Ciudad de Rosario

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Ciudad de ROSARIO

Sus Origenes

[pic 1]No existe fecha ni acto fundacional de la ciudad de Rosario. Surge, a fines del siglo XVII, por la radicación de antiguos pobladores provenientes de Santa Fe, quienes se vieron obligados a emigrar por las continuas incursiones de los indios.

El capitán Luis Romero de Pineda fue el primer poblador estable de la zona. En 1689 obtuvo por merced real las tierras donde hoy se asienta Rosario. A su muerte, estas posesiones se fraccionaron por sucesivas herencias y ventas. Su nieto, Domingo Gómez Recio, edificó en la estancia que heredara, un pequeño oratorio, de adobe y paja. Santiago Montenegro, quien habría llegado a la región en 1724, le compró una parcela donde instaló una pulpería, centro de sus operaciones ganaderas y parador de carretas. Lentamente se fueron formando en la zona otras estancias, dedicadas al engorde de mulas empleadas para el comercio con el Alto Perú.

Por pedido del Gobernador de la Provincia del Río de la Plata, el Cabildo Eclesiástico de Buenos Aires, accedió a crear el 23 de octubre de 1730, el curato del Pago de los Arroyos que comprendía la zona delimitada por el río Carcarañá, al Norte, y el arroyo del Medio, al Sur. Se designó por sede parroquial el oratorio que levantara Gómez Recio. Fue nombrado como su titular, el presbítero Ambrosio de Alzugaray, quien partió para Santa Fe a recabar los ornamentos que le había acordado el Cabildo Eclesiástico para el Nuevo templo. La imagen que trajo correspondía a la advocación de Nuestra Señora del Rosario. Durante cuarenta años presidió la vida religiosa del Curato, de ella tomó su nombre el paraje, que desde entonces se llamó "Capilla del Rosario del Pago de los Arroyos". La presencia de este templo y de la escuela de primeras letras que estableció el religioso fomentaron el asentamiento de pobladores en sus cercanías. En 1746, Montenegro donó los terrenos para la capilla (donde hoy se asienta la Iglesia Catedral). Hasta su frente llegaba el Camino Real (actual calle Buenos Aires) que se bifurcaba allí, en las huellas que conducían hacía Córdoba y Santa Fe, orígenes de las calles de igual nombre. El espacio formado por la encrucijada se transformó en la plaza principal del naciente poblado (hoy se la conoce como "25 de Mayo")

El segundo cura de la parroquia fue el doctor Francisco Cossio y Therán, quien encargó a España una nueva imagen. Ésta llegó de Cádiz y fue recibida con júbilo por la feligresía el 3 de mayo de 1773. Hoy se la venera en el Camarín de la Iglesia Catedral.

En el año 1823, a petición de su vecindario la Junta Representativa de la Provincia, le concedió título de "Ilustre y Fiel Villa" y reconoció por "patrona" a Nuestra Señora del Rosario, cuya fiesta se celebra el 7 de octubre. La Ordenanza N°5 de 1925 asignó esta fecha como "día de fundación de Rosario" y por Ley N°2882 de1940 quedó instituido como "Día de Rosario".

La importancia comercial que adquiría Rosario en la ruta económica de la época y su inmediación con el río Paraná determinó su paulatino desarrollo. Por merecimientos obtenidos en la lucha contra Juan Manuel de Rosas, el general Urquiza, apoyó ante el Gobernador de la Provincia, Domingo Crespo, las reivindicaciones de los rosarinos que demandaban el título de ciudad. El 5 de agosto de 1852, se promulgó la ley que reconoció a la antes villa como la ciudad del Rosario de Santa Fe:

En la segunda mitad del siglo XIX el desarrollo de Rosario se centró en la riqueza agrícola de la zona y en su puerto exportador; convirtiéndose en un verdadero centro de la inmigración proveniente del Viejo Mundo.

El 17 de julio de 1934, el Concejo Deliberante Municipal, sancionó la Ordenanza N°18, estableciendo que a partir del 1° de enero de 1935 se utilizara el nombre de ciudad de Rosario.

ROSARIO, "CUNA DE LA BANDERA"

El primer grito de libertad (25 de mayo de 1810), halló que Rosario estaba poblada por unas 600 personas. Desde los primeros años de las luchas emancipadoras se destacaron por su patriotismo. Cuando Belgrano pasó por Rosario rumbo al Paraguay el diez por ciento de su población masculina activa se enroló en sus filas. En 1811 los vecinos contribuyeron generosamente para construir una batería defensiva que impidiera operar a los navíos españoles pero quedó inconclusa.

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