Causas de la crisis en euro
darcelyTrabajo9 de Febrero de 2013
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INTRODUCCION
La crisis económica es un problema que día con día afecta en nuestra sociedad que poco a poco se deteriora en nuestras vidas, hoy tratamos de comprender por qué se da dicha situación y no solo eso; sino como solucionarlo y controlarlo.
En nuestro estudio es importante conocer las altas y bajas de nuestro mundo económico para así poder analizar y estar a la defensiva de los nuevos problemas que a diario se dan en nuestro entorno. Algunos ejemplos serian: el incremento en el dólar y como este afecta en la moneda europea y a su vez el incremento de las materias primas que da un fuerte giro globalmente y principalmente a nuestro país.
También dentro de esta investigación veremos cómo problemas antiguos se reflejan hoy en nuestros días y como ha cambiado la economía en nuestro país, dando así nuevas ideas y pensamientos de cómo solucionar dichos problemas en la deflación e inflación que hoy nos rodea.
Por estas razones se decidió estudiar e investigar con un alto grado de dedicación para aprender y compartir el conocimiento obtenido.
Causas de la crisis en euro
La crisis de la deuda soberana europea surge como consecuencia de una combinación de factores complejos. Entre ellos están la globalización de las finanzas, las fáciles condiciones para acceder al crédito entre 2002 y 2008 que incentivaron prácticas de préstamo de alto riesgo, la crisis económica de 2008-2012, los desequilibrios en el comercio internacional, la existencia de diferentes burbujas en el sector inmobiliario que durante la crisis fueron pinchadas, la recesión global de 2008–2012, la política fiscal elegida en relación a los ingresos y gastos gubernamentales, y el acercamiento dado a la gestión del rescate de entidades bancarias y tenedores privados de obligaciones por los gestores públicos, asumiendo las deudas privadas y socializando las pérdidas.
Una explicación de las causas de la crisis comienza con el significativo aumento del ahorro disponible durante el período que va desde el año 2000 hasta 2008, cuando el importe de todos los activos en circulación en el mundo aumentaron desde alrededor de 36 billones de dólares hasta 70 billones en 2007. Esta "Gigantesca Reserva de Dinero" (en inglés, "Giant Pool of Money"), aumentó gracias a la entrada en los mercados de capitales globales de naciones en desarrollo de alto crecimiento. Diferentes inversores a la búsqueda de mayores rendimientos que los ofrecidos por los Bonos del Tesoro de EEUU buscaban alternativas globalmente.
La tentación ofrecida por tal cantidad de ahorro rápidamente disponible superó los mecanismos de control regulatorios y políticos país tras país, a medida que los prestamistas y prestatarios hacían uso de esos fondos, generando así una burbuja económica tras otra en todo el mundo. A medida que estas burbujas fueron pinchando, haciendo que el precio de los activos (como por ejemplo propiedades inmobiliarias) fue cayendo, las deudas debidas a los inversores globales que habían financiado esas burbujas mantuvieron sus precios máximos, generando entonces cuestiones acerca de la solvencia de los gobiernos y de sus sistemas bancario.
La manera en cada país europeo participó en esta crisis tomando dinero prestado e invirtiéndolo varía. Por ejemplo, los bancos de Irlanda prestaron dinero a promotores inmobiliarios, generando una burbuja inmobiliaria gigantesca. Cuando la burbuja pinchó, el Gobierno de Irlanda y sus contribuyentes asumieron las deudas privadas. En Grecia, el Gobierno aumentó su compromiso con sus funcionarios en la forma de generosos beneficios salariales y de jubilación, doblándose los primeros en términos reales en el plazo de diez años. El sistema bancario de Islandia creció de modo gigantesco, generando deudas con inversores globales por importe de varias veces su PIB
La interconectividad del sistema financiero global hace que si un país quiebra en su deuda soberana o entra en recesión poniendo parte de la deuda privada externa en riesgo, el sistema bancario de los países acreedores se enfrenta a pérdidas. Por ejemplo, en octubre de 2011, los prestamistas italianos debían a bancos franceses 366.000 millones netos de dólares. Si Italia fuera incapaz de financiarse, el sistema financiero de Francia y su economía se verían sometidos a una intensa presión, lo que a la vez afectaría a los acreedores de Francia, y así consecutivamente. A este fenómeno se le conoce como contagio financiero. Otro factor que ha contribuido a la interconexión es el concepto de protección de la deuda. Las instituciones firmaron contratos llamados permutas de incumplimiento crediticio (en inglés, Credit Default Swap, de ahí su popular acrónimo CDS) que obligan al pago en caso de que un determinado instrumento de deuda entre en quiebra, incluidos los bonos emitidos por los gobiernos. Pero, desde el momento que varios CDS pueden adquirirse sobre el mismo activo, no está clara la exposición que cada sistema bancario nacional tiene actualmente a los CDS
Origen de la
Crisis en Grecia
El origen del grave endeudamiento griego, que ha llegado a amenazar con contagiarse a otros países de la eurozona, comenzó a agravarse en 2004, cuando el gobierno del entonces primer ministro, Costas Caramanlís, aumentó cada vez más la ya abultada plantilla de funcionarios y muchas de sus prebendas.
Ese Gobierno conservador contrató hasta 2009 a más de 100 mil nuevos funcionarios, a los que concedió sustanciosos incrementos salariales, lo que hizo subir las nóminas de los empleados públicos en un 70%, según dijo hoy Vasilis Rápanos, presidente de consejo del Banco Nacional de Grecia, la primera entidad comercial del país.
"Fue la política irresponsable y estúpida" lo que llevó el país al déficit fiscal actual, comentó el banquero sobre la gestión de Caramanlís en los cinco años que estuvo en el poder.
El experto agregó que la situación del enorme déficit no es nueva para el país, ya que en 1993 llegó al 13%, una cifra similar a la del año pasado, mientras que la deuda sobrepasó también el 100% del PIB, frente al 115% actual.
Según Yanis Sturnaras, analista y profesor de la Universidad de Atenas, fue precisamente en los últimos dos años cuando se descontroló por completo el gasto público y cuando las estadísticas facilitadas por Atenas a la Comisión Europea fueron maquilladas.
Hasta mediados del año pasado todo iba sobre ruedas de cara al exterior. A partir de la derrota electoral de Caramanlís, en octubre de 2009, el nuevo gobierno de Yorgos Papandréu se encontró con la enorme brecha entre las cifras oficiales y las reales.
Tanto Rápanos como Sturnaras coinciden en criticar la tardía reacción del actual Ejecutivo ante el agujero fiscal y la galopante deuda.
Los recortes de nómina y prebendas de los funcionarios y otros trabajadores para corregir la maltrecha situación macroeconómica del país han desatado las huelgas y violentas protestas de la semana pasada.
La caja de los truenos se destapó por la diferencia entre el porcentaje oficial del déficit, por debajo del 7%, según las estadísticas nacionales en 2009, pero que ahora ha resultado ser del 13.6% del PIB para 2009, a años luz del 3% que exige el Pacto de Estabilidad y Crecimiento a los 16 miembros de la eurozona.
Grecia no era el único infractor del club, pero sí estaba entre los culpables más destacados. El diferencial de la deuda pública helena, que a principios de años se movía a unos 200 puntos básicos por encima del referente alemán, se disparó en los meses posteriores a niveles inasequibles para el mercado nacional.
El país mediterráneo se ha visto obligado a recurrir a la ayuda del Eurogrupo y del Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar la bancarrota estatal. Un recurso que supone ceder parcialmente su soberanía y someter sus cuentas al escrutinio internacional.
Los titubeos para conceder el paquete de rescate, debido principalmente a las dudas de la canciller alemana, Angela Merkel, por cuestiones de política interna, encarecieron la ayuda hasta los 80 mil millones de euros que deberán aportar los socios europeos y otros 30 mil millones de euros del FMI.
Entretanto, la crisis helena ya había desvelado la delicada situación del déficit fiscal de España y Portugal y su candidatura a ser posibles víctimas de un contagio a la griega.
La indecisión alemana y la incapacidad de Bruselas para liderar una salida a la crisis ha llegado a poner en serio riesgo a la moneda única y han sido necesario que los lideres europeos se reunieran de urgencia el fin de semana para atar un paquete de 750 mil millones de euros que garantice la solvencia del euro.
Todo ello con la necesaria cooperación del FMI, como exigía Berlín, que será quien vigile que Atenas cumple el estricto programa de ahorroimpuesto.
Durante la crisis helena, el euro se ha depreciado a los niveles de principios de 2009, para regocijo de muchos exportadores europeos, ante todo alemanes.
A su vez, el Banco Central Europeo (BCE) , en una operación sin precedentes en sus 11 años de historia, ha decidido comprar bonos de aquellos socios de la eurozona con la deuda soberana más delicada, que en el caso de Grecia ha sido reducida al nivel de bono basura por la agencia Standard & Poor.
El grado de alarma de las autoridades emisoras quedó patente en la decisión de cinco grandes bancos emisores, el BCE, la Reserva Federal de EEUU, el Banco de Canadá, el Banco de Inglaterra y el Banco Nacional de Suiza,
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