Crisis EEUU
Fox201220 de Abril de 2012
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Análisis de la Crisis Económica Europea
Introducción
Este trabajo pretende establecer un marco de referencia para ayudar a comprender las implicancias actuales de la crisis económica mundial que se está desarrollando ante nuestros ojos. Sin duda que lo que cualquier político o especialista más reconocido afirme sobre “ella” es puramente tentativo, puesto que estamos inmersos en la misma crisis y no sabemos cuántos actos faltan para que termine y cual será exactamente el desenlace.
Incluso, al mismo tiempo, están apareciendo síntomas de otras posibles crisis (ecológica, energética, demográfica, alimentaria cultural y social) cuyo alcance difícilmente podemos medir, pero que podrían prolongar la presente a lo largo de este siglo XXI.
La crisis económica en Europea o de la Eurozona, también llamada crisis del euro o crisis de la zona euro, es una serie de acontecimientos que han venido afectando negativamente desde principios del año 2010 a los 16 estados miembros de la UE (Unión Europea) que conforman la Eurozona o Zona Euro, esto es, que han adoptado el euro como moneda única y componen entre sí una unión monetaria plurinacional en el seno de la Unión Europea. Durante este período los estados de la Eurozona han venido padeciendo una crisis de confianza sin precedentes, con ataques especulativos sobre los bonos públicos de varios de sus miembros, turbulencias en sus mercados financieros y bursátiles, y una caída del valor cambiario de la moneda única, en un contexto de incertidumbre y dificultad por alcanzar un acuerdo colectivo que todavía persiste.
La Crisis
La crisis comenzó con la difusión de rumores sobre el nivel de la deuda de Grecia y el riesgo del cese de pagos de su Gobierno. Se hizo público que durante años el Gobierno griego había asumido deudas profundas y había llevado a cabo gastos públicos descontrolados, lo cual contravenía los acuerdos económicos europeos. Cuando llegó la crisis financiera global, el déficit presupuestario subió y los inversores exigieron tasas mucho más altas para prestar dinero a Grecia.
No teniendo ninguna alternativa, el gobierno aceptó esta píldora amarga, no sin antes crear un caos en los mercados internacionales, provocando bajas de hasta del 10%. Más grave aun fueron los comentarios de que otros países europeos como España, Portugal y Bélgica podrían atravesar los mismos destinos. Por estas razones la Unión Europea ha formulado un paquete de un trillón de dólares para prevenir estos problemas y evitar la enorme caída del euro que ya estaba ocurriendo en los últimos tiempos. Las conclusiones y los análisis hechos de esta crisis fueron claros: muchos países comienzan a gastar y a prestar más de lo que reciben, produciendo un inmediato desbalance presupuestal. Agregado a esto los enormes programas de ayuda pública, sin el consiguiente aumento en la producción privada. La misma suerte podrían correr algunos países de Latinoamérica, como Venezuela, donde el presidente Chávez, mantiene el auspicio económico a otros países como Cuba, Bolivia y Ecuador descuidando a la misma Venezuela. El ejemplo claro de Grecia también implica que la comunidad europea, tendrá que revisar muchos de sus estatutos de convivencia económica y mantener una vigilancia más estrecha sobre aquellos países que comiencen a fallecer o incumplir.
Todos los países de la eurozona se vieron afectados por el impacto que tuvo la crisis sobre la moneda común europea. Se produjeron temores de que los problemas griegos en los mercados financieros internacionales pudieran desatar un efecto de contagio que hiciera tambalear las economías de los países con economías menos estables de la Eurozona, como Portugal, Irlanda, Italia y España, los cuales, como Grecia, tuvieron que tomar medidas para reajustar sus economías.
A partir de marzo de 2010, la Eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI) debatieron conjuntamente un paquete de medidas destinadas a rescatar la economía griega, bloqueado durante semanas debido en particular a los desacuerdos entre Alemania, economía líder en la zona, y los otros países miembros. Durante esas negociaciones y ante la incapacidad de la Eurozona de llegar a un acuerdo, la desconfianza aumentó en los mercados financieros, mientras el Euro experimentó una caída continua y las plazas bursátiles caían.
Finalmente, el 2 de mayo de ese año la Unión Europea (UE) y el FMI acordaron un plan de rescate por importe de 750.000 millones de euros, destinado a tratar de evitar que la crisis se extendiera a través de toda la Eurozona. A esta medida se añadió la creación, anunciada el 10 de mayo, de un fondo de estabilización colectivo para la Eurozona. Al mismo tiempo, los principales países europeos adoptaron sus propios planes de ajuste de sus finanzas públicas, inaugurando una era de austeridad en todo el continente.
Inestabilidad Económica en Europa
Toda esta incertidumbre económica que afecta a Europa, en especial a algunos países del viejo continente como Grecia, se debe al progresivo deterioro de las cuentas fiscales de algunos de los socios de la zona Euro. Durante el transcurso de la última década, países como Grecia, España, Portugal, Italia e Irlanda incrementaron sostenidamente sus niveles de gasto para financiar programas públicos o, en el caso más reciente, para apoyar los esfuerzos de reactivación tras la crisis económica mundial.
Una buena tajada de estos desembolsos se sostuvieron mediante endeudamiento, lo que se tradujo en un fuerte incremento de la deuda pública como porcentaje del PBI y del déficit fiscal. Mientras en el caso griego la deuda pública alcanzó un 115% de su Producto, en Portugal se acerca a un 80%. Tras el rescate de Grecia, en Europa se han acrecentado los temores sobre la capacidad de pago de algunos países.
El impacto de la crisis financiera internacional sobre los trabajadores de la zona euro fue, por una vez, relativamente limitado. En los Estados Unidos muchas empresas respondieron a la crisis con rápidos recortes en el empleo, y en Europa del Este una cantidad de países miembros de la Unión Europea, pero desprotegidos por no pertenecer de la zona euro, se enfrentaron a recortes drásticos en la producción y el empleo, especialmente en la región báltica.
Por el contrario, en muchos países de la zona euro, el aumento del desempleo fue mucho más moderado; las principales excepciones fueron España e Irlanda, en donde el desempleo aumentó en forma significativa como consecuencia de la explosión de la burbuja inmobiliaria. Sin embargo, en mayo de 2010 se inició un cambio mayor a raíz de una supuesta crisis del euro detonada por la inquietud acerca de la deuda soberana de Grecia. Esta situación provocó recortes en los sueldos y en el gasto público en los países de la periferia de la región y después siguió el anuncio de planes de cambio hacia políticas de consolidación fiscal en gran parte del resto de la región euro.
Países más Vulnerables a la Crisis Económica Europea
Como ya hemos visto Grecia es la oveja negra de una familia en que todo funcionaba relativamente bien, pero esta oveja contagio a otros miembros, entre los cuales veremos los siguientes:
Portugal:
El principal problema de Portugal es la falta de productividad de su economía, que ha registrado crecimientos muy débiles a lo largo de la última década. Portugal no ha sufrido la crisis del ladrillo porque aquí, a diferencia de España, no hubo un 'boom inmobiliario'. Los bancos, menos expuestos que los de otros países, tampoco se vieron tan afectados por la crisis financiera mundial.
Pero Portugal, con un crecimiento tan débil, y muy dependiente de la economía española y de las exportaciones, acabó sucumbiendo a la crisis y en 2009 registró una contracción de su economía del 2,9%.
En términos de déficit público, después de una primera legislatura socialista basada en la contención y austeridad, en 2008, José Sócrates anunciaba al país que habían conseguido reducir el elevado déficit heredado del anterior gobierno conservador hasta el 2,9% permitido por Bruselas. Sin embargo, la crisis global disparó las cuentas públicas hasta un déficit del 9,3% del PBI en 2009.
El problema de Portugal para tener que acabar recurriendo a la ayuda financiera internacional ha sido su incapacidad para reducir el elevado déficit, a pesar de que en un año el gobierno de Lisboa ha aplicado tres planes de ajuste y se disponía a aprobar el cuarto.
Pero los intereses sobre su deuda estaban cada vez más elevados -alcanzaron el 10% para el plazo a 5 años y el 8,5% para el plazo a 10 años-, las agencias de calificación crediticia decidieron rebajar el rating de Portugal hasta el último nivel de la escala de inversión, y los bancos lusos optaron por dejar de prestar dinero al Estado para no poner en peligro la financiación de la economía portuguesa.
Así tenemos que Portugal lidera la lista de economías más expuestas con un déficit fiscal de 9,4% (más de seis puntos por arriba de los estándares estipulados por la Unión Europea), se suma una deuda externa de 220% del PBI y un crecimiento que podría caer 3% este año.
Por su parte, los temores sobre España que posee un tercio de la deuda portuguesa, se centran en las debilidades "estructurales" de su economía, golpeada por elevadas tasas de desempleo (20%) y bajo crecimiento. Aunque su deuda pública como porcentaje del PBI es de 53%, según cálculos privados los vencimientos de España para los próximos meses superarían los 280.000 millones de
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