Causas del Holocausto judío años previos a la segunda guerra mundial (1939-1945)

causas del Holocausto judío años previos a la segunda guerra mundial (1939-1945)        

Paul Levine y Stéphane Bruchfeld se unen para escribir “De esto contaréis a vuestros hijos… Un libro sobre el Holocausto en Europa, 1933–1945’’ en donde se comenta lo que pasaba en Europa, especialmente en la Alemania Nazi explicando las causas y los sucesos que se dieron en contra de los judíos. Alemania tuvo una gran inspiración en libros y teorías para poder formar y fortalecer su ideología acerca de la superioridad de razas.^[1] Para lograr basarse en lo anterior mencionado, los autores explican qué fue lo que se tomó de referencia exactamente:

“(…) Las ideas racistas habían empezado a extenderse y arraigarse en Europa desde mucho antes. Ya en el siglo XVII los pensadores y filósofos habían especulado sobre el advenimiento de las razas humanas. En 1854, el diplomático francés Arthur de Gobineau, publicó un influyente libro sobre «la desigualdad de las razas humanas». Según Gobineau Esta parte es cita de cita, la raza «aria» era superior a todas las demás, aunque estaba amenazada por «la mezcla de razas» con los «noarios», que no estaban a su altura. En tiempos en que el nacionalismo europeo y el imperialismo jugaban un papel más importante, esos pensamientos fueron bien recibidos. Inspirados por las teorías de Charles Darwin de la selección natural, es decir, que el individuo mejor adaptado es el que sobrevive, comenzaron los hombres de ciencia e intelectuales del mundo occidental a aplicar dichas ideas biológicas a sociedades humanas’’ (Levine y Bruchfeld 1998: 4)

En general, Europa estaba sumergida en una ideología no extremista pero con un grado moderado de racismo, Alemania tomó radicalmente lo leído y fue ahí donde se diferenció de todos aquellos países que siguieron este movimiento. Tal como dice la cita, de arriba hacia abajo, el diplomático francés Arthur de Gobineau fue uno de los pilares en la retorcida mente alemana, diciendo que existía una raza ‘’aria’’ la cual era superior a todas las demás y que podría dejar de existir si es que la mezcla de razas se daba, en este caso se refiere a las razas inferiores y distintas. Terminando por la parte de abajo, el científico Charles Darwin interviene, reforzando la postura que Gobineau ya había sembrado en el pensamiento Alemán. Darwin plantea en sí que todos no somos iguales, y que los que mejores estemos adaptados al contexto en que se vive pues sobrevivirán a diferencia del resto que no lo está. Dos pilares en la ideología Nazi que conducirán a adaptar estas formas en un modo radical.

Por otra parte, el escritor Javier Moreno Luzón colabora habitualmente en el diario El País, pues él es un catedrático de Historia del Pensamiento y de los Movimientos Sociales y Políticos en la Universidad Complutense de Madrid. En este texto el autor nos da a conocer sobre la cultura antisemita, pues esta cultura cambio la forma de pensar me muchos alemanes. Por esa razón, ellos pasaron de una concepción religiosa a una noción racial, la cual perjudico a los judíos.

“(…) el antisemitismo fue, desde tiempos remotos, una característica de la civilización cristiana, independiente de la posición de las comunidades judías, que se manifestó en mayor o menor medida, pero nunca desapareció. En Alemania, las ideas antisemita s abundaron desde la Edad Media y en el siglo xix sufrieron u n cambio importante, al pasar de una concepción religiosa a una noción racial. Fuera cual fuera la terapia que recomendaran para lidiar con el problema judío, tanto conservadores como liberales compartían con la mayor parte de sus compatriotas la visión de los judíos como u n grupo distinto del resto, enormemente dañino para la cohesión nacional y peligroso para la supervivencia de Alemania. De acuerdo con los parámetros racistas, el judío no se desprendería nunca de su naturaleza venenosa, por lo que el único remedio posible era su eliminación. El antisemitismo eliminador se convirtió así en parte integral de la cultura alemana.” (Moreno Luzón 1999: 139)

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