Conflicto Internacional El conflicto Sirio, a pesar de la diplomacia, la guerra está lejos de acabar

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Conflicto Internacional

El conflicto Sirio, a pesar de la diplomacia, la guerra está lejos de acabar

Andrea De Mora

Alexandra Durán

Diciembre 17 del 2015

Introducción

Siria en la actualidad es el conflicto social y político más preocupante en el  Medio Oriente y en mundo, debido a la guerra civil que se inició en 2011 hasta la actualidad, con una serie de protestas entre rebeldes y el gobierno de Bashar Al Assad. Durante el conflicto sirio se han utilizado diferentes métodos de intervención, tanto por parte de la Organización de las Naciones Unidas (como las sanciones no militares y la investigación de violaciones de derechos humanos) como por parte de otros actores internacionales. También se ha debatido la posibilidad de intervención armada contra el régimen de Bashar Al Assad, así como la intervención para apoyar al régimen del mencionado presidente. Es imprescindible  conocer los intereses detrás de los discursos políticos presentados por los principales involucrados, además de explicar las razones por las cuales el conflicto sirio es una amenaza a seguridad global.  

Actualmente el conflicto es nuevo en su etapa armada, sin olvidar  que está situado en una región políticamente inestable, con una larga trayectoria de conflictividad regional y global. Debido a la inestabilidad generada Estados vecinos y potencias internacionales se han visto obligados a intervenir. Asimismo en el conflicto sirio participan directa e indirectamente actores muy diversos. En un inicio parecía clasificarse como una más de las Primaveras árabes, sin embargo la guerra en siria está siendo más larga que en los otros, se está presionando para que los actores regionales y globales tengan un posicionamiento más claro y, en algunos casos, una intervención también más importante

El objetivo de este trabajo escrito será comprender el conflicto sirio a través de una teoría relevante y una metodología empírica como el dilema de seguridad y la seguridad colectiva. Posteriormente se hará énfasis en el hecho de que a pesar de la diplomacia la guerra está lejos de acabar.

Revisión de la Literatura

Personalmente consideramos una de las causas fundamentales de esta guerra es el proceso de creación de la Siria moderna, así como en las estructuras de poder y sus apoyos construidos por el régimen en las últimas décadas. Pero sus motivaciones más evidentes se pueden considerar plenamente integradas en los procesos de transición política de las Primaveras Árabes.

Para entender el conflicto en Siria es esencial conocer las diferentes corrientes islámicas: el chiísmo y el sunismo. Para los chiítas, únicamente los descendientes directos de Mahoma están autorizados para ser líderes de la fe; mientras  que para los sunitas, no es necesario que los líderes procedan directamente de Mahoma. Es un principio fundamental para los musulmanes y causa de muchos conflictos bélicos. En el Medio Oriente, en particular en Líbano y Siria, se encuentran las diferencias de tensión geoestratégica de la creencia, y sus fronteras nacionales también se caracterizan por la diversidad étnica y religiosa.^[1] Bashar al-Assad, pertenece a la minoría alauí chií, Siria de mayoría sunita. En el caso de una caída, los alauitas probablemente estarían expuestos a la venganza de la insurgencia suní y perderían el poder para siempre. Esta es la razón por la que  Assad no quiere abandonar el poder.

Siria es uno de los países como: Túnez, Egipto, Libia, Yemen, Argelia, en los que recientemente se ha iniciado una revolución contra el gobierno autocrático del país. Estas revoluciones se caracterizan por iniciarse con protestas contra el régimen autocrático, que son reprimidas, desproporcionadas y extremadamente violentas.

El gobierno de Assad es apoyado por Irán, un país chií, que ha luchado por la influencia en la región desde hace miles de años. Una toma de control sunita alteraría el delicado equilibrio de fuerzas, y el corredor chiíta de Irán, Siria y la organización terrorista libanesa Hezbollah perdería su poder. Con las mismas razones, Arabia Saudita y Qatar han brindado apoyo financiero y logístico a los rebeldes sunitas pues de esta manera Siria se convertiría en un estado sunita, lo que cambiaría el equilibrio geopolítico del poder en el Medio Oriente a su favor.^[2]

Sin embargo, los jugadores principales en este conflicto son Rusia y los EE.UU. Rusia desde el comienzo del conflicto ha apoyado a Assad, ya que tiene su único puerto en el Mar Mediterráneo en la ciudad siria de Tartus, y por lo tanto de importancia estratégica vital. Además, la política exterior de Rusia también se rige bajo el llamado “juego de suma cero”, en donde decisiones como ésta se toman para demostrar su propia fuerza, pues el hecho de que EE.UU no gane representa un éxito para Rusia. Al mismo tiempo, los EE.UU. apoyan a los insurgentes sunitas para derribar al gobierno chíita de Assad y así debilitar a la alianza Irán-Siria-Hezbollah, principal enemigo de Israel (aliado número uno de EE.UU en Medio Oriente).^[3] Además, la influencia rusa en la región podría verse debilitada. Sin embargo, EE.UU. teme que la caída de Assad y las armas químicas que se encuentran en el país caigan en manos de los insurgentes y Siria no se estabilice después de la caída de Assad.

Rusia inició su campaña aérea en Siria asegurando que su objetivo es combatir a los yihadistas del Estado Islámico. Sin embargo, sus aviones han bombardeado a grupos rebeldes que se oponen al presidente Assad, aliado de Moscú. Por otro lado países occidentales, los países árabes y Turquía, combaten por su parte al Estado Islámico, pero que también buscan que Asad desaloje el poder, sostienen que Rusia está utilizando al Estado Islámico como un pretexto para apuntar a otros enemigos de Asad. Mientras, el Gobierno de Putin afirma que el Gobierno de Assad debe ser la pieza central de los esfuerzos internacionales para combatir el extremismo islamista.

Oriente Próximo atraviesa una época de enormes trasformaciones de las que derivan implicaciones estratégicas muy inciertas. Estas transformaciones han fortalecido entre  las alianzas entre los distintos países en la región y en el resto del mundo. Siria es uno de los países como Túnez, Egipto, Libia, Yemen y Argelia en los que recientemente se ha iniciado una revolución contra el gobierno autocrático del país. Estas revoluciones se caracterizan por iniciarse con protestas contra el régimen autocrático, las mismas que son reprimidas; aunque en Siria la duración de estas represiones es especialmente larga.^[4]

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