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Cómo se ha dado el proceso de paz colombiano


Enviado por   •  17 de Abril de 2020  •  Ensayos  •  2.632 Palabras (11 Páginas)  •  79 Visitas

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Héctor Jaime García Vergara

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Humanismo y ciencia

¿QUÉ PAPEL HA DE TENER EL VOLUNTARIADO EN EL PROCESO DE PAZ COLOMBIANO?

El programa de voluntariado de la universidad de la Salle plantea como una de sus competencias a desarrollar en sus estudiantes, la siguiente: “Gestiona proyectos de voluntariado en el marco del desarrollo humano integral y sustentable, y el valor social compartido, para la construcción de una paz estable y duradera”. Este aparte explícitamente da a entender que el Voluntariado tiene un papel en la construcción de paz en nuestro país. En este sentido, en este trabajo propongo indagar sobre cuál es o ha de ser ese papel que juega o ha de jugar el voluntariado en el actual proceso de paz en nuestro territorio. Nótese que la cuestión a resolver trae apareada consigo el poder dilucidar previamente dos conceptos que son bastante complejos, son ellos Voluntariado y proceso de paz, motivo por el cual en una primera parte, rápidamente, realizaré esta tarea. En una segunda parte, utilizando los conceptos esbozados, intentaré generar relaciones interespecíficas entre los mismos, para finalmente responder al interrogante directriz planteado y asumir una posición al respecto.

No es posible actualmente hablar de una definición universalmente válida para todos de los que es la paz, y por ende de lo que es un proceso de paz, pero paradójicamente a pesar de esta imposibilidad, se han establecido prácticas hegemónicas tendientes a invisibilizar este primer escollo teórico. Hegemónicamente se ha tendido a dos cosas, la primera, que la paz es un ideal, un algo cuasi abstracto, por ende cuasi imposible de lograr, un sueño. De ahí, se deriva la segunda posición hegemónica, que en lo concreto, la paz es la ausencia de guerra. Esta definición de paz ha de direccionar entonces qué debe entenderse por un proceso que tienda a la misma, o sea, un proceso de paz. Bajo esta lógica hegemónica un proceso de paz ha de ser aquellos mecanismos que desde los frentes sociales, económicos, políticos y de justicia busquen a toda costa la ausencia de la guerra. Precisamente luego del final de la guerra fría, con la victoria del frente capitalista, con su concepción liberal desde lo económico y moral, y su concepción democrática desde lo político, esta visión de lo que es la paz y lo que debe ser un proceso para llegar a la misma, se instaura sin discusión en el mundo entero; y es así como llegamos a lo que actualmente se denomina proceso de paz liberal.

El proceso de paz liberal, llamado así porque intenta reproducir los principios fundadores del liberalismo, es presentado como la única forma viable de lograr la paz en cualquier parte del mundo basado en dos dogmas: el primero, que los estados liberales son menos propensos a la guerra interna o externamente, ya que a través de la democracia, los ciudadanos son capaces de controlar los excesos o desvíos de sus gobernantes. Y  el segundo, que el mercado, como único ente regulador de la economía a través del fomento de la competencia y la creación de la riqueza, es el mejor medio para lograr el bienestar económico y social de todos los ciudadanos, esto a través del mecanismo de “el llenado de la copa de vaso”, que no es otra cosa que la distribución de la riqueza por sobreabundancia. Así, el proceso de paz liberal propone que en los países en donde haya la guerra, se dé una institucionalización de los principios liberales vía implantación de un sistema democrático representativo a nivel político, una economía de mercado y abierta al mundo globalizado a nivel económico, un imperio de la ley a nivel del aparato de justicia, y finalmente un proteccionismo de los derechos humanos individuales a nivel social. Así mismo se propende desde este modelo por una resolución rápida de los hechos violentos con un consiguiente imperio del control de las armas por parte del estado.

Pero existen objeciones a esta visión hegemónica de lo que es la paz y lo que debe ser un proceso de paz, que son recogidas en y fundamentan lo que ha pasado a denominarse como la paz democrática, con la consiguiente formulación del proceso de paz democrático. A grandes rasgos, lo que se dice es que la visión de la paz como ausencia de guerra solamente, desconoce el hecho fundamental y muy generalizado de que incluso así, existen en muchos países condiciones de inequidad económica, injusticia social, violaciones de derechos humanos individuales y colectivos, y daños medioambientales catastróficos, que hacen imposible hablar de paz. Así mismo, se desafían las fórmulas propuestas en el proceso de paz liberal, y se catalogan como un intento neocolonial ejercido por las naciones cabeza del neoliberalismo y los organismos financieros internacionales para afianzar su modelo y su control geoestratégico sobre las naciones en las que se aplique el mismo. La implementación de una democracia participativa antes que una representativa garantizará la exclusión de los sectores marginados en la construcción del nuevo orden social, y por ende permitirá que las élites económicas previas al conflicto o la guerra se mantengan en su posición privilegiada, élites que por lo general no desafían los dictámenes de las naciones cabeza del neoliberalismo y los organismos financieros internacionales. La puesta en práctica de una economía de libre mercado y abierta a la globalización llevará directamente a la reducción del Estado, que por demás ya está debilitado por el proceso de la guerra, con lo que las naciones extranjeras podrán más fácilmente hacerse al dominio de los recursos minerales, el capital nacional y la mano de obra calificada de este. Privilegiar el imperio de la ley dará pie a que las causas del conflicto o la guerra no sean visibilizadas, y que por lo tanto se dé una justicia transicional en donde prime la impunidad antes que el esclarecimiento de la verdad. Y finalmente un proteccionismo sobre los derechos humanos individuales desconoce la importancia que juega el escuchar las voces de las comunidades y lanzar la mirada sobre las afectaciones sobre el medio ambiente, como motor fundamental para reconstruir una sociedad fragmentada, desterritorializada y contaminada.

Como ya lo dijimos sobre estas objeciones se funda la paz democrática y el proceso de paz democrático. A grandes rasgos, la paz democrática no es solo la ausencia de la guerra, sino la pacificación de las relaciones sociales y la eliminación de las causas y condiciones que llevaron a la violencia política. Y véase aquí que se habla de violencia política, porque se considera que cualquier conflicto armado o guerra tiene detrás de sí la confrontación de actores con intereses políticos, económicos y socioculturales, y no simplemente la exhibición de la barbarie. Contrariamente, el proceso de paz democrático busca en lo político la democracia participativa antes que la democracia representativa, para permitir que los sectores excluidos, marginados y más golpeados por la guerra sean los que configuren principalmente el nuevo orden social. En lo económico antes que la liberalización del mercado y la apertura a la globalización, se busca el fomento de mayores intervenciones por parte del Estado para la búsqueda de la justicia social y equidad material. Y en lo social este modelo pretende el respeto por los derechos humanos colectivos y la restauración de los daños medioambientales, para lograr una mayor cohesión social y un más amplio sentido de arraigamiento y pertenencia.

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