Descripción y análisis de la corrupción en el México de los últimos 200 años, y su relación con la ética y la moral
Pedro Perales EscalonaEnsayo29 de Septiembre de 2019
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LICENCIATURA:
ADMINISTRACION PÚBLICA
MATERIAS:
SEMINARIO DE ÉTICA
ALUMNO:
PEDRO ANTONIO DE JESUS PERALES ESCALONA
DOCENTE:
RUBEN ARIEL GARCÍA PACHECO
CUATRIMESTRE:
9°
TÍTULO:
“Descripción y análisis de la corrupción en el México de los últimos 200 años, y su relación con la ética y la moral”
Introducción
El mexicano promedio identifica la corrupción como un elemento propio de nuestra cultura. Algo que esté en nuestro ADN y de lo cual no podemos escapar. Este no ve la corrupción como un mal funcionamiento del sistema, que no se debe tolerar, y por lo tanto, se debe castigar y erradicar, sino como un uso y costumbre inherente del mexicano. Este mismo mexicano que, a pesar de tener la supuesta clara noción de lo dañino de estas prácticas para la sociedad, con base a sus palabras, mediante sus acciones perpetúa esta actividad. Esto haciendo claro reflejo a las palabras que Gabriel Zaid dijese hace más de 30 años, definiendo la corrupción, no como una característica desagradable del sistema político mexicano, sino como el sistema mismo.
Durante el presente ensayo se plantea la descripción y análisis de la corrupción en México, ofreciendo un pequeño esbozo de esta en los últimos 200 años, y el como la ética y la moral repercuten para su existencia. Para esto es necesario ahondar en ciertos puntos. En primer lugar, es vital para esta investigación el definir a ciencia cierta qué es la corrupción. En efecto todos sabemos que la corrupción existe, la vemos todos los días, hablamos de ella, la practicamos, pero no estamos seguros de su significado concreto, y por lo tanto, que es exactamente.
Una vez definido esto, nos remontaremos a los orígenes de la corrupción en México para comprender como se pudo arraigar de tal manera en la cultura del mexicano, y cómo ha logrado existir desde los inicios de nuestra nación.
También daremos un pequeño esbozo de las consecuencias de la corrupción en el México actual, la cual nos ha traído retroceso y la falta de factibilidad de un desarrollo económico, social, entre otros.
Finalmente ofreceremos una visión del por qué la ética y los valores tienen tanta importancia, y por qué en estos podemos encontrar la mejor oportunidad para cambiar de manera benéfica esta realidad.
¿Qué es la corrupción?
Desde que uno tiene memoria, es común escuchar hablar sobre corrupción en nuestro país. Día a día el término es pronunciado en diferentes lugares, podemos escucharlo en la conferencia mañanera del presidente, en las noticias, en la escuela, e incluso como tópico en una conversación casual.
Pero en perspectiva, si nos detenemos un instante a pensar a fondo, qué entendemos por corrupción, qué actividades en específico pueden identificarse como tal y, sobre todo, quiénes son los actores que forman parte de este problema. A primera instancia podríamos encontrar una respuesta fácil en la clase política, pero pensando con detenimiento, la respuesta no se vislumbra con tal sencillez.
La razón que llega a dificultar el responder a estas interrogantes es que, a pesar de que la corrupción esté presente en el vocabulario habitual de mexicano, no tenemos la certeza, en la mayoría de los casos, en qué consiste realmente. Es por esto que para iniciar en este ensayo, nos enfocaremos a definir qué debe entenderse por corrupción.
Vamos a remitirnos al Diccionario de la Lengua Española, donde encontramos como corrupción a la “acción y efecto de corromper”. Ciertamente una acepción un poco somera, pero, encontramos también que cuando se refiere a las organizaciones, especialmente las públicas, se entiende como la “práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores”.
De igual forma, podemos encontrar al verbo “corromper” como la acción de “alterar y trastocar la forma de algo”; “echar a perder, depravar, dañar, pudrir”; “sobornar a alguien con dádivas o de otra manera”; o, “pervertir o seducir a alguien”.
Una vez teniendo estas definiciones, podemos acordar que la corrupciones es toda actividad a través de la cual se modifica o altera la forma y el objeto de una cosa, un procedimiento o de una relación, a cambio de la promesa u obtención de beneficios recíprocos entre los individuos involucrados. Es decir, alterar la esencia de un proceso mediante un arreglo que genera ventajas indebidas.
Ahora bien, de igual forma existen diversas clases o clasificaciones de Corrupción, Solimano (2008), clasifica la corrupción de acuerdo a los siguientes tipos: a).-Corrupción de Estado, es la más común y en ella están involucrados funcionarios, agencias y organismos del Estado, dándose de manera centralizada o descentralizada, abarcando inclusive el sector público extranjero como el nacional; b).-Corrupción Política, es la que afecta a miembros de partidos políticos, que buscan extraer recursos del Estado, explotando sus influencias y posiciones políticas, ya sea para enriquecimiento de sus partidos o enriquecimientos personales; c).-Corrupción en el Sector Privado, que es la que se da en empresas privadas en las que altos ejecutivos aprovechando sus posiciones y teniendo información privilegiada, sobre materias propias para el funcionamiento de la empresa u oportunidades de negocios, y la utilizan para su provecho personal, realizándose inclusive fugas o ventas de información secreta o confidencial, propia y exclusiva de la empresa; d).- Corrupción en el Sector No Gubernamental, relacionada con actos corruptos realizados por organizaciones no-gubernamentales, sujetas a franquicias tributarias y que reciben donaciones.
Por su parte los autores Jaime Cárdenas y María de la Luz Mijangos, sostienen que la Corrupción puede ser: a.-Pública, la cual se relaciona con el aparato del Estado, sus servidores públicos, las entidades directamente ligadas a éstos, como sindicatos, partidos, organizaciones empresariales, etc.; b.-Privada, como aquella que se genera en las empresas, las relaciones comerciales y financieras; c.-Social, que es la que se gesta en el interior de organizaciones no gubernamentales u otras de orden social.
A su vez la corrupción puede ser Nacional y Transnacional. Dentro de la primera, es la que atañe al Estado, y en ella se encuentra la corrupción que realizan los altos funcionarios del Estado y grandes empresarios sobre contratos, obras y recursos políticos, y también se encuentra la que realizan los funcionarios de bajo nivel, mal remunerados, y que la practican para complementar sus ingresos bajos como servidores públicos. La transnacional, es aquella en la que personas o empresas al amparo del proceso de globalización, con las nuevas tecnologías informáticas y en el sector financiero internacional, realizan prácticas.
En conclusión, la corrupción no se trata de un problema exclusivo de las instituciones gubernamentales y de los funcionarios que la conforman, sino que es una actividad que podemos encontrar presente en todos los ámbitos de la sociedad mexicana.
La corrupción en México y sus origines.
En definitiva la corrupción ha permeado en todos los niveles de la sociedad mexicana. De ahí el hartazgo colectivo que lograra que el candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, alcanzara la presidencia con base a una campaña conformada por una simple propuesta. “Acabar con la corrupción”. Y es que la corrupción es parte de la vida de los mexicanos.
La corrupción un elemento inherente a nuestro accionar el cual muchas veces no lo percibimos como un problema, sino como la regla básica para sobrevivir en México. La corrupción es identificable en la gran mayoría de nuestras operaciones diarias. Desde el pago de servicios “gratuitos”; en la compra de “litros” de 900ml en las gasolineras; en la asignación de vacantes, que en teoría deberían ser concursadas, en base a contactos o familiaridad; en el pago de una “mordida” para evadir una multa; hasta el copiar la tarea escolar no realizada para lograr entregarla en tiempo.
Todas estas acciones perpetúan la cultura de la corrupción en México, la cual de ninguna manera es nueva. Ahí es donde el mexicano entra en una contradicción ética sobresaliente. Nos damos cuenta de lo incorrecto en nuestro funcionar, pero aun así nos indignamos de sobremanera por los efectos negativos que estos tienen en la sociedad. Sabemos que daña la economía familiar de los más necesitados, que profundiza la desigualdad y que disminuye el bienestar pero optamos por seguir teniéndola como estilo de vida.
Pero, para comprender por qué este arraigo del mexicano con la corrupción, debemos remontamos a los orígenes de ésta. Zavala (2013) identifica la corrupción desde los inicios de la humanidad, específicamente cuando el hombre paso del nomadismo a su agrupación en aldeas y ciudades, las cuales darían lugar a organizaciones sociales, políticas y económicas, y a actitudes dirigidas al comercio, a gobiernos y religiosas, permitiendo al hombre no solo subsistir, sino también a satisfacer legítimas aspiraciones como el éxito y la bonanza económica, las cuales, al ser difíciles dc alcanzar por todos, da lugar a la competencia por los recursos económicos, por el poder y por la posición social.
Sin embargo. En el caso concreto, y para fines de este estudio, de lo que hay conocemos como México, Krauze (I995) nos relata, al igual que muchos otros historiadores, la época colonial como la ubicaciones de las raíces de la corrupción “mexicana”, esto debido al poder patrimonial de la monarquía española sobre las tierras dominadas, el cual era transferido casi integro a sus representantes en estos lugares, los virreyes, convertirían el ejercicio de los puestos públicos en un negocio privado, costumbre claramente identificable en algunos actos de nepotismo o compadrazgos, perpetuados en el país hasta nuestros días. Y es que este antecedente de la corrupción, estas acciones, el enriquecimiento de los oficiales con sus puestos, no era visto como algo incorrecto por la Corona, que incluso propiciaba la “venta de oficios”.
Esta tradición de acumulación de riqueza personal, gracias al ejercicio del poder, se iría afianzando con el paso del tiempo en México. Los criollos, sucesores de la monarquía española al mando de México, según el relato de Krauze (1995) habría continuado inmediatamente con esto. Iturbide habría hecho negocios turbios durante sus años como general invicto; Santa Anna tuvo haciendas en México y Colombia. Podríamos, en aras de la buena fe, decir que los liberales de la Reforma habrían tenido la cualidad de la honradez, como es el caso de Juárez que pedía préstamos personales para lograr sobrevivir, y sabiendo que el hombre tiene a carecer de estas cualidades cívicas en algún momento, crearon una constitución, imposibilitando, o al menos dificultando la posible corrupción del ejecutivo, mediante la comisión de hacienda de la cámara de diputados, la suprema corte y una prensa libérrima, mismas instituciones que llamarían a cuentas al expresidente Manuel González en 1985, el cual al amparo del gobierno habría realizado negocios ilícitos traducidos en un déficit fiscal escandaloso para esos tiempos, teniendo en Porfirio Díaz un majestuoso aprendiz de estas prácticas, enfilándose a la reelección perpetua, y más importante para este ensayo, quien dejaría el precedente de que el presidente, dueño de un dominio público absoluto, podía otorgar y otorgarse concesiones a discreción, pero al mismo tiempo parecer honrado para la corte, la cámara y la prensa para no ser llamado a rendir cuentas.
En el caos revolucionario se cercaran muchos millonarios. La población utilizaba el término “carrancear” como sinónimo de robar, y llamaba “consusuñaslistas" a los constitucionalistas, viviendo una época de enriquecimiento de la nueva clase militar. La cual cobraría de manera muy generosa su participación en la revolución, y los poderosos embates de una corrupción cada vez más fortalecida por su persistencia a pesar de las circunstancias en extreme cambiantes de la nación, y que se defendía atacando a aquellos que no comulgaran con esta costumbre aun, utilizando la frase utilizada en clase, con los poderosos “cañonazos de 50 mil pesos” a Obregón.
Finalmente llegamos a la época e corrupción moderna en México, la cual iniciaría hace poco más de 70 años. Tiempo donde se crearían los licenciados especialistas, vestidos con traje y corbata, los cuales de manera inmediata al ocupar un puesto público, comenzaron a beneficiarios a sus intereses personales. Los mecanismos de enriquecimiento se fueron perfeccionando, con, por ejemplo, la compra de requerimientos de instituciones y secretarias, comprando a compañías de intereses mutuos. Esto sin ningún límite o desenfreno, solo existiendo esbozos aislados de reclamos de pequeños y relegados partidos de oposición, con poca trascendencia, la cual al menos seguía sin cambio hasta las elecciones del año pasado, aunque queda por saber si este fue un cambio estructural, o de tenencia de esta tradición de corrupción.
Las consecuencias de la corrupción en México.
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