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Cultura Japonesa

kiaritaaa11 de Abril de 2013

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ÍNDICE

Introducción……………………………………………. 3

Historia……………………………………………… 5

Edad prehistórica o genshi…………………….. 5

Edad antigua o Kodai…………………………… 7

Etapa medieval o shusei……………………….. 8

Edad premoderna o kinsei……………………… 8

Edad moderna o kindai…………..................... 9

Edad contemporánea o gengai………………... 10

Sociedad…………………………………………………. 11

Arte……………………………………………………….. 16

Pintura……………………………………………………. 17

Caligrafía………………………………………………… 19

Escultura………………………………………………… 20

Aequitectura…………………………………………….. 21

Templos…………………………………………………. 22

Vestimenta japonesa…………………………………... 26

Gastronomía……………………………………………. 27

Idioma…………………………………………………… 28

Medios de comunicación……………………………… 29

Cultura popular………………………………………… 30

Religión………………………………………………… 31

Festividades…………………………………………… 33

INTRODUCCION

Japón es el país más oriental de toda Asia, y el más avanzado por su nivel económico, industrial y sociocultural. Se extiende a modo de arco a lo largo de unos 3.800 km, en cuatro islas principales, que de norte a sur son: Hokkaidô, Honshû, Shikoku y Kyûshû, y en varios miles de pequeñas islas e islotes. Por estar situado en la zona templada, el archipiélago japonés tiene un clima generalmente moderado, aunque presenta notables diferencias, debido a la gran abertura de su arco. Las estaciones del año están claramente definidas, y la pluviosidad es relativamente alta, precediendo al verano una temporada especialmente lluviosa conocida como tsuyu, que dura aproximadamente un mes; y en septiembre y octubre, no es raro que determinadas zonas del país se vean afectadas por algún tifón. Su geografía y su clima han ejercido una influencia particular sobre Japón. Sus estaciones, su paisaje, su flora y su fauna se encuentran reflejados en el rico acervo literario, artístico y mitológico del país. Si bien la belleza de su naturaleza ha sido admirada por todos y ensalzada por las diferentes manifestaciones artísticas, ésta también ha mostrado su rostro oscuro, ignorado en el arte, volcado en resaltar su visión más hermosa. Japón es una tierra volcánica situada en la línea de contacto entre la plataforma eurasiática, la plataforma de Filipinas y la plataforma del Pacífico, por lo que sufre casi a diario leves temblores, pero en ocasiones alcanzan niveles muy altos que llevan al desastre.

El hecho de que Japón sea el más oriental de los países asiáticos le ha convertido en depositario de numerosas tradiciones que, llegadas desde Asia Central, han recorrido todo el continente y sufrido variantes enriquecedoras hasta saltar el mar y llegar al archipiélago, donde con el paso del tiempo se han consolidado, incluso perpetuándose cuando en sus países de origen habían desaparecido.

La insularidad del territorio japonés no ha supuesto una barrera natural para la continua llegada de aportaciones a la cultura nativa de este pueblo, pero sí ha sido utilizada siempre políticamente por Japón a conveniencia. El apartamiento de las islas japonesas ha contribuido a generar una historia insólitamente unificada y autónoma, protegido del juego simultáneo de civilizaciones en competencia o de la destrucción periódica de las invasiones extranjeras, ya que no fue ocupado hasta la Segunda Guerra Mundial. De un modo general hay que decir que el mar

actuaba de filtro para lo que llegaba, y en pocas ocasiones favorecía que algo saliera. Japón no produjo ninguna civilización clásica propia que pudiera imponer o dejar sentir su estilo sobre los pueblos circundantes. Quizá en este caso, la insularidad sí impidió que su estilo peculiar se filtrara sin sentir sobre otros pueblos, arrastrado con el polvo de los caminos. El genio peculiar de los japoneses ha consistido en que vivieron dentro de dos grandes tradiciones opuestas, la china y la occidental, acomodándose, al mismo tiempo, a ambas. Los japoneses, aunque absorbieron la cultura china en gran manera, mantuvieron como base firme sus propios valores e instituciones esenciales. De hecho, la historia institucional japonesa contrasta fundamentalmente con la de China. Así sus instituciones feudales, su orientación marítima y su fuerte sentido de nacionalidad son cualidades históricas que contrastan abiertamente con la tradición china, y que pueden ayudar a explicar por qué Japón, entre todos los pueblos de Asia Oriental, fue el mejor preparado para enfrentarse con el impacto occidental.

HISTORIA

El pueblo japonés es sumamente consciente de su pasado histórico. Como materia curricular la historia goza de gran importancia, tanto en las escuelas como en la universidad. No es extraño ver en la portada de los periódicos noticias relacionadas con hallazgos arqueológicos u otro tipo de acontecimientos de relevancia histórica, y en televisión es frecuente la emisión de documentales que se ocupan del pasado. Los japoneses valoran los contactos con las culturas china y coreana como formadoras de su cultura, y las relaciones con Occidente, durante el siglo cristiano y a partir del siglo XIX, como igualmente determinantes en su andadura como nación. Son conscientes de los daños ocasionados por Japón durante sus agresiones imperialistas en Corea, China y Manchuria, y de su responsabilidad en la Segunda Guerra Mundial. El pasado de Japón es dividido por los propios japoneses en siete grandes etapas o edades: prehistórica o senshi, protohistórica o genshi, antigua o kodai, medieval o chûsei, premoderna o kinsei, moderna o kindai, y contemporánea o gendai. Cada una de ellas suele subdividirse en unidades de periodicidad más específicas.

 EDAD PREHISTROICA O SENSHI

Los primeros datos conseguidos sobre la población del archipiélago japonés datan de hace 30.000 años, aunque es probable que las islas estuvieran habitadas previamente. Dado que no existen documentos escritos anteriores al siglo VIII, todo estudio con anterioridad a estos ha de basarse en restos arqueológicos y fuentes documentales chinas o coreanas que hagan referencia a Japón. Los arqueólogos dividen la prehistoria en cuatro grandes períodos: una etapa paleolítica y precerámica anterior al 10.000 a.C.; el período Jômon (ca.10.000-ca. 300 a.C.) durante el cual se introdujo la fabricación de la cerámica; el período Yayoi (ca.300 a.C.-300 d.C.) en el que la utilización del metal y la agricultura de carácter sedentario se generalizaron; y el período Kofun (ca.300-710), edad de las grandes tumbas, que evidencian los inicios de la centralización del poder político. Este último período de transición a la era histórica, en la que se incorpora la escritura, es también encuadrado en el período protohistórico.

 EDAD PRETOHISTORICA O GENSHI

Antes de finalizar el período Yayoi, desde alrededor de mediados del siglo III, los clanes en la región de Yamato y en otras áreas del centro y oeste de Japón comenzaron a levantar montículos funerarios donde enterrar a sus jefes. Las de mayor dimensión se elevaron en Yamato, zona de mayor preeminencia que controlaba políticamente el resto del país. El periodo Asuka (593-710) marca la fase final de esta transición entre el período protohistórico y su entrada en la historia. Este período arranca del establecimiento de la emperatriz Suiko en su palacio de Toyoura en la región de Asuka en Yamato, al sur de la actual Nara. Ese mismo año, 593, el príncipe Shôtoku se convirtió en su regente. El budismo, introducido a mediados del siglo VI encontró en él y en su corte el mayor apoyo que pudo imaginar.Tanto en arquitectura y urbanismo, como en política, se siguieron los modelos chinos y coreanos y, tomando prestada su escritura, se comenzaron a recoger los primeros anales históricos.

Desde el siglo VIII Japón era el segundo país de Asia Oriental, sólo inferior a China, en sus realizaciones políticas y culturales. Los japoneses asimilaron muchos elementos de la civilización china. Sin embargo, en casi todos los campos marcaron con su propia impronta lo que habían aprendido, de modo que mantuvieron un estilo cultural propio. Mil años después, Japón fue el primero de los países asiáticos orientales en adaptarse a la civilización occidental. Pero, una vez más la fusión cultural resultante muestra el sello distintivo de la herencia histórica propia de Japón. Hoy, las viejas generaciones hablan con cierto tono despectivo de una "nueva raza" (shin-jinrui) de japoneses. Se refieren a los

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