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De la natturaleza a la cultura


Enviado por   •  19 de Febrero de 2023  •  Ensayos  •  1.902 Palabras (8 Páginas)  •  49 Visitas

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Universidad Autónoma Metropolitana

Unidad Xochimilco

ALUMNA: Naydeline Abril Romero Piña

MATRÍCULA: 2202024040

PROFESORA: Elizabeth Rojas Elena

MÓDULO V: SUJETO Y CULTURA

PERIODO: 21 O

DE LA NATURALEZA A LA CULTURA

“Todo lo que es universal en el hombre corresponde al orden de la naturaleza y se caracteriza por la espontaneidad, mientras que todo lo que está sujeto a una norma pertenece a la cultura y presenta los atributos de lo relativo y de lo particular”

Claude Lévi-Strauss (1995)[1]

Introducción:

El presente ensayo es un acercamiento ante las incógnitas que han surgido por parte de muchos antropólogos, psicólogos y sociólogos a lo largo de los años, ¿Dónde termina la naturaleza? ¿Dónde comienza la cultura? son preguntas que aún parecen como si no tuvieran rumbo alguno. Sin embargo, muchos de ellos han tratado de darle la solución a tales paradigmas, llegando a una sola conclusión, la diferencia para distinguir de lo natural a lo cultural es: La prohibición del incesto, para muchos en la actualidad es un conjunto de creencias y prohibiciones cuyas raíces se hunden en un sistema religioso y para otros no es más que la proyección sobre el plano social, mediante esta prohibición es notable la existencia y diferencia entre la naturaleza y la cultura.  

“La naturaleza del hombre se ha visto pervertida, corrompida por la sociedad”

                                                                        (Rousseau, 1965)[2] 

No siempre es fácil entender la diferencia entre el estado de naturaleza y el estado de cultura. De hecho, casi siempre, las conductas del sujeto humano resultan de una mezcla que va tanto de causas sociales, como de causas biológicas. ¿Dónde termina la naturaleza? ¿Dónde comienza la cultura?, son incógnitas que se han tratado de analizar desde diferentes líneas de investigación, sin embargo, hoy en día, siguen resultando un verdadero conflicto con respecto a resolver tales incógnitas. Claude Lévi Strauss, nos menciona en su libro “Las estructuras elementales del parentesco” (1995)[3], que junto con la psicología y la sociología se estudiaron líneas de investigación para resolver este problema de donde terminaba la naturaleza y donde comenzaba la cultura.

Una de ellas nos habla de estudiar al recién nacido y aún más concretamente en sus primeras horas o días de nacido, se tenía contemplado que, en este periodo, la conducta estaría determinada por sus factores biológicos y no por sus factores culturales o sociales, esto fue algo dudoso, puesto que el neonato pudo haber adquirido condicionamientos culturales y no existió la certeza de que estos hayan ocurrido. También se sugirió el aislar al neonato en sus primeros años de vida, sin embargo, el entorno aislado no es menos artificial que el ambiente cultural al que se está situado. Otra posibilidad consiste en estudiar casos reales de los “niños salvajes” que fueron abandonados en lugares salvajes y que no estaban habitados por más seres humanos, estos casos no fueron suficientes, por el simple hecho de que se trata de niños abandonados a su suerte por ser deficientes mentales, en ambas investigaciones no se logra llegar a una verdadera respuesta.

Ahora bien, si no se pudiera estudiar a los “niños salvajes”, existiría la posibilidad de estudiar a animales superiores donde podría haber indicios de cultura, tal como nos plantea con el ejemplo de los monos antropoides, en ellos, hay ciertas características que se asemejan al modelo universal del hombre, “todo lo que es universal, corresponde al orden de la naturaleza” (Lévi,1995, p.41)[4]. Sin embargo, existe la ausencia de reglas de comportamientos sexuales, “todo lo que está sujeto a una norma pertenece a la cultura y presenta los atributos de lo relativo y de lo particular” (Lévi, 1995, p.41)[5] La presencia de estas reglas nos aporta uno de los criterios más seguros para entender la diferencia entre los procesos naturales y culturales: “la prohibición del incesto”.

El incesto es la clave para distinguir la naturaleza y la cultura, la prohibición de este no es más que la proyección o el reflejo sobre el plano social, teniendo así una dimensión natural y cultural (Lévi, 1995, p.50)[6] En el carácter natural se trata de una regla establecida por el hombre y en el carácter cultural es una presión social en dos sentidos, en primer lugar, por la universalidad y segundo por las reglas que se imponen. Así mismo Lévi Strauss (1995)[7] nos menciona que mediante esta prohibición la naturaleza se supera a sí misma, encendiendo una chispa con la cual una nueva y más compleja estructura se forma, integrándose a las estructuras más simples de la vida psíquica, así como estás se integran a las más simples de la vida animal. El instinto sexual por ser natural no constituye por sí solo el paso de la naturaleza a la cultura, pero este mismo es el punto de partida para este pasaje a lo social, debido a que necesita el estímulo del otro, es aquí, donde nace una nueva incógnita, puesto que, es de preguntarse qué causas profundas y existentes hacen que en todas las sociedades y en todas las épocas exista tal reglamentación de que las relaciones sexuales entre la misma línea sanguínea sean prohibidas.

Pero ¿cómo se da la prohibición del incesto? Freud en su libro “Tótem y Tabú” (1913)[8] nos plantea que el Padre es quien marca esta regla (hay que aclarar que es una función simbólica de autoridad), así mismo se llega al punto del “asesinato de un padre imaginario”, se pueden ver creencias, supersticiones, religiones y neurosis que comparten un pasado lejano, trayéndonos un desarrollo del pensamiento con las sociedades primitivas. En primer lugar, se explica lo que es un tótem, diciéndonos que es una figura simbólica que representa la unión de un grupo, no necesariamente por lazos de sangre, sino por pertenecer a la misma imagen totémica (un animal, una planta o una fuerza natural) donde se es representado los lazos del grupo, trayendo consigo un antepasado común a un clan y el espíritu que los protege y por ende debe de ser respetado. Ahora bien, se nos habla de los banquetes totémicos, que son las fiestas que se celebran con honor al tótem, en las cuales los miembros de las tribus o del clan se disfrazan pareciéndose al tótem, imitan sus gritos, sus movimientos; seguido de esto matan al tótem y lo comen. Está acción está prohibida si se la hace una sola persona, pero es permitida si todos los miembros del clan participan en ella. El acto de comerse al tótem representa que los miembros del clan se identifican con él, cuando termina el “sacrificio” se le llora y se le lamenta, por miedo a que este tótem regresé con una venganza y así mismo, también se sacan de encima esta responsabilidad de la muerte y de cierta forma es menos pesada, puesto que, se reparten la muerte entre todos. Seguido de esto, se hace una fiesta donde se les es permitido cometer todas las prohibiciones, es aquí donde Freud considera a este tótem como el sustituto del padre.

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