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LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, 1939-1945, LA RECUPERACIÓN DE EUROPA Y LAS SUPERPOTENCIAS


Enviado por   •  11 de Febrero de 2016  •  Ensayos  •  6.033 Palabras (25 Páginas)  •  282 Visitas

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       LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL, 1939-1945, LA RECUPERACIÓN DE EUROPA Y LAS SUPERPOTENCIAS

Las causas de la Segunda Guerra  Mundial fueron: el nacionalismo, el imperialismo, el armamentismo y  las alianzas.

DOS AÑOS DE TRUNFOS DEL EJE.

Atacando al amanecer, sin aviso oficial, el 1 de septiembre de 1939. La fuerza aérea alemana sorprendió a la fuerza aérea polaca en sus campos de aterrizaje y la destruyo sobre la tierra.   De ahí en adelante la Lufwaffek alemana, destruyendo las ciudades polacas y los centros de comunicación y hostigando los movimientos de tropas, evitó la completa movilización del  ejército polaco.  Entre  tanto, los tanques nazis y la infantería entraban masivamente a Polonia por el norte, el occidente y el sur.  Los polacos pidieron ayuda a Francia y a Gran Bretaña, Los franceses y británicos movilizaron sus ejércitos a lo largo de las fortificaciones occidentales alemanas, y la flota británica bloqueó a Alemania por mar.  Pero eso fue todo.  La fuerza mecanizada de la Alemania nazi aplastó a Polonia en cuestión de días.

La Unión Soviética, según su acuerdo  con Hitler, procedió a anexarse los territorios en Polonia y en Europa oriental que había perdido al final de la Primera Guerra Mundial.   Estonia, Letonia y Lituania fueron absorbidos políticamente por la Unión Soviética.  En octubre de 1939, mientras Hitler estaba ocupado en Europa occidental, la Unión Soviética exigió y obtuvo de Rumania la devolución de Besarabia.  

A principios de abril de 1940, los alemanes invadieron repentinamente Dinamarca y Noruega, la flota británica fue rechazada por la fuerza aérea alemana con costosas pérdidas.  Dinamarca y Noruega les proporcionaron a los nazis importantes recursos alimenticios, madereros y minerales, bases marinas y aéreas, y una ruta segura para el vital mineral de hierro proveniente de Suecia.

El 10 de mayo de 1940, las  fuerzas alemanas atacaron Luxemburgo, los Países Bajos, Bélgica y Francia. Luxemburgo no ofreció ninguna resistencia. Los Países Bajos lucharon heroicamente, pero fueron aplastados en seis días.  Confiando en la línea Maginot para conservar la posición a lo largo de la frontera alemana, el ejército británico y una gran parte del francés se instalaron en Bélgica para apoyar las apremiadas fuerzas belgas.  En un sorpresivo movimiento a través del bosque de Ardenas, las potentes fuerzas mecanizadas alemanas rompieron y atravesaron el 14 de mayo las defensas francesas en Sedán y entraron rápidamente al Canal de la Mancha, interceptando a los ejércitos belgas, británicos y franceses en Bélgica. De nuevo, la “blitzkrieg” o guerra relámpago de Alemania, una combinación de lucha aérea altamente coordinada y un rápido despliegue de tanques  y columnas motorizadas fue arrollador.   A pesar de que unos 300 000 británicos y algunas tropas francesas escaparon por mar desde Dunquerque, todas las tropas belgas, la mayor parte de las tropas francesas junto con sus armas y provisiones y las armas y provisiones británicas fueron capturadas.

Sólo  cinco días más  de lucha, junio 5 al 10 se requirieron para que los alemanes destruyeran el resto de la organizada resistencia francesa y convirtieran la retirada francesa en una huida desordenada. El 10 de junio París fue declarada ciudad abierta.  Y ese día Mussolini, creyéndose seguro, les declaró la guerra a Francia y a Gran Bretaña.  El 16 de junio el mariscal Phillippe Pétain fue designado primer ministro de Francia y al siguiente día envió sus representantes para negociar el armisticio.  El 25 de junio la “lucha“ terminó; la destrucción del sistema militar francés después de 5 días de lucha fue una colosal derrota militar; Hitler obligó a los indefensos franceses a aceptar un duro  tratado. La parte norte de Francia y toda el área costera atlántica pasaron a ser posesión alemana.  Se obligó a la porción no ocupada a separarse y cooperar con Alemania.  Unos 2 millones de prisioneros franceses fueron tomados como rehenes para asegurar el buen comportamiento francés; en la Francia no ocupada, el mariscal Pétain y Pierre Laval establecieron un régimen semifascista, con sede en Vichy y se comprometieron a cooperar con Hitler.

No todos los franceses aceptaron la derrota. Muchos resistieron al ejército de ocupación alemana valientemente durante la guerra, sufriendo enormes pérdidas al hacerlo.  Habiendo tratado en vano de advertirles a sus superiores sobre la falta de preparación del ejército francés, el general Charles de Gaulle escapó a Gran Bretaña y se declaró líder de los Franceses Libres.  Con energía y habilidad lucho por reanimar a los franceses tanto dentro como fuera del suelo patrio para que resistiera a los alemanes y a los colaboradores de Vichy y para que restauraran la dignidad y el honor de Francia.

La derrota de Francia dejó sola a Gran Bretaña para enfrentar la furia alemana.  Hitler exigía ahora que Gran Bretaña se rindiera o sufriera la aniquilación.  La situación era desesperante; casi todos los armamentos terrestres británicos se habían perdido en Dunquerque.  Gran Bretaña tenía solamente una división totalmente equipada, contra casi cincuenta divisiones nazis entrenadas para el combate.  

A pesar de que Gran Bretaña poseía el Canal de la Mancha y la armada más grande del mundo, la lucha en los alrededores de Noruega había demostrado que las armadas ya no podían controlar aguas dominadas por una fuerza aérea hostil.  La principal arma de defensa  británica era su relativamente pequeña pero eficiente  fuerza aérea.  Una de sus  grandes fuerzas era nada menos que Winston Churchill, quien el 10 de mayo de 1940 finalmente había remplazado a Neville Chamberlain como primer ministro.  

El dinámico y elocuente Churchill desafió a Hitler: “Lucharemos en las playas; lucharemos en los campos de aterrizaje; lucharemos en los campos, en las calles; en las montañas; nunca nos rendiremos”

Durante el mes de julio de 1940, las fuerzas invasoras alemanas se reunieron a lo largo de la costa  francesa frente a Gran Bretaña, a 24 millas de distancia.  Para cruzar el Canal de la Mancha, se requería un absoluto control aéreo sobre él.  A principios de agosto enjambres de bombarderos y convoyes aéreos sobrevolaron el canal, tratando de destruir la fuerza aérea británica y sus campos de aterrizaje.  En las siguientes batallas aéreas, los pilotos británicos con sus veloces Spitfires y Hurricaines fuertemente armados y manejables derribaron los aviones alemanes.  En esta crítica coyuntura, los nazis  optaron por los ataques masivos diurnos sobre Londres, la ciudad más grande del mundo.

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