Continuidad Y Transformaciones De La Económica Salvadoreña
Katym94Apuntes16 de Abril de 2018
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Facultad de Ciencias Empresariales[pic 2]
Escuela de Negocios
Tendencias Económicas
Sección: 02
Tema: Continuidad Y Transformaciones De La Económica Salvadoreña
Docente: Licda. Carmen Ivette Barà Osegueda
Alumna Carnet
Melgar Melgar, Katerine Cecilia 10-1670-2013
San Salvador 16 de febrero del 2018 Ciclo 01/2018
Introducción
Históricamente el Salvador no ha sido capaz de generar y altas tasas de crecimiento económico de manera sostenida. Durante dos décadas transcurridas desde 1995, la economía salvadoreña ha crecido en promedio 2.2% por año, por debajo de las tasas promedio de crecimiento de Centroamérica (3.9%), América Latina (2.9%), Los países de ingreso medio-bajo (5.4%) y la economía mundial (3%). El Salvador fue el país centroamericano más golpeados por la crisis económica global de 2018, también ha sido difícil su recuperación en el periodo subsiguiente. Tras sufrir una contracción de 3.1% en 2009, la economía salvadoreña ha registrado un crecimiento promedio de apenas 1.9% anual durante 2010-2015, mientras el resto de Centroamérica ha crecido a una tasa promedio de 4% anual , y de casi 5% si se incluye República Dominicana y a Panamá en el promedio regional.
El fracaso de esta administración en el impulso de la reactivación económica del país radicó en gran medida el hecho de que la práctica, no fue capaz de sentar las bases de de ese pretendido nuevo modelo de desarrollo integral, sino que se limitó a administrar la crisis en el marco del modelo económico que heredó del el partido de derecha.
En la gestión actual del presidente Sánchez Cerén tampoco algo grado remontar las modestas tasas de crecimiento que el país registro en ministraciones anteriores, lo que ha impedido movilizar los recursos fiscales necesarios para financiar las políticas públicas encaminadas a mejorar el bienestar de los seres toreas sociales más vulnerables, de acuerdo con los objetivos del buen vivir.
Continuidad y transformaciones de la economía salvadoreña.
(1989-2015)
Históricamente el Salvador no ha sido capaz de generar y altas tasas de crecimiento económico de manera sostenida. Durante dos décadas transcurridas desde 1995, la economía salvadoreña ha crecido en promedio 2.2% por año, por debajo de las tasas promedio de crecimiento de Centroamérica (3.9%), América Latina (2.9%), Los países de ingreso medio-bajo (5.4%) y la economía mundial (3%). El Salvador fue el país centroamericano más golpeados por la crisis económica global de 2018, también ha sido difícil su recuperación en el periodo subsiguiente. Tras sufrir una contracción de 3.1% en 2009, la economía salvadoreña ha registrado un crecimiento promedio de apenas 1.9% anual durante 2010-2015, mientras el resto de Centroamérica ha crecido a una tasa promedio de 4% anual , y de casi 5% si se incluye República Dominicana y a Panamá en el promedio regional.
Realmente es preocupante de acuerdo un análisis Econométrico del Fondo Monetario Internacional, el crecimiento del PIB potencial de El Salvador en el largo plazo o si la haría en torno a 2% anual.
El principal síntoma del agotamiento del modelo económico implantado durante las cuatro administraciones de Alianza Republicana Nacionalista(ARENA), que se sucedieron entre 1989 y 2009, y que básicamente fue adoptado sin mayores modificaciones por la administración Funes a partir del 2009 y retomada por la actual gestión gubernamental, ambas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Cuando se habla del modelo económico que ha prevalecido desde 1990, se hace referencia al marco de políticas económicas y al modelo de gestionarlas que caracterizaron a las cuatro administraciones de ARENA, aunque con variantes entre ellas (desde el enfoque más puramente “ neoliberal” de la administración Cristiani hasta la gestión más “populista” de la de Saca).
El sustento doctrinario de ese modelo se encuentra en la Estrategia de Desarrollo Económico y Social 1989-1994 preparada por la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (1989), que recogía los elementos esenciales del llamado Consenso de Washington. La agenda de liberalización económica y de desmantelamiento de los instrumentos de planificación del Estado mediante la privatización de las distribuidoras eléctricas, las telecomunicaciones y las pensiones y dolarización. Si bien las propuestas de política del consenso de Washington fueron también adoptadas en la mayoría de países de América Latina y en otras regiones del globo, el modo como ARENA las adoptó e implementó no fue el mismo como lo hicieron otros países.
Así mismo le permitido durante las cuatro gestiones gubernamentales consecutivas para impulsar esa agenda y le ofreció la posibilidad de darle continuidad de sus políticas económicas en el largo plazo y afianzar así el modelo. No es usual que un partido político con 20 años de gobernar un país no haya tenido solución de continuidad a programas de gobierno y blindar de este modo los cambios introducidos en la institucionalidad del Estado frente a las eventuales maniobras de reversión que quisiera en el futuro emprender un gobierno de una línea ideológica distinta.
En el tiempo que gobernó el partido político de izquierda contaron con un entorno externo favorable (expansión económica de Estados Unidos durante la década de 1990, ausencia de una crisis internacional severa, etc.) y con decisiones domésticas propias (control hegemónico sobre los tres órganos del Estado para impulsar sus políticas, y una relación cordialidad con el sector privado, al punto de darse rueda de caballitos en la que los empresarios entraban como funcionarios al gobierno y luego regresaban del Gobierno a sus empresas).
Con la llegada del ejecutivo del primer gobierno de izquierda en la historia política de El Salvador, a partir de la victoria del candidato del FMLN, Mauricio Funes, se generaron espectativas de que las falencias principales del modelo de ARENA podrían empezar a resolverse. Uno de los objetivos estratégicos del plan quinquenal desarrollo 2010 -2014. El objetivo era sentar las bases para instaurar un nuevo modelo de crecimiento y de desarrollo integral, que sea a la vez sustentable e inclusivo. El plan quinquenal lo que esperaba era reactivar la economía, incluyendo la modernización del sector agropecuario e industrial, y la generación masiva de empleo decente; y a la creación de las bases de un modelo de crecimiento y de desarrollo integral, y la ampliación y el fortalecimiento de la base empresarial, y la reconstitución del tejido productivo. Los cambios muy acelerados, tanto domésticos como externos, la gestión de Funes no logró alcanzar los acuerdos políticos y sociales necesarios ni movilizar los recursos requeridos para emprender la transformación de la economía que le permitiera alcanzar esos objetivos.
El fracaso de esta administración en el impulso de la reactivación económica del país radicó en gran medida el hecho de que la práctica, no fue capaz de sentar las bases de de ese pretendido nuevo modelo de desarrollo integral, sino que se limitó a administrar la crisis en el marco del modelo económico que heredó del el partido de derecha.
En la gestión actual del presidente Sánchez Cerén tampoco algo grado remontar las modestas tasas de crecimiento que el país registro en ministraciones anteriores, lo que ha impedido movilizar los recursos fiscales necesarios para financiar las políticas públicas encaminadas a mejorar el bienestar de los seres toreas sociales más vulnerables, de acuerdo con los objetivos del buen vivir.
En el plano social, una de las consecuencias más graves del bajo crecimiento económico descrito antes a sido la exigua capacidad de generación de empleos e ingresos de la economía, con el consiguiente impacto sobre las condiciones de vida de la mayoría de la población. La imposibilidad del modelo económico para generar oportunidades de bienestar ha incluido un proceso de inmigración masiva hacia el exterior sin precedentes.
La migración ha funcionado en el Salvador como una válvula de escape para reducir las enormes tensiones generadas por la pobreza, desigualdad, exclusión social. Los mayores ingresos que generan los migrantes al insertarse laboralmente en el exterior, no solo aumentan sus niveles personales de bienestar sino que también elevan, mediante el envío de remesas los ingresos monetarios de sus familias que permanecen en el país, permitiéndoles también a estos salir de la pobreza y mejorar sus condiciones de vida
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