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Ejemplo De Ensayo


Enviado por   •  10 de Junio de 2015  •  1.194 Palabras (5 Páginas)  •  212 Visitas

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Foucault cataloga las “tecnologías del yo” como una categoría más dentro del conocimiento que el ser humano ha creado sobre sí mismo; un saber que implica no sólo aprender y conocer cosas sobre “el yo”, sino también la capacidad de poder modificarlas a través de la adquisición de habilidades y actitudes. Foucault se remonta a los 2 primeros siglos antes de Cristo, en que la filosofía grecorromana (y más adelante la espiritualidad cristiana) constituyen el conocimiento del sí mismo como principio fundamental. Platón decía que la “principal actividad en el cuidado de sí” (Foucault, 1990, p. 26) es preocuparse por el alma. Y para ello, debemos conocer el alma a través de la contemplación de su “reflejo divino”.

Para llevar a cabo esta contemplación, Foucault plantea una clasificación de varias “técnicas”, que son las cartas, el examen de conciencia (de sí mismo), la askesis (consideración progresiva del yo) y la interpretación de los sueños. Respecto a la primera técnica, la mecánica consiste en redactar “notas sobre uno mismo que debían ser releídas, escribir tratados o cartas a los amigos para ayudarles, y llevar cuadernos con el fin de reactivar para sí mismo las verdades que uno necesitaba” (Foucault, 1990, p. 27).

Si cambiamos los pergaminos y manuscritos por los sistemas de gestión de contenidos CMS, no veo estos ejercicios muy alejados de prácticas comunes hoy en día en los Sistemas de Redes Sociales (SRS en adelante), en donde verbalizamos nuestra cotidianeidad y la ponemos en común con nuestra red social. Llama la atención que Foucault habla incluso de la idea de prestar atención al “estado de ánimo” , una herramienta que algunos SRS incluyen por defecto.

Además, cabe destacar el énfasis que ponían los filósofos griegos en esa cotidianeidad. Foucault habla de “la nueva forma de experiencia del yo […], cuando la introspección se vuelve cada vez más detallada. Se desarrolla entonces una relación entre la escritura y la vigilancia. Así́, se prestaba atención a todos los matices de la vida, al estado de ánimo, a la lectura y la experiencia de sí se intensificaba y ampliaba en virtud del acto de escribir” (Foucault, 1990, p. 27).

¿Acaso la ristra de posts que subimos a nuestras cuentas no es, según los casos, una sucesión de “matices de la vida”? Desarrollamos una “vigilancia” constante de nuestra propia vida, que voluntariamente damos a conocer (confesamos) a todo nuestro círculo social (cercano y lejano). Lo habitual en redes sociales además no es (sólo) hablar de eventos destacados en la vida de las personas (¿hemos cumplido un sueño? ¿nos hemos enamorado?), sino que anotamos pequeñas anécdotas del día a día que van dando cuenta de nosotros mismos a los demás. Estos pequeños “matices de la vida” (relacionados muchas veces con la manera que tenemos de consumir nuestro tiempo de ocio) nos dan una dimensión social: pienso en esas personas que cuelgan la foto de un gin tonic de pepino con filtros de Instagram en un restaurante de plato cuadrado; las que se hacen un selfie viendo el Madrid-Barça en el Bernabéu; o los que envían un tweet desde un macro festival indie en el momento álgido del concierto del enésimo grupo alternativo de los 90s que se ha reunido para la ocasión; etc.

Más que dimensión social, casi me atrevería a decir dimensión socio-económica. Porque estos datos intrascendentes, consciente o inconscientemente, nos clasifican no sólo en un perfil social determinado, sino también dentro un grupo u otro de consumidores (a fin de cuentas, vivimos en una sociedad de consumo). De hecho, creo que hay una tendencia más alta de mostrar un mayor interés (reflejado en el número

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