Buen Vivir

El desafio que Amartya Sen realiza al WASHINGTON CONSENSUS, es que este organismo con su visión neo clasista produjo una serie de modificaciones basadas en el cumplimiento de ciertas condiciones exigidas por organismos internaciones, para poder otorgar prestamos de “ayuda” a los países, principalmente los sud americanos.

Es justamente que surgen estos cuestionamientos a raíz que se emiten los informes del desarrollo humano del PNUD.

El Washington Consensus (WC) cuya denominación no tiene nada de verdadero, ya que su labor se enmarca en la ayuda financiera a los países en vías de desarrollo desde los años 80 por parte del FMI (Fondo Monetario Internacional) y el BM (Banco Mundial).

La labor del WC (Washington Consensus), esta marcada por las políticas de desarrollo, planes de ajuste y estabilización a través del FMI y el BM, a los países a los cuales supuestamente se presta su ayuda.

Nunca existió ni existirá un debate ideológico, con libertad de pensamiento y un consenso real entre los países para saber que contenidos tienen esas políticas que se deben aplicar, para un beneficio mutuo y si existen condiciones de desarrollo para los pueblos.

En América Latina nunca ha existido soberanía en su accionar en diferentes campos, entre los más importantes el financiero y económico, mientras que países como los asiáticos se han desarrollado a pesar de no haber seguido estas políticas acordes al Washington Consensus (WC).

En la década de los 90, muchos autores critican al Washington Consensus (WC)

A raíz de la crisis financiera de México en 1994, puso al descubierto las fallas del modelo propuesto por el WC, mas no se debió a las debilidades mexicanas.

Muchos países incluido el Ecuador adoptaron estas políticas, creyendo que funcionaban eficazmente y se obtendrían buenos resultados muy buenos a corto y largo plazo.

A finales de la década de los 90, este paradigma llamado Washington Consensus, no resulto ser del todo bueno, ya que hasta esta fecha el WC era la única posibilidad viable para el desarrollo de los países. Surge también a finales de los 90 el Southern Consensus latente, el cual se fundamenta en la realidad que los países atraviesan sin notarse cambios tan importantes en relación a los países desarrollados, priorizando el crecimiento económico, la integración estratégica” de la economía nacional a la internacional, la combinación de política macroeconómica ya que la implementación exitosa de estas políticas de desarrollo requiere la cooperación entre los gobiernos y el sector empresarial, para legitimar el proceso en general.

Otra gran critica al WC, por parte del PDNU, a sus políticas es la de enfrentar correctamente las preocupaciones sociales, entre ellas la pobreza, ante lo cual se pide la flexibilización de las

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