Economía Política Crítica E Imperialismo Cultural

“Economía Política Crítica e Imperialismo Cultural”

Un enfoque cercano al de la sociología de la producción, pero que enfatiza en los diversos y marcados condicionamientos de la comunicación. Propio del orden económico, político y cultural actual. Sí, hablamos de la economía política crítica. Para lo cual es importante aclarar aspectos tales como las diferencias entre la economía tradicional y la economía política crítica. Precisar los condicionamientos ejercidos en el contenido por quienes controlan y poseen los medios de comunicación. Además, de la fuerte influencia de la publicidad en el contenido de los mensajes. Las relaciones (formales e informales), entre los comunicadores y el poder político. Y finalmente, de las limitaciones de este modelo.

¿En qué se diferencia la economía tradicional de la economía política crítica? La segunda, se enfoca en cómo es que los factores económicos condicionan el contenido de los mensajes comunicacionales además de las barreras existentes que limitan la soberanía de un grupo extenso de consumidores imposibilitando su libertad de elección frente a la falta de opciones, puesto que dichas barreras son producto de un mismo modelo a seguir, y por falta de dinero, ya que no gozan de una gama amplia de donde escoger.

Se habla también acerca de los condicionamientos relacionados al contenido, ejercidos por quienes poseen los medios. Dichos condicionamientos pueden ser económicos; ya que los medios de comunicación son propiedad de grupos empresariales, políticos; por su relación con el gobierno, e ideológicos; puesto que están ligados a la ideología de los propietarios y a la de la sociedad a la que pertenecen. Al hablar de la propiedad y control de las organizaciones sobre los medios nos referimos a que el funcionamiento de un periódico, estación televisiva o radiofónica exige un elevado costo; sin embargo, las industrias al contar con el capital necesario terminan siendo quienes poseen y controlan los medios a pesar de no tener relación directa con la producción de mensajes. De este modo pueden orientar la función cultural a fortalecer sus intereses económicos y/o políticos. Este grupo propietario de los medios, forman parte del grupo dirigente, en la mayoría de casos, que tiene el poder de centralizar el control y la propiedad impidiendo la autonomía de los medios.

Un fenómeno bastante común en Latinoamérica es la formación de conglomerados mediáticos. Tal es el caso del Grupo Clarín en Argentina; que tiene a su vez programación en Paraguay, Guatemala y Puerto Rico, de Televisa en México; con programación en Brasil, Chile y Perú, de Globo en Brasil, y del Grupo Cisneros en Venezuela, con programación en EE.UU, Argentina, Brasil y Guatemala. Que a pesar de su marcado poderío económico tienen inquebrantables alianzas con las gigantes transnacionales mediáticas, que en ocasiones son propietarios directos de los medios de comunicaciones de dichos países. De modo que EE.UU tiene influencia desproporcionada en Latinoamérica, en cuanto a la programación latinoamericana existente en EE.UU.

Es muy importante mencionar también a la publicidad, como subsidio económico de los medios. Estos, buscan la mayor cantidad de anunciantes posibles, de tal modo que sus ganancias no se deben a la venta de sus ejemplares o de su producto a través del medio empleado, sino a la publicidad. Y al mismo tiempo, los anunciantes, buscan los programas con mayor audiencia, causando así, que los medios generen mensajes que resulten atractivos y fáciles de asimilar, sin importar que estos sean sensacionalistas, superfluos y nocivos. Los anunciantes son al fin y al cabo, y no las audiencias, quienes deciden que programa subsisten y cuáles no. Estos además están interesados en llegar a la audiencia con mayor poder adquisitivo, provocando que los medios olviden al sector más pobre de la población. En conclusión, son los anunciantes quienes con el poder económico que ejercen condicionan los contenidos.

En cuanto a los condicionantes en relación al gobierno, según un enfoque marxista clásico, el estado se encarga de favorecer a la clase económicamente dominante, pero tiene a la vez el compromiso de responder a los intereses de otros grupos, al cumplir con esta función se ve enfrentado con la clase dominante. Se tiene una amplia lista de casos comprobados en los que políticos recibían fuertes cantidades de dinero de los conglomerados mediáticos con el fin de perpetuar el cumplimiento de sus intereses económicos, políticos y culturales. Los gobiernos latinos han adoptado numerosas políticas y regulaciones que favorecen obviamente, a las grandes empresas más no a los consumidores de medios, ya que se anteponen intereses

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