivel macro, el centro por excelencia, siempre es el casco histórico y patrimonial, pero se van olvidando estas relaciones afectivas entre barrios y habitantes que en el fondo y para mi perspectiva, son las que le dan valor y legado, crean un conjunto de ciudad.

‘’Si esto, que es el final del trayecto para las personas de esta área de la ciudad, es además poco o nada usada por las personas que viven dentro del territorio fronterizo formado por el único uso, está abocada a ser un lugar sin vida con escasos usuarios… Si pocas personas usan la calle fronteriza, las calles transversales (y algunos casos las paralelas) será también menos usada.

Esto es grave, porque la única manera de mantener la seguridad en las calles es lograr la presencia literal y continua de un número indefinido y diversificado de gente con motivos distintos. Es el único instrumento que estimula a formar distritos en lugar de vecindades fragmentadas, aisladas y cenagosas.’’ Muerte y vida de las grandes ciudades (Jacobs, 1967).

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Bandejones en calle Prieto Norte, Temuco.

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Espacios residuales entre dos sectores Ciudad de los Ángeles – Villaverde, Madrid.

Tras esto, se puede ver como el espacio público queda sin significado, dividiendo y descomponiendo la ciudad en partes fragmentadas perdiendo aspectos socio-urbanísticos y creando focos de inseguridad en barrios y zonas específicas, dadas por la dimensión de los terrenos con usos nulos, creando ‘’fronteras’’ entre unos barrios y otros.

El concepto de espacio público, siempre ha estado ligado a la existencia de áreas verdes, como solución a estos territorios fronterizos, se le puede atribuir a estos espacios libres y verdes diferentes funciones, tales como la función social (espacios de contemplación, juegos infantiles, poner al usuario en contacto con la naturaleza), una función urbanístico-paisajista (unir barrios a través de áreas verdes) o como función ecológica, aprovechando las cualidades de estás masas vegetales (regulación del microclima, disminución de viento y ruido).

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