Deuda Externa Ecuatorina

Ensayo crítico sobre la Deuda Externa Ecuatoriana

La deuda externa ha sido un problema recurrente en el Ecuador. Antes de siquiera ser país, ya incurrimos a nuestro primer préstamo para podernos independizar de España en 1809. Los diferentes préstamos han ido engrosando la deuda, éstos con distintos propósitos como independizaciones, armamentos o la construcción del ferrocarril; pero todos con un denominador común, corrupción y malas negociaciones. Estas desviaciones de quiénes solicitaban la deuda lograron que no se destine correctamente los préstamos y se descuiden ciertas necesidades del Ecuador; se priorizaban las obligaciones financieras del Estado, sin tomarse mucho en cuenta las obligaciones sociales del país.

Nuestra deuda empezó con Gran Bretaña, para luego ser deudores principalmente de Estados Unidos, y ahora, en la actualidad, durante el gobierno de Rafael Correa tenemos una gran deuda con China. Ciertos organismos financieros internacionales, tales como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional fueron intermediarios en nuestro endeudamiento, por lo cual debíamos cumplir con sus disposiciones y estructuraciones para nuestro país.

Altos porcentajes del presupuesto del Estado han sido destinado para el pago de la deuda, llegando a cantidades tan altas como el 50%, dependiendo del gobierno rigente. En ciertos priorizaban el pago a la deuda, destinando grandes porciones del ingreso del país a este fin, donde otros promovían el endeudamiento privado, que luego tuvo grandes problemas para pagar sus deudas y el Estado tuvo que ir a su rescate.

La deuda externa ecuatoriana puede decirse que está dividida por dos etapas en nuestra historia: la primera fue la deuda de la independencia en el sigo XIX que duró hasta mediados del siguiente siglo; y la segunda, que está basada en la explotación petrolera y su boom, que empezó en los años setenta y continúa hasta la actualidad.

En 1809 Ecuador decide independizarse de España, por lo que necesita incurrir a una deuda para adquirir armamento, y está nos la da Gran Bretaña. Pero lamentablemente mucho del armamento que se compró a precios altos, se vendió posteriormente como chatarra. Recién en 1822 Ecuador se consolida como un estado independiente y se une a la Gran Colombia.

Pero cuando en 1834, apenas 2 años después de tener nuestra primera moneda y que se autorice a participar en la discusión para distribución de la deuda externa, se reúnen los países de la Gran Colombia para repartirse dicha deuda, sin que siquiera Ecuador tenga un representante en esta reunión, la deuda es dividida no equitativamente, siendo nosotros perjudicados. Nuestra deuda asciende a £6.625.950, siendo el 21,5% de la deuda total que Ecuador asumió.

Posteriormente en el gobierno de Rocafuerte se empezaron renegociaciones, las cuales fueron continuas y acompañadas de carencia de recursos financieros, hicieron una herida permanente en la vida económica y política del Ecuador. Pasamos desde 1830 a 1854 en moratoria con el mercado financiero internacional, donde el país tuvo que realizar enormes sacrificios para pagar, por lo menos, los intereses. Esta moratoria tuvo como consecuencia que dejemos de ser clientes atractivos para créditos de la banca internacional, convirtiendo la deuda inglesa en insoluble, como lo definió Alfaro. Él dispuso que se “suspenda el pago de la deuda externa hasta que se obtenga un arreglo equitativo y honroso con los tenedores de bonos.”

En 1843 se realizaron propuestas para arrendar terrenos baldíos a la comunidad extranjera con el objetivo de poder pagar la deuda, lo cual fue rechazado. Propuesta similar a la realizada en 1865 de vender las islas Galápagos, presentado por Antonio Flores Jijón, con el mismo fin, pero que fue una propuesta rechazada también.

Sin embargo, en 1852 hubieron arreglos por entrega de terrenos baldíos por parte de Mocatta, y adicionalmente el Estado destina ingresos por concesiones mineras y peajes para pago de la deuda externa. Y también en 184 se da el convenio Espinel-Mocattar, donde se entrega a los tenedores de deuda inglesa certificando sobre terrenos en Esmeralda. Sin dejar pasar que en 1848 el Congreso crea un fondo para pagar la deuda externa, aunque se realizaron negociaciones secretas con Gran Bretaña, mientras su cónsul nos presionaba para el pago de dicha deuda.

Al poco tiempo, en 1853, las renegociaciones continúan, Perú acepta cancelar la deuda de nuestro país por la independencia, pero en 1858 declara la guerra a Ecuador reclamando territorio, basándose en el supuesto que han pagado más de lo que les correspondía. Y éste no sería el último encuentro bélico entre estos dos países.

En 1862, cuando García Moreno en 2 ocasiones tuvo los intentos fallidos de que Ecuador se convierta en un protectorado francés, el Ecuador tuvo que suspender temporalmente los pagos de la deuda externa por falta de fondos, y es cuando se crea el bono de descuento y circulación. Lo cual colabora para que, durante esta nueva moratoria, el país se recupere y finalice el año 1969 con superávit, superando varias dificultades.

Dado a los bonos devaluados del mercado financiero internacional, se procede a su compra en 1898, siendo una parte al contado y otra bonos para el ferrocarril. De esta forma, se logra conseguir recursos para la construcción del ferrocarril, y así el gobierno de Eloy Alfaro recompra deuda, transformándola en bonos para la empresa constructora del ferrocarril, y redime de forma gradual la deuda inglesa; pero ahora la deuda también era compartida con Estados Unidos.

En el siglo XX se mantuvo el pago de la deuda externa hasta 1930, pero cuando hubo una crisis en los años cincuenta, entramos en un nuevo periodo de moratoria. En el año de 1958, habiéndose presentado dificultades económicas en el país, Ecuador, en busca de créditos contingentes o stand by, se vio obligado a acercarse al Fondo Monetario Internacional. Adicionalmente la historia de nuestro país ha mostrado que, muchas veces cuando existe una inestabilidad política se da una crisis económica, que tiene como consecuencia la necesidad de recurrir a apoyos financieros, por lo que contrató nuevos créditos con el FMI. Lamentablemente, como se mencionó antes, estas contrataciones venían encadenadas a unas “recomendaciones” fondomonetaristas para nuestra política económica.

Después de pasar por diferentes auges, boom cacaotero y boom bananero, llegó uno de los periodos de mayor auge, llegando el boom petrolero, pero que paradójicamente incurrió a un mayor endeudamiento externo. Esta deuda nació en los años setenta y todavía la seguimos pagando.

Dado que abundaban los petrodólares, fuimos considerados como “nuevos ricos” y las líneas de crédito para endeudamientos externos

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