Congreso Y Constituyente

1. Los principales elementos esgrimidos por los Liberales para defender el bicameralismo se centran en la idea de que es un“recurso intra-orgánico de control” dentro del funcionamiento y estructura del Estado. Esto partiendo de varios aspectos, desde acercamientos estructurales, políticos y jurídicos, hasta históricos.

Comenzando por el histórico, en el que plantean que su origen se basa en la necesidad de representar los diferentes “órdenes de realidades que se reflejen en cada organismos”. De esta manera, citan las cuatro estructuras bicamerales (Histórica, origen conceptual, racional, y de realidad económica) en las que realidades, de cierta manera opuestas, se plantean frenos para generar una discusión rica en puntos de vista y argumentada a causa de dicha oposición. La segunda razón que proponen tiene una conexión con el argumento histórico, pues plantea que se trata de una “tradición colombiana” que obedece al mismo proceso de creación del Estado. Puesto que encuentra “inspiración” en el régimen norteamericano republicano, buscando la representación de los elementos esenciales del estado, la ciudadanía y el territorio: “garantizar la relación entre representación y volumen demográfico”.

A continuación, mencionan la capacidad del bicameralismo actual colombiano para tender al “bicameralismo perfecto” en que las dos cámaras se asemejan y acercan lo suficiente para representar la voluntad del mismo pueblo y sin segmentar su soberanía, pero con el objetivo de moderar y controlar el gran poder que le conlleva tener la legitimidad de la voluntad del pueblo y su sufragio. Siendo este el argumento con mayor valor para los ponentes, explican como el bicameralismo evita el tumulto, violencia y potestad excesiva. En sus palabras, “hacer depender la acción legislativa y parlamentaria del concurso de voluntades de dos asambleas (…) excluye la omnipotencia, (…) y asegura la moderación de sus decisiones y resoluciones” PG 30. .

El anterior argumento es retomado al analizar la estructura del estado, en la que el régimen presidencial y su efecto sobre el ejercicio de las facultades del congreso hacen del bicameralismo una necesidad. Pues su complejidad, actúa como un reflejo del principio de repartición de poder, con la intención de “evitar abusos derivados de la concentración del poder en una única asamblea”. Asimismo, con la necesidad de que se genere un equilibrio y ponderación de sus facultades, que le dé la aptitud de ejercerlas adecuadamente, en especial en el control político sobre el ejecutivo. Logrando mantener esa igualdad de capacidad de control institucional que debe prevalecer bajo la idea republicana del control de poderes.

En cuanto a la defensa del procedimiento jurídico al que se someten las leyes, aseguran que tiene como consecuencia el análisis repetido y lleve a una “mayor madurez”. En razón de que el trámite lleva a una discusión más profunda, cuidadosa, estudiada y reflexiva, aumentando el criticismo y la creatividad de los congresistas. En pocas palabras hace que se generen leyes de mayor calidad normativa y representativa de las necesidades sociales que debe suplir el ordenamiento jurídico, con mayor eficacia. Este argumento es reforzado desde la perspectiva de aceptación mundial o “vigor” que posee como principio de técnica constitucional, asegurando que “el mapa político constitucional” pocas naciones -de tinte totalitario- aceptan el unicameralismo.

Por último, resaltan los aspectos negativos de establecer un sistema unicameral, indicando que tienen a “la ligereza e inclinaciones despóticas de todo jacobinismo”. Igualmente, que ignoran las realidades políticas y la práctica de las instituciones, teniendo argumentos conceptuales que ignoran la grandeza del presupuesto de la validez que generan las deliberaciones creadas bajo dicho “control intraorgánico”.

2. La composición de las cámaras y el procedimiento electoral del que surgen son los principales elementos problemáticos en el funcionamiento. Con el objetivo de asegurar la presencia de dos valores en el órgano legislativo: 1) garantizar la representación de las minorías y de grupos sociales que requieren dicha representación; 2) racionalizar las relaciones entre volumen de integrante y la población a la que representan.

En cuanto

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