Educación, Campo, Política Y Poder.

INSTITUTO DE PEDAGOGÍA CRITICA

Política Educativa

Ensayo:

Educación, campo, política y poder.

Por:

Alma Delia Esparza Gallegos

Primer cuatrimestre

Maestra:

Martha Alba Mata Uribe

Cd. Juárez, Chihuahua Febrero de 2015

Educación, campo, política y poder.

El presente ensayo tiene como finalidad dar un análisis general las lecturas ya estudiadas durante el primer módulo de esta asignatura aterrizando la teoría de los autores en la realidad de nuestro mundo y especialmente nuestro en país. A muchos nos da miedo el término política ya que nuestra mente nos lleva a pensar únicamente en partidos de alguno u otro color, sin saber en verdad que la política va más allá, pero ¿por qué nos cuesta tanto trabajo apropiarnos de conceptos propios de este ámbito?, ¿será qué no lo nos hemos adaptado a nuestra contexto? ¿hemos olvidado en quien reside el poder?

Empecemos rescatando el significado de política como una actividad a favor del bien común de quienes conforman la sociedad, pero ¿se cumple realmente este concepto en nuestro diario vivir?, en verdad la política de nuestro país está para servir al pueblo o sólo nos hemos llenado de conceptos vacíos que son únicamente teoría y no han sido llevados a la práctica.

Dussel, dentro de sus teorías nos muestra como se ha ido corrompiendo o en sus palabras “fetichizando” la política al olvidar que en ésta la referencia debe ser siempre el poder del pueblo, quien él llama “potentia”, el poder en sí, a manos de las “potestas”, un poder empírico y fuera de sí, encargado únicamente de representar al pueblo y velar por sus intereses.

Hoy en día no es difícil encontrar un solo ejemplo de política fetichizada en nuestro país, pues hemos caído en una corrupción doble “del que se cree sede soberana y del que se lo consiente”, (Dussel, 2006,7) vemos como poco a poco hemos convertido a nuestro gobierno en un parasito que se alimenta de la ciudadanía, que va pisoteando nuestras garantías individuales y estamos ahí parados observando como sucede, pero completamente inertes, incapaces de realizar una acción para defender lo que por derecho nos corresponde y hemos comprado la idea de que la potesta siempre tiene la razón volviéndonos una población que guarda silencio y que por lo tanto está también corrompida.

Dussel menciona que “entrar a una esfera pública es salir de una esfera privada” (Dussel, 2006,11) que toda la política es pública y aquella política que se realiza a oscuras está corrompida; sin embargo parece que a algunos de nuestros representantes estos conceptos no les han quedado del todo claro pues vemos primeramente como se olvidan de que son figuras públicas y hacen con su imagen como bien les parece, siendo parte de hechos escandalosos en los que se pone en tela de juicio la moral de quienes dicen representarnos.

Pero ¿por qué quejarnos de quienes nos gobiernan pudiendo mandarnos nosotros mismos? Simple, porque no somos perfectos, necesitamos a alguien que nos guie que nos recuerde qué hacer y qué no, es por eso que las instituciones se vuelven necesarias y somos nosotros quien les da el poder, pero siempre llegará el momento de transformarlas cuando hayan dejado de ser eficaces y se vuelvan únicamente un trámite de la burocracia.

El poder nunca se toma es la potentia quien lo cede, o al menos eso dice la teoría, pues está clara en la historia de nuestro país como el término democracia está cada vez más lejano de ser real, nos hemos vuelto parte de unos falsos nombramientos a base de elecciones compradas en las que vendemos nuestro voto y con él nuestra dignidad y futuro a quienes ansían sólo el poder no por vocación, sino por profesión, a quienes han dejado de servir al pueblo para servirse de él y que ha olvidado que tiene que mandar obedeciendo escuchando las exigencias

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