Del saber al Comprender.

El ser humano siempre ha sido un ente de conocimiento, el cual ha adquirido con el pasar del tiempo para poder interactuar con el medio en el que se desenvuelve y con los demás seres que habitan en él. El orden natural de las cosas compone la esencia de todo lo existente y gracias a eso tenemos una trascendencia. Una trascendencia con reflexiones.

Una trascendencia que ha sido empleada en los momentos de nuestro desarrollo, momentos que han constado de elegir el cómo hacer las cosas. La decisión en el hombre, siendo un poco científicos, es lo que nos puede diferenciar de los animales junto con su instinto; mientras que el instinto de ellos solo busca lo que su naturaleza requiere, el ser humano ha podido delimitar los contextos, analizándolos y decidiendo lo conveniente. Yendo un poco más al interior de nuestra trascendencia, descubrimos que a lo largo de nuestra historia hemos podido afrontar las situaciones gracias a la adaptación que adquirimos para nuestro entorno. Adaptaciones que sin lugar a dudas han definido tiempos y que han catalizado nuestro proceso evolutivo. Eso es un termino que compone una parte importante de nuestra esencia humana: el comprender.

No hace falta ser muy cultos para saber que el comprender es lo que le da significado y sentido a todo lo que adquirimos mediante el conocimiento. El análisis de las situaciones nos colocan dentro del margen de interacción de las mismas, siendo afectados como consecuencia y actuando en respuesta del contexto. Esta capacidad la hemos moldeado, cuidado y utilizado para las situaciones más relevantes de nuestra historia.

Pero nuestro tiempo ha demostrado algo y es que a pesar de tener multitudinarias experiencias adquiridas por el comprender de nuestro entorno, nuestra comprensión está siendo muy opacada, tanto que algunas veces simplemente nos basamos en la complementación del comprender: el saber.

El saber y el comprender son aplicaciones del conocimiento recíprocas entre sí, donde el uso de ambas facilita el desenvolvimiento como persona crítica. Volviendo a nuestra problemática, los tiempos actuales han cambiado nuestra forma de actuar, tanto que hemos acoplado un margen de pereza bajo casi cualquier ámbito y esto no nos está permitiendo actuar correctamente.

Tergiversar acciones, actuar bajo un margen mediocre, desarrollo personal y social muy denigrante y demás problemas son las consecuencias de el querer actuar sabiendo y no comprendiendo y viceversa.

“Del saber al comprender: Navegaciones y regresos” es un claro exponente de esta problemática, donde toma las dos concepciones de el camino elegido y el saber y comprender de ese camino. La filosofía, el arte, política, dogmas y demás son meras aplicaciones de decisiones y comprensiones del momento de la humanidad, donde adquirimos experiencias y pudimos forjar nuestro futuro. El autor se enfrasca en de manera general el cómo nos influencia estas dos ideas. Y es que, podemos como humanos saber todo, pero si no nos posicionamos en el conocimiento que nos compete y no nos sincronizamos bajo los efectos del mismo, jamás comprenderemos.

...