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DEMOCRACIA COLOMBIANA EN EL SIGLO XXI


Enviado por   •  27 de Septiembre de 2022  •  Tareas  •  740 Palabras (3 Páginas)  •  49 Visitas

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DEMOCRACIA COLOMBIANA EN EL SIGLO XXI

La constitución colombiana dicta que como nación somos un estado democrático con responsabilidad social al voto a conciencia. Como ciudadanía, contamos con el derecho constitucional de elegir sabiamente a nuestros gobernantes, representantes de nuestras ideas e ideologías al igual que de nuestras voluntades como pueblo colombiano, sin embargo, ¿realmente ejercemos una democracia?

Desde siglos anteriores podríamos hablar ya del impacto social que lleva consigo el voto, como individuos tenemos la obligación de hacernos consientes y visualizar un panorama completo de las situaciones sociales que vivimos como país, actualmente, ante el desalentador paisaje gubernamental colombiano, concebimos de forma más critica el nivel de corrupción existente,  estas circunstancias conjunto al pésimo funcionamiento político y la falta de representación digna del pueblo, ha logrado que la gente del común sienta apatía e inconformidad con el fenómeno electoral, pero ¿por qué?

Democracia, “sistema político que defiende la soberanía del pueblo y su derecho a participar, decidir, elegir y controlar a sus gobernantes”, creo rotundamente en la constitución y en la justicia, no obstante, en Colombia aparentemente la ley no es algo que todos deban cumplir y la constitución es en sí solo un libro que refleja una descripción errónea de lo que representamos como país, durante los últimos siglos, hemos presenciado el declive económico, social y cultural de nuestro estado, durante años, seguimos eligiendo sesgadamente a la misma clase social corrupta y desinteresada por su pueblo, estos mismos que gobiernan y hacen de los recursos de millones de personas algo beneficioso para su bolsillo y el de sus aleados, motivados únicamente por sus propios intereses personales. Recuerdo vehemente, el momento preciso en el que haciendo lectura de “¿dónde está la franja amarilla?” de William Ospina, él expresaba su inconformidad con los hoy pudientes gobernantes y recalcaba así realmente su valor, “ellos son representantes de nuestras voluntades y, por ende, son empleados a cargo del pueblo, estos no pueden ni deben ser personas indolentes por la tierra en donde nacieron, nosotros como ciudadanos pagamos sus salarios y sus costosos viajes alrededor del mundo”. A pesar de ello, seguimos escogiendo a lideres avergonzados de sus raíces indígenas que se niegan a aceptar que nacieron en esta tierra fértil sin rascacielos de los cuales presumir, al igual que él, siento ese desasosiego al no sentirme representado de ninguna manera con el gobierno actual.

La democracia Colombiana se queda en el nombre, pues, pese a que elijamos a nuestros representantes, ya se ha demostrado en repetidas ocasiones como la clase pudiente colombiana toma esto a su favor para realizar compras de votos en todo el territorio, así lo vimos con los escándalos recientes con el que hoy es nuestro expresidente Iván Duque, o con sus íntimos amigos, los Char, estos mismos que se vieron manchados en el testimonio de la excongresista Aida Merlano al declarar ante la Corte Suprema de Justicia Colombiana en Venezuela que,  “la casa Char como se conoce al precandidato y otros políticos de su familia, participaron en su fuga”, esto siendo relevante al saber que nuestra apreciada excongresista está detenida actualmente por fraude electoral, como estos, infinidades de “incidentes” han manchado la veracidad de la democracia colombiana.

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