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Demografia

g_eli19 de Agosto de 2014

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COMPOSICION DE LA POBLACION

La población de Guatemala es de 13.276.5171 habitantes, de los cuales el 40.8% está entre los 0 y 14 años, el 55.5% está entre los 15 y 64 años y el 3.6% de los 65 en adelante.

La división etnográfica es la siguiente:

Ladinos (conformados por mestizos y descendientes de criollos): 60%,

Indígenas (grupos de mayas) y Garífuna: 40%,

COMPOSICION ETNICA DE GUATEMALA

La composición étnica de Guatemala incluye población maya y mestiza, denominándose esta última, ladina . El porcentaje de población indígena en Guatemala es el más alto de América Latina. El pueblo maya conforma la mayoría de población indígena del país. Asimismo existen los pueblos minoritarios, Xinca y Garífuna. Según los Censos oficiales,1 la población indígena bordeaba hasta mediados de siglo, el 55% de la población total. A partir del Censo de 1964 cae al 42%, manteniéndose alrededor de tal cifra posteriormente; así, en 1994, aparece con el 43%.2 Cifras no oficiales le dan un porcentaje del 61% del total nacional.3

Según la Academia de las Lenguas Mayas,4 el Pueblo Maya está conformado por 21 comunidades lingísticas, a las que también se llama grupos étnicos, cuyos porcentajes poblacionales son los que siguen:5

COMUNIDAD LINGUÍSTICA PORCENTAJE DE HABLANTES

K'iche' 30.0

Mam 18.4

Kaqchikel 16.9

Q'eqchi' 12.0

Poqompchi' 4.4

Q'anjobal 3.5

Tzutujil 2.6

Ixil 2.2

Poqomam 2.1

Chuj 1.4

Popti ' 1.4

Ch'orti' 1.2

Achi' 1.0

Sakapulteko 0.7

Akateko 0.7

Awakateko 0.6

Uspanteko 0.4

Mopan 0.2

Sipakapense 0.1

Tektiteko o Teko (menor de) 0.1

Itzaj (menor de) 0.1

Total de población maya 100.0

MORTALIDAD

Tasa de mortalidad: 4,92 muertes/1.000 habitantes (July 2011 est.)

Definición: Esta variable da el número medio anual de muertes durante un año por cada 1000 habitantes, también conocida como tasa bruta de mortalidad. La tasa de mortalidad, a pesar de ser sólo un indicador aproximado de la situación de mortalidad en un país, indica con precisión el impacto actual de mortalidad en el crecimiento de la población. Este indicador es significativamente afectado por la distribución por edades. La mayoría de los países eventualmente mostrarán un aumento en la tasa de mortalidad general, a pesar del continuo descenso de la mortalidad en todas las edades, a medida que una disminución en la tasa de fecundidad resulta en un envejecimiento de la población.

Tasa de mortalidad infantil: total: 25,16 muertes/1.000 nacimientos

hombres: 27,34 muertes/1.000 nacimientos

mujeres: 22,87 muertes/1.000 nacimientos (2011 est.)

Definición: Esta variable da el número de muertes de niños menores de un año de edad en un año determinado por cada 1000 niños nacidos vivos en el mismo año. Se incluye la tasa de mortalidad total, y las muertes por género, masculino y femenino. Esta tasa se utiliza a menudo como un indicador del nivel de salud de un país.

Las características demográficas de las mujeres guatemaltecas han experimentado una de las modificaciones menos pronunciada de América Latina en los últimos cuarenta años. Estas mujeres siguen siendo fundamentalmente jóvenes, de temprano emparejamiento y elevado número de hijos durante su vida fértil. Asimismo, continúan habitando mayoritariamente las zonas rurales, aun cuando ese aspecto sea uno de los que más se ha modificado: en 1950, el 26% de las mujeres era urbano y en 1990 lo era el 39% de las mismas.

En esas cuatro décadas la población de Guatemala se triplicó, pasando de casi tres millones en 1950 a poco más de nueve millones en 1990, pero durante ese tiempo su composición por sexo ha mostrado leves modificaciones: las mujeres representaban en 1950 el 50,4% de la población total y en 1990 el 49,5% de la misma.

Este crecimiento poblacional ha sido bastante uniforme, en torno al 2,9% anual, y aunque sufrió un ligero descenso durante los años setenta, vuelve a recuperar esas cifras en la década siguiente, estimándose que tal ritmo apenas tendrá escasas variaciones hacia el año 2000. La razón principal de la mantención de ese crecimiento es que las mujeres continúan teniendo una alta tasa de fecundidad, que supera los 5 hijos como promedio. Este conjunto de características hacen de Guatemala un país que está iniciando su transición demográfica, en el sentido de los países latinoamericanos que pasaron de tener un alto crecimiento demográfico y una población joven con alta tasa de fecundidad, a experimentar un reducido crecimiento, con una fecundidad baja en una población relativamente envejecida, como lo es ya Uruguay, por ejemplo.

El hecho de haber iniciado esa transición demográfica significa que Guatemala combina una alta natalidad con una mortalidad moderada, lo que implica que su esperanza de vida ha comenzado a elevarse, aunque lo haga todavía lentamente. Los países que apenas han comenzado esa transición, como Haití y Bolivia, presentan una combinación distinta: niveles altos de natalidad y de mortalidad.

Todo indica que el avance de Guatemala en su transición demográfica será lento, entre otras razones, por el considerable volumen de población joven acumulado: en 1990, más de un 45% de la población guatemalteca tenía menos de 15 años y lo previsible es que en el año 2000 aún los dos tercios de esa población tenga menos de 25 años. De esta forma, aunque se produzca una caída importante de la natalidad en el futuro próximo, todavía habrá un volumen considerable de población en edad reproductiva, que postergará el descenso pronunciado del crecimiento poblacional.

Esa reducción de la natalidad sería más probable en las zonas urbanas, las cuales siguen concentrando un porción minoritaria de la población, situación que no parece vaya a evolucionar muy bruscamente. El Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE) estima que en el año 2000 vivirán en las zonas rurales alrededor del 60% de los habitantes de Guatemala.

Una característica fundamental de la población guatemalteca es su alta proporción de indígenas, estimada por Censos de población y Encuestas sociodemográficas en torno al 40% de la misma. Sin embargo, diversas instituciones públicas consideran que esa cifra no refleja correctamente la realidad, indicando que la proporción real podría ascender al 60% del total nacional.

El otro aspecto que define a las mujeres de Guatemala es la formación de familias a edades tempranas: la población femenina con quince o más años presenta cifras bajas de soltería (23,6%) y altas de emparejamiento (61,8%), una buena parte del cual se realiza mediante uniones consensuales.

Una cantidad apreciable de los hogares que se constituyen tienen como jefa a una mujer. Según la Encuesta Sociodemográfica de 1989, el 17% de dichos hogares. Con todo, existe el consenso entre los organismos especializados del país acerca de que la cifra está subestimada, dado que se obtiene mediante declaración de los encuestados, y en la cultura nacional se tiende a identificar la jefatura con el sexo masculino, especialmente entre la población rural e indígena. Las cifras indican que las mujeres se reconocen jefas de hogar fundamentalmente cuando están solas.

ESPERANZA DE VIDA

CELADE estima que, al comienzo de los años noventa, la población guatemalteca tiene una esperanza de vida al nacer que rodea los 62 años. Ello significa un aumento apreciable desde los años cincuenta (cuando apenas superaba los 40 años), pero representa una de las esperanzas de vida más bajas de América Latina. Por otra parte, ese incremento tuvo lugar principalmente durante los años sesenta y primeros setenta, para crecer más lentamente durante los ochenta, como producto de la crisis económica y la violencia política que vive el país.

Las mujeres han aumentado más rápidamente su esperanza de vida que los hombres: en los cincuenta las diferencias eran mínimas entre ambos sexos y a fines de los ochenta había casi cinco años de diferencia a favor de las mujeres. Este cambio procede de varias causas: por un lado, la población femenina es más sensible al lento avance del sistema sanitario, especialmente en cuanto al mejoramiento de sus condiciones obstétricas; por el otro, la modernización agrega un riesgo (accidentes industriales, de tráfico, etc.) a los que sufre la población masculina, además de los efectos que tiene sobre ésta el conflicto político-militar.

Ciertamente, estas observaciones se refieren a promedios nacionales, que necesitan ser desagregados según factores diferenciales, tales como nivel socioeconómico, área de residencia y, sobre todo, grupo étnico. Las personas con mayor nivel económico, urbanas y ladinas, adquieren una esperanza de vida mayor que las pobres, rurales e indígenas. Las autoridades sanitarias estimaban hacia 1987 que la esperanza de vida de la población indígena no alcanzaba los 45 años.

El programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, publica los siguientes datos sobre Guatemala:

El Índice de Desarrollo Humano IDH, es un indicador que mide fundamentalmente el desarrollo de la población de los distintos países

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